Kim Namjoon es un empresario exitoso junto a su hijo Kim Taehyung.
Namjoon decide apostar gran parte de su dinero contra Min YoonGi, uno de los mejores jugando y apostando.
Lo que no sabe Min, es que Namjoon hace trampas.
-Me vengaré de la peor f...
He sido mucho tiempo amigo de Namjoon, y lo conozco bastante como para saber que no estaba bien. Con todo lo ocurrido con su hijo, y el estrés que lleva, es lógico lo mal que se siente.
Llevo años ocultando mis sentimientos hacia él, sobretodo cuando descubrí que se casaría con una mujer hermosa. Lo he escondido tanto, que he decidido que este es el mejor momento de confesarlo. Sé que él no se encuentra en su mejor estado mental, pero quiero cuidarlo todo el tiempo posible, o al menos hasta que se recupere a él y a su hijo.
Hace unos cuantos meses que no nos veíamos, y me aparecí en este momento justamente para acompañarlo y que no esté solo. Su mujer falleció seis años atrás, y desde ese entonces noté su cambio emocional y como le afectaba el hecho de, no ver más a su esposa. No es que yo quiera reemplazar el lugar de su mujer fallecida, pero quería de algún modo, reparar el hondo vacío de su corazón.
—¿Seok Jin? —me preguntó Namjoon acercándose a mí—. Puedes ir a dormir si quieres, me quedaré hasta tarde arreglando unos asuntos y no quiero que te sientas incómodo —dijo rascándose la nuca con cierta vergüenza reflejada, me pareció muy tierno su gesto.
—Claro, ahora voy —dije sin antes dirigirme hacia él y plantar un tierno beso en sus labios. No pude evitar reirme al ver que, estaba totalmente rojo e intentaba evadir nuestro contacto visual.
Él solo se retiró y yo fui directo hacia su habitación. Era bastante espaciosa, incluyendo una enorme cama matrimonial con sábanas color blanco marfil, leves decoraciones con bordados y otros tejidos. El cuarto en sí tenía un toque único con detalles pastel y otros tonos suaves, reflejaba absolutamente su verdadera personalidad y eso me encantaba.
No hice más que echar un vistazo a su gran armario, con ropa de marcas caras y todo tipo de colores; estaba fascinado con tan solo ver las cosas de Namjoon, amaba mucho a ese hombre. Cogí una gran camisa blanca que había a un extremo, miles de ideas se me ocurrieron y terminé colocándome la camisa con tan solo ropa interior de bajo. No sé por qué lo hice la verdad.
Eran la una de la mañana y yo seguía revisando el móvil, con la luz del cuarto apagada y la tenue luz de la pequeña lámpara proveniente de la esquina del cuarto. Sentí pasos aproximándose desde las escaleras y supuse que sería Namjoon. Dejé el teléfono en la mesa de noche a mi derecha y miré la puerta ansioso, de ver a Nam.
Éste entró luciendo muy agotado para mi punto de vista. Con su camisa desordenada y remangada hasta los codos, su pantalón negro ajustado hasta sus caderas, sostenido por un cinturón Gucci y unos zapatos italianos de vestir que conjuntaban su traje, dándole un toque elegante y jodidamente sexy.
—Oh, Jinnie... Sigues despierto, es tarde y deberías dormir.
Yo permanecí en silencio haciendo caso omiso a sus palabras. Solo me quedé apreciando cada facción suya ante mis ojos. Era lo más hermoso que había, era perfecto y yo estaba a punto de abalanzarme sobre él y no tener piedad alguna sobre si quería o no, pero me contuve.
—Vamos Jin, es tarde y quiero que descanses.
—Namjoon, tengo algo que decirte primero —dije cabizbajo, mirando al suelo muy nervioso.
—¿Sí? —preguntó sentándose a un extremo de la cama.
—N-Namjoon... Nos conocemos desde hace mucho tiempo y siempre he querido ocultarte esto pero lamentablemente he fracasado en el intento. Kim Namjoon, me gustas, estoy completamente enamorado de tí, haces que mi corazón se acelere con tan solo una mirada tuya y no puedo resistir mis ganas de besarte. Kim Namjoon, he sentido esto por tí durante...
Yo seguía hablando, hasta que Namjoon me calló con un fogoso beso en mis labios, quedando éste encima de mí mientras continuábamos juntando nuestros labios.
Iba a ser una larga noche.
💰
Namjoon.
—¡¿Cómo que no encontrasteis rastro?! ¡Buscáis día y noche a ese desgraciado y no habéis hecho nada! ¡Inútiles!
—Lo sentimos jefe —habló Mark, uno de los encargados de búsqueda—. Creemos que Min YoonGi se ha ido del país, y esa es la razón por la que no hay rastro.
—¡Quiero que busquéis cualquier tipo de información acerca de YoonGi!
Mark solo se inmutó a asentir con la cabeza y volver a ponerse con los ordenadores, esta vez dando órdenes a los demás.
Sentí un sonido familiar proveniente de mi teléfono móvil, tenía una llamada, con un número oculto y desconocido. Lo cogí y contesté.
—¿Sí?
—¿Kim Namjoon? ————————————————— Espero que se hayan imaginado a Joonie así
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Bien papi que se ve. ¿Debería seguir con el Namjin? Siento que parece relleno.
