i'm fine ; yoontae. +18

15 - Llamada

—¿Kim Namjoon?

—¿Quién habla?

—Soy Jung HoSeok, mucho gusto.

💰

—¿Hay algo que hayáis encontrado? —pregunté mientras fumaba un cigarro.

—Sí, jefe. He averiguado bastante información acerca de Min.

—¿Información útil? —no como ustedes. Pensé.

—Sí, bastante. He recopilado varios informes sobre Min YoonGi y su vida pasada.
Aquí dice que se fugó de casa a muy corta edad. También, en ese periodo comenzó a meterse en las drogas y varias peleas callejeras, probablemente tenga un trauma y esté tan perturbado, que secuestró a Taehyung para su propia satisfacción.

—No puede ser eso cierto... ¡Qué puto enfermo! —rabié—. ¿Qué más hay?

—Él suele crearse identificaciones falsas. Tiene varios documentos de otro país y con otros nombres registrados, también varios pasaportes con información falsa o robada.

—¿Es una broma?

—Si lo fuera, no te lo estaría diciendo.

—¿Crees que habrá usado uno de esos pasaportes para irse a otro país? ¡¿Con Taehyung?!

—Lo más probable es que sí. Lo lamento.

Quedé atónito. No podía creer lo que estaba diciendo y tampoco procesaba la información, ¿era eso posible?
Permanecí en estado de shock y me retiré del lugar.
Llegué a la sala de estar notando a Seok Jin tranquilamente sentado en el sofá.
Arruinando su tranquilidad, pateé la pequeña mesa del salón hasta casi romperla, después me aproximé a la estantería pegada a la pared para derribar todos los libros que permanecían ordenados, y por último tiré de las cortinas, para romperlas y echarme a llorar con toda mi rabia acumulada, cayéndome al suelo de rodillas.
No había notado en qué momento Jin se había acercado a mí, rodeando sus amplios brazos por mi cintura y apoyando su cabeza en mi hombro.

—No te preocupes, todo saldrá bien —susurró. No creía en sus palabras, pero su suave tono de voz me hacía tranquilizar, hasta el punto de parar de llorar.
Me dí la vuelta para corresponder a su abrazo y sollozar en su pecho, él acariciaba mi espalda tarareando una canción, haciendo que me reconfortara más.

—Gracias... —dije por lo bajo.

—No me lo agradezcas, tan solo te estoy demostrando mi amor hacia tí. Joonie, no te sientas mal, estoy aquí para tí.
Dijo y casi vuelvo a llorar, pegué mis labios hacia los suyos para darle un beso.

—No te merezco —dije—. Jin, eres demasiado para mí.

💰

—A descansar —ordené—, habéis trabajado mucho y hay más de uno que no ha dormido en más de dos días. Iros a vuestras casas.

Todos abandonaron la sala para ir a sus respectivos hogares, luciendo muy cansados y haciéndome sentir apenado por ellos.

Decidí que lo mejor era hablar con ese tal Jung HoSeok y que me cuente lo tanto que dijo saber.
Sí él llega a darme información útil, no dudaré en hacer lo que sea por hallar a Taehyung, y volver a abrazarlo.
Cuando me aseguré de que todos estaban fuera, me dispuse a marcar el supuesto número del tipo.
Esperando a que contestara me tomó mucho tiempo, o unos cuántos minutos, para volver a marcar las veces que sean posibles.

Dos horas habían pasado, y no contestaba.
—Mierda, ¿dónde se habrá metido? —pensé.
Seguían pasando minutos, hasta que el llamativo tono del teléfono comenzó a sonar, y en pantalla aparecía el número oculto de Jung.
Cogí el móvil entre mis manos y contesté.

—¿Hola?

—Soy HoSeok. ¿Por dónde empiezo?

—Dime todo lo que sabes.

—Me tomará un par de minutos.

Me sentía nervioso por alguna razón. Se supone que me contaría algo importante sobre Taehyung y, estaba más que ansioso por oírlo.

—Verás, como muy bien sabrás, Min YoonGi secuestró a tu preciado hijo, ¿no es así? —preguntó y yo hice un sonido en respuesta—. Esto puede ser un poco fuerte de momento, pero...
YoonGi lleva espiando a Kim Taehyung por seis años, y no está nada bien.

Me sobresalté ante la repentina confesión, se humedecieron mis ojos e intenté ser fuerte, para no volver a llorar.

—¿Quieres decir que, ese bastardo ha estado obsesionado con mi hijo por varios años?

—Así es. Él fue quién me pidió que te invitara a jugar esa noche de póker, para así conseguir algún tipo de información sobre el chico.
Él me hizo creer que tú le ganaste, para en realidad tener la excusa de llevarse a tu hijo.
Ha estado metiendonos a mí y a cuatro compañeros más en esto, pero nadie más lo sabe.

Al oír todo aquello, el teléfono cayó al piso. Y esta vez, volvieron a escaparse mis lágrimas. Volví a coger el móvil para dar respuesta alguna.

—¿Podrías decirme al menos dónde está Taehyung? Por favor.

—Está con nosotros, o más bien, YoonGi.

Su asqueroso nombre resonó en mi cabeza, dándome asco y desprecio hacia él. Quería matarlo.

—¿Podrías darme la ubicación exacta?

—Min nos hizo venir a Madrid, España.

Y ese fue el mechero que encendió el fuego.
No sabía que más hacer, más que seguir llorando en silencio y no poder creerme aún lo que sucedía.

—¿Hablas en serio? —pregunté con un notorio llanto en mi tono.

—Lo siento. Espero que te haya servido de algo mi información. Nos vemos pronto.
Y colgó.

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La traición, hermano.