O8 - Huída

2.3K 277 111
                                    

Ya llevaban aproximadamente dos horas cavando, habían avanzado bastante el trabajo.
En ese periodo de tiempo YoonGi se había informado sobre una especie de garage que había a pocos kilómetros.
Su plan era llegar allí sin ser descubiertos, pero sin antes dar una última llamada a Kim Namjoon.

El pelinegro tomó asiento en su oficina para marcar al contacto de Kim.

¡Hijo de perra! ¡Devuelveme a mi hijo!

Oh hola, ¿Bien y tú?

Eres un asqueroso Min.

—Gracias, y dime en qué quedamos, ¿Me pagarás con dinero o con la vida de tu hijo?

¡¿De qué hablas?! ¡¿Qué dinero?!

—¿Todavía no te enteras? El que me robaste.

No sé de qué hablas. Pero te daré la cantidad que quieras solo si puedo tener a mi hijo de vuelta.

Hmm, si es así, ¿Qué te parecen cien mil billones de Wons? —Decía con una risa sarcástica.

¡¡¿Estás loco?!! ¡¿Es que quieres que me quede en banca rota?!

—Puede... Si quieres a tu hijo.

Te juro que algún día te encontraré y te mataré Min YoonGi.

—Si si venga, mejor págame y vete a la mierda.

Min cuelga la llamada, sintiéndose algo orgulloso por lo último que dijo.
Este guarda el móvil en uno de los cajones y de repente aparece Taehyung como si nada en la puerta.

—¿No te dejé bien claro que debías quedarte en el salón?

—S-Sí pero... Tengo hambre...

Al oír eso YoonGi se acuerda que no ha comido nada en más de un día, y siente algo de culpabilidad sin saber por qué.

—Ugh pues, tengo pan y agua.

—¿No tienes zumitos?

—No.

YoonGi se levanta a buscar el pan mencionado para entregárselo a Taehyung, y este lo recibe con gusto.
El nombrado estaba dispuesto a volver al salón con el pan hasta que algo se lo impide.

—Eh, ya que estás aquí, quédate. Ven acá. —Habla el mayor dando palmadas sobre su pierna.
El menor asiente con timidez y se acerca para sentarse en el regazo de Min; este le rodea su cintura con una de sus manos mientras que con la otra escribía en una libreta.

Taehyung no se sentía del todo seguro; ¿Por qué esa actitud de repente? Le asustaba el hecho del que YoonGi esté tan “amable”, pero no iba a dejar pasar esa oportunidad.

—Esto... Nunca me has dicho tu nombre... —Dice con la boca medio llena.

—Y no te lo diré.

—Oh vamos~ —Insiste Taehyung con el intento de un tono adorable y haciendo pucheros.

—Bien, me llamo YoonGi. Min YoonGi. —Tuvo que decirlo, por alguna razón sentía que el menor era algo tierno. Pero no tanto.

De un momento a otro, entra Hoseok por la puerta sorprendiendose un poco por tal escenita.

—¿No te han enseñado a llamar por la puerta?... En fin, ¿Qué quieres?

—Eh... Hay un atasco en una de las máquinas... ¿Podrías venir un momento? —Miente el pelirrojo, haciendo que YoonGi vaya.

Min se levanta sin antes darle una seña a Taehyung de que se bajara; YoonGi salió de la oficina cerrando la puerta para que no se oiga lo que hablaran.

—YoonGi, ¿Qué crees que haces? ¿Estás dejando que ese mocoso te seduzca o algo? ¿Es que te volviste maricón?

—Ugh no es eso, solo...

—¡No, YoonGi! ¡A tí te gustan las tetas, no los penes!

—¡Cállate ya! A tí no tiene que importarte lo que yo haga. ¿Te quedó claro? Vete de una vez con los demás, no quiero más berrinches tuyos.

—Eres insoportable, con razón te abandonaron. —Habla con disgusto y se va hacia el sótano, dejando al mayor un poco atónito.
Min vuelve a entrar un poco cabreado por la frase de Hoseok, sentándose y volviendo a hacer lo suyo.

—Será mejor que vuelvas al salón de antes, ya.

Taehyung abandona la oficina haciendo caso a las palabras de YoonGi; quedándose allí un poco decepcionado, sin saber por qué.

‏‏

💰

‏‏

—Ya hemos terminado. Hay que preparar todo para irnos ya.

Todos se acercan a una especie de habitación, para tomar lo que necesitaban, en este caso, una M416 para cada uno por si acaso, menos para Taehyung.
Todos se visten de negro cubriéndose lo que más pueden, «incluyendo a Taehyung» que pasaba desapercibido por su altura.

El segundo plan había comenzado, Sehun estaba mirando por una de las ventanas y ya veía algunos coches y patrullas de policía acercarse.

—Ya es la hora. —Avisa el nombrado. —¡Vamos!

Todos comenzaron a bajar las escaleras del sótano, llegando hacia el agujero que habían hecho y bajando rápidamente por este con algunas linternas.
Varios agentes de policía entraron al dicho recinto, buscando por cada rincón alguna pista o señales de vida, y fallando en el intento.
Todo estaba saliendo al pie de la letra; ya les quedaba poco por llegar al final del túnel.

‏‏
💰

‏‏
—¡¿Cómo que no hay rastro de ellos?! ¡Habéis buscado mal! No puede ser, no puede ser...

—Lo sentimos señor Kim, pero no se puede hacer nada, seguiremos investigando.

—Quiero a mi hijo, ¡Ahora mismo!

—Tranquilicese señor Kim, lo encontraremos.

‏‏

O puede que no.’
‏‏

i'm fine ; yoontae. +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora