Dos Encuentros Inesperados

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Me inclino para recoger mi teléfono, pero una fría mano lo levanta primero.

-Creo que se te cayo- dice alguien en tono burlón.

Me levanto rápidamente, joder parpadeo dos veces para comprobar que lo que estoy viendo es real. Que hombre tan guapo, me permito admirarlo detenidamente, piel blanca como la nieve, cejas gruesas color café, unos hipnóticos ojos color grises, pestañas demasiado largas que debo admitir me dan envidia, pómulos marcados tiene un pequeño lugar en el pómulo derecho, la forma en que le cae su cabello color caoba en la frente le da un aire de chico malo, mi vista baja a su labios son rosados y carnosos, son acompañados de una sonrisa burlona.

-¿Disfrutando la vista nena?- su sonrisa crece.

-Dame mi teléfono- le exijo.

-Hey preciosa tranquila, ¿por qué tanta agresividad? Tan bonita y tan amargada- hace un puchero.

- ¡Idiota! Dame mi teléfono- como puedo se lo arrebato, logro ver que en su mano izquierda tiene un anillo con una N en el dedo de en medio.

Suelta una carcajada- Que mujer tan intensa, debo admitir que esa actitud me gusta de una chica, me agradas chica teléfono. Soy Noah Adams- extiende su mano en mi dirección.

Lo ignoro, doy media vuelta indignada, veo la hora en mi reloj y faltan 10 minutos para mi segunda clase camino a toda velocidad, escucho una risa ronca detrás de mi.

-Nos veremos de nuevo chica teléfono, te lo aseguro- grita.

Volteo, veo diversión y desafío en sus ojos, le sonrio falsamente y le muestro mi dedo de en medio. Me echo a correr para poder llegar a tiempo.

Llego sofocada de tanto correr, pero gracias al cielo llego a tiempo, busco desesperadamente mi salón y entro a toda prisa, doy un suspiro de alivio al ver que el profesor no ha llegado.

Veo a mi mejor amiga Angela que me hace señas para que me siente con ella.

-Mierda Tony pense que no llegabas, pero por tu cara de culo, algo te pasó.

-Un idiota arruinó mi teléfono- lo saco de la mochila y se lo enseño.

- Joder, que buen golpe se dió- dice alzando las cejas- Pero ve el lado bueno, ya podrás desechar ese vejestorio y comprar un teléfono más actualizado.

-¡Oye!- le doy un manotazo-Gaste todos mis ahorros en comprar este teléfono, le tengo cariño- me seco una lágrima imaginaria.

Una voz chillona nos interrumpe, no necesito voltear para saber quién es.

-Adivinen a quien le pidieron el número los chicos nuevos, obvio que a mi-dice dando saltitos-Soy la chica más guapa y deseada de toda la generación.

-Hay que prevenir a los pobres chicos, no les vayas a pegar una ETS- grita Angela.

Todos soltamos una carcajada y la cara de Natalie se desencaja.

-Miren nada más quien habla la pelos de Zanahoria, lo dices porque me tienes envidia de que todos los hombres me desean, en cambio a ti no se te paran ni las moscas.

-¡Ja! ¿Envidia? De qué podría yo envidiar a una promiscua como tú, todos los hombres te buscan para llevarte a la cama, nadie te tomará en serio jamás en tu vida. Eres una pobre chica que solo busca llenar el vacío de su vida y de su cabeza con sexo- contraataca Angela- Solo así podrás tener un poco de atención de alguien.

-Angie por favor para- le suplico, por supuesto no me hace caso.

- Y eso sin contar que eres una puta roba novios o ya se te olvido que le robaste el novio a Tony.

Veo como parpadea dos veces para contener las lágrimas- No es mi culpa que Mike buscará lo que tú patética amiga nunca le dió, no es mi culpa que le aburriera en la cama y buscará una mujer de verdad como yo que lo pudiera satisfacer en todo- posa su mirada en mi y sale del salón contoneando las caderas.

-Esa perra, pero ahorita se las va a ver conmigo- se levanta enojada.

Cómo resorte me paro, voy tras ella, la tomo del brazo y la hago girar hacia mi.

-No vale la pena por favor, recuerda que no puedes tener más problemas, estás a un reporte de ser expulsada- le recuerdo.

-Lo se amiga, pero hay que ponerle un alto a esa.

-No vale la pena, recuerda que aquí aplica "la que se lo queda pierde", déjala que se quede con el diminuto pene de Mike- soltamos una carcajada.

-Esta bien, solo por ti y porque no quiero que a mis padres le den un infarto si me expulsan- hace una mueca de fastidio.

Sigo preguntandome como es que somos mejores amigas, somos tan diferentes. Ella es más atractiva, buen cuerpo, tiene curvas en todos los lados de su cuerpo, tiene unos coquetos ojos color verdes, cejas definidas, tiene el rostro libre de imperfecciones, esto es gracias a las horas en que se dedica a cuidar su rostro, nariz respingada, labios rosados en forma de corazón, gracias a eso puede estar sin usar labial y aún así sus labios se ven grandes y bonitos, tiene el cabello entre pelirrojo y rubio, yo siempre le digo que es mi pelirrubia favorita.

Es más extrovertida que yo, no tiene filtro las cosas que piensa las dice sin detenerse a pensar en las posibles consecuencias de sus palabras, eso le ha llevado a tener muchos problemas. Sus padres ya no saben que hacer con ella.

-Oye Tony, quedamos en ir al cine no salgas con tus excusas y acompañanos.

-No tengo ganas Angie- suelto un suspiro- Además recuerda que tenemos que estudiar para los exámenes de esta semana.

Resopla- Lo sé amiga, pero no puedes ir por la vida siendo una ñoña y aburrida

La miro indignada- No soy aburrida ni ñoña, solo que sabes que tengo una beca la cual cuidar y no me puedo dar el lujo de tener notas bajas o de reprobar.

-Ok, no te insistere está vez, pero la próxima no te vas a salvar y me vas acompañar- amenza

-Buenos Días jóvenes, pasen a dejar sus trabajos y después empecemos la clase.

-Como siempre el viejo arruinando la diversión- murmura mi amiga.

Pasamos a dejar los trabajos uno por uno y volvimos a nuestros asientos, esperando que el profesor terminará de escribir en la pizarra.

-Bueno jóvenes como les escribí, tendrán que hacer un trabajo sobre un caso penal de que ustedes quieran son libres de escoger, el trabajo debe tener entrevistas, licitaciones, testigos, audiencias, pruebas tanto de la parte acusada como del acusador, este trabajo vale el 50% de su calificación. Tienen un mes para entregarlo, no quiero excusas de que no les dió tiempo- nos mira por debajo de sus anteojos- Terminen de escribir y pueden retirarse.

Al salir del salón me estampo con alguien, provocando que un líquido caliente se derrame en mi chaqueta.

- ¡Joder otra cosa!- murmuro.

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