7.

1.2K 125 12
                                    

Kim Taehee se preciaba de ser una omega que iba en contra de las expectativas que se tenían de ella. Había estudiado y trabajaba duro para promover la igualdad entre alfas, omegas y betas, como demostraba su carrera como docente en la Universidad donde había sido la primera omega en ostentar la catedra de Antropología. Muchos podrían pensar que ese esfuerzo se debía tanto a sus convicciones así como a la condición médica de su hijo, y si bien era mayormente cierto, un hecho en su pasado era lo que había iniciado ese afán.

Cuando había entrado a la carrera no había muchos omegas en la universidad y un gran apoyo para ella había sido su prima mayor, Kim Minhye, que cursaba su segundo semestre en la carrera de medicina. Ambas habían compartido un departamento en el campus junto con los descalabros propios de estar estudiando.

Un día cuando Minhye estaba en los últimos meses de su residencia, anuncio que su familia, que era bastante conservadora, la había prometido con Choi Seokmin, hijo de amigos cercanos a sus padres. Taehee se escandalizo por ese hecho a pesar de que su prima apenas le dio importancia.

- No me importa casarme con Seokmin – había dicho ella – es un buen alfa –

Por mucho que a Taehee le costará admitirlo su prima tenía razón, y de hecho después de un año de convivencia antes de su matrimonio ambos se enamoraron. En la boda, que fue soberbia, Minhye le aseguro que estaría bien, que Seokmin no le restringiría nada y podría ejercer su carrera como médico.

No todo fue bien.

A los dos años de casada Minhye se embarazó y su estado se puso tan grave que tuvo que dejar su trabajo. Su estado de salud no mejoró y cuando nació su hija ella falleció. Fue una tragedia, para la familia Kim y la familia Choi, pero Taehee sabía que no había sido culpa de nadie por mucho que ella quisiera culpar el compromiso de su prima. Su rencor hubiera quizás terminado ahí o aminorado, pero Seokmin se casó apenas dos años después con otra omega y ella no volvió a dirigirle la palabra a los Choi.

Una parte de ella sabía que estaba siendo infantil, quizás por ese motivo ahora el destino le hacia esta jugada. Que el alfa destinado para su hijo, con no menos que una unión por sangre fuera un Choi.

**

Taemin se sorprendió de la calma con la que tomo el mensaje de Kibum diciéndole que su madre lo había visto dejar el hospital con Minho. Suponía que dicha tranquilidad tenía que ver con el hecho de que acababa de despedirse del alfa, su aroma siempre lo dejaba sintiéndose relajado y feliz. Poco después del mensaje su teléfono sonó con una llamada de su papá que contesto enseguida.

- Buenas noches, Tae –

- Buenas noches –

- Kibum, ¿Te habrá mencionado algo? – pregunto tentativamente el hombre -

- Ya sé que paso – dijo con un suspiro el rubio - ¿Qué tan mal lo tomo? -

- No muy bien al principio –

- ¿Al principio? –

- Esta dispuesta a darle una oportunidad a Minho, pero debes hablar con ella tú mismo. Probablemente deberíamos reunirnos los tres para conversar y después hablar los cuatro –

- Entiendo, – dijo Taemin – hablemos mañana los tres, después de mi turno en el hospital –

- ¿Seguro? –

- No hay punto en posponerlo –

- Muy bien, nos vemos mañana entonces –

**

Taemin había decidido que la comida fuera en la oficina de su padre, no quería ojos y oídos ajenos en la conversación que iban a tener. Llegada la hora se dirigió con aire resuelto a la planta alta del hospital. Al entrar a la oficina sus padres ya esperaban sentados en la mesa puesta, con más calma de la que sentía se sentó frente a ellos.

MisconceptionsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora