-Te quiero, te quiero...- susurraba Tadeo viendo al amor de su vida dormir plácidamente.
-Te quiero, te quiero...- volvía a susurrar tratando de no despertarlo.
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La noche anterior habían cumplido 3 años de pareja y habían comido, habían tomado, habían caminado tomados de la mano bajo la noche estrellada planificada para la ocasión.
Llegaron al hotel, rosas, más licor, mas risas, menos ropa, harían el amor tan salvajemente que pasaría a formar parte de uno de los recuerdos memorables de la pareja.
Yoon sabía muy bien donde tocar para que Tadeo pudiera disfrutar el sexo con él, un beso en la boca, lamiendo los labios suavemente, las risas sobre ellos, los te amo siempre presentes unas veces entrecortados, otras en duro gemido, las manos donde podían y debían tocar.
-Te amo Tadeo- decía Yoon al momento de besar cada vez más intensamente al rubio.
-Te deseo tanto Yoon- Tadeo desabotonando poco a poco la camisa del pelinegro, necesitaba sentir la piel, necesitaba probar la piel nuevamente, embriagarse de su sabor.
Tadeo quitó la camisa al pelinegro en un ritual sabido por ellos, besando poco a poco el cuello de su amado, Yoon ya había metido las manos dentro del pantalón del menor y empezó a tocar esas caderas que lo volvían loco.
-Sigue amor, sigue, sólo tu sabes hacerlo tan bien...- repetía el pelinegro
Tadeo embriagado por el alcohol y el deseo empezó a bajar del cuello poco a poco, esa lengua maldita cobraba vida cada vez que rozaba la piel del pelinegro, tomaba hasta la última gota de sudor que salía de cada poro excitado; sexo, alcohol, y olor a velas y rosas era lo que inundaba los sentidos en ese momento.
El rubio se levantó nuevamente y rió mirando al pelinegro que iba cada vez más sucumbiendo al deseo, muchas veces visto por él pero cada momento de placer distinto al otro, Yoon volvió a tomar del cuello al rubio para empezar el ritual del beso profundo, Tadeo actuó como sabia muy bien, esa sexual lengua entraba y salía de la boca de Yoon, en un momento ambas empezaron la lucha para ver quien seducía más, quien agitaba más, quien poseía la boca del otro como se poseían siempre en el sexo salvaje.
-Siempre serás mio- gemía Yoon a Tadeo
-Siempre tuyo... si, siempre tuyo-
Ese momento se convirtió en el punto sin retorno al sexo.
El rubio desabotono el pantalón y dejo a su pareja sin nada sobre su piel, Yoon estaba completamente desnudo y a disposición de la imaginación de Tadeo, eso lo excitaba sobremanera, el rubio el dominante, él el dominado, como presa fácil a merced del animal cazador.
Tadeo tomó la copa de vino que había estado tomando su pareja y la rocío sobre el cuerpo de este, haciendo que Yoon gimiera de placer...
-Serás mi copa el día de hoy-
Yoon solo gemía en respuesta, iba a hacer absolutamente todo lo que Tadeo le dijera...
Tomó ahora su copa y volvió a rociar el cuerpo de su pareja, el pelinegro gemia cada vez más...
-Dame de beber...- pidio el rubio
Yoon instintivamente toco con sus dedos el vino que pendía de su cuerpo y lo puso en la boca del rubio.
-De todos tus rincones-
El pelinegro frotó sus dedos contra su miembro y volvió a dársela al rubio.
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Historias de pureza... sexual
Short StoryEl sexo es más excitante en la pantalla y entre las páginas que entre las sábanas.... A.W. Cada capítulo una historia - One Shot