-¡¡Maldito bastardo... maldito!!.-
- Por favor, ya no... ya no... .-
- ¡¡Cállate basura... !!.-
Tadeo caminaba pesadamente hacia ese lugar que otro llamaban hogar, pero para él solo iba llegando al lugar donde dormía, sí, esa era la palabra, el lugar donde dormía por las noches y salía en las mañanas, un lugar donde su madre, esa mujer que le dio la vida lo hacía vivir a la fuerza, si, porque él ya no quería seguir a su lado pero tenía que mantenerla, siempre escuchó que había nacido de ella y debía darle todo lo que pidiera, pero eso lo creyó hasta cierta edad, ahora no, ahora era una mera excusa, si seguía allí era por alguien más, alguien a quien cuidar... su pequeño hermano menor, el último hombre de su madre, el segundo en su vida luego de su padre, la dejó al enterarse que estaba embarazada, y ella decidió no tener más hijos...
- Porqué traer más bastardos al mundo.-
Repetía ella siempre que necesitaba desquitarse la frustración de su nuevo marido con alguno de ellos.
Tadeo iba caminando a ese lugar soñando en que quizás mañana pueda reunir lo suficiente para largarse, total, si fuera él solo lo habría hecho hace mucho tiempo, pero solo nunca se marcharía, necesitaba a alguien... a su hermano menor con él.
Tadeo caminaba hacia esa dirección cuando escucho, si, escuchó lo que todo el barrio lleno de viejas chismosas y hombres machistas llevaban escuchando hace unos minutos... los gritos del marido de su madre, pero algo más aterrador, los gritos de su pequeño hermano...
-¡¡Maldito bastardo... maldito!!.-
- Por favor, ya no... ya no... .-
- ¡¡Cállate basura... !!.-
Tadeo ya no caminaba, ya no, ahora corría hacia ese lugar donde dormía por las noches y cuando entró vio la imagen que carcomió sus entrañas.
La mujer que era su madre tirada en el piso, sangrante, desmayada, brutalmente golpeada... su mirada recorrió ese lugar donde dormía por las noches y todo estaba roto, sillas, espejos, el viejo televisor que era su entreteniiento en las noches.. pero... su hermano ¿dónde estaba su hermano? ¿porqué escuchaba sus gritos y no estaba él? De repente su mirada se dirigió al dormitorio, si, ese pedazo de cuarto donde ambos compartían donde dormir y su mente se llenó de las imágenes más aterradoras, sin detenerse en averiguar la suerte de su madre cogió el cuchillo que llevaba en sus manos y se dirigió a ese lugar donde dormía, ese cuarto...
Negación... miedo... ¿qué sucedió? ¿qué acaba de pasar?...
Tadeo no recordó mucho lo que hizo en ese lugar, solo se vio asimismo unos minutos después, como en una película que salto alguna escena, parado al costado de la cama de su pequeño hermano, si, el pequeño molido a golpes que estaba tendido sobre esa cama, su pequeño cuerpo solo llevaba sobre si moretones a modo de vestimenta, ese cuerpecito desnudo solo era cubierto por golpes y manchas de sangre, mientras que al costado yacía el cuerpo de su padrastro, ahogándose en su propia sangre, de su cuello salía sangre a borbotones, Tadeo lo miró y sonrió en rictus macabro, se acercó a quien fue su pequeño hermano tratando de cubrirlo con esas sábanas sucias de sangre y dolor pero al hacerlo mancho todo mucho más, sin darse cuenta sus manos estaban cubiertas de sangre, la sangre del que moría en el suelo.
- Cuídate mucho... cuídate hasta que yo llegué contigo.-
Abrazo el cuerpo de su pequeño hermano con tanta fuerza que pensó que lo llevaría dentro de él, su mente estaba tan ida que no sentía como sus lágrimas mojaban el pequeño rostro lavando la sangre que salían de sus pequeños ojos y nariz... y gritó... gritó un grito desesperante, uno que movería el vientre de cualquier ser que haya parido en este mundo, el grito del amor perdido... el amor de su pequeño hermano.
ESTÁS LEYENDO
Historias de pureza... sexual
Short StoryEl sexo es más excitante en la pantalla y entre las páginas que entre las sábanas.... A.W. Cada capítulo una historia - One Shot