Al fin tenía un día entero con el.
Luego de buscarme, fuimos a el lugar que considerábamos nuestro. Era un lugar solitario ya que nunca podían terminar cualquier tipo de obra allí. Nos sentamos en una terraza de los edificios abandonados. Ese día mi plan era solo escucharlo a el, no llenarlo con mis problemas. Me contó cuando era pequeño y empezó a pertenecer al mundo, no podía creer como teniendo esa edad el pudo contra todo mientras yo aún no podía.
De un momento para el otro me dio miedo estar en esa altura, nunca había tenido temor a las alturas. Otro ataque de pánico. Es una desesperación tan grande que no puedo dominar, tenía miedo demasiado miedo. Pero todo de nuevo era por el. Me di cuenta que en cualquier momento ya no podría escuchar su voz, esa que amaba. Era cuando me sacaba de mi y pensaba en la más inútil solución.
_Vete. Tienes que irte ahora -enseguida empezaba a llorar-
_Sabes que no me iré lo prometí por siete años.
Cuando me di cuenta, ya lo tenía al frente mío. Tomó mi rostro y se acercó lo más posible que se podía. Lo observaba siempre como la gran maravilla que era. Para mí no había algo mejor, aún que estuviera llorando a mares solo podía verlo a él. Sacó las lágrimas que estaban esparcidas por mis mejillas, de nuevo volvió a verme. Para después, tocar mi labio inferior. Cerré los ojos con fuerza, los dos sabíamos que esto estaba mal.
_ ¿Porqué no puedo besarte?
_Lo prometí. No puedo hacer ésto.
_ Y si lo hago yo... Por favor
_ Aún no, siquiera estoy lista
Lo deseaba más que nada, aún así habían cosas más importantes. Era lo que pensaba antes de intentar dormir, siempre era lo mismo. El siempre me acompañaba.
Todo estaba oscuro, solo éramos el y yo. Me decía que ya era hora, no podía dejarlo ir. Solo quería irme con el, pero sabía que era imposible. Empecé a pedir que no se fuera, que haría lo que fuera para que se quedará. Con la respiración agitada miraba para todos lados intentando encontrarlo. Me desperté. Siempre era la misma pesadilla o realidad. Otra vez lo abracé solo eso necesitaba.
_No! No! No puedes irte. Déjame irme contigo - lloraba de nuevo como el primero de estos sueños-
_Sabes que no puedes irte. Dijiste que te quedarías y terminarías tu carrera.
_Yo solo debería morir -era en lo único que podía llegar a pensar-
_No te dejaría hacer eso -me alejó de el en ese momento vi sus ojos rojos e inflamados- Lo vez, todos sufrimos. Eso no me hará pensar dejarte o no disfrutar esto que tengo contigo. Prométeme que lucharás contra ésto, conozco tu lado fuerte yo creo en ti.
Justo sonó la alarma de las 00:00 media noche, ya era día dieciséis de marzo. No había notado que ya estábamos a un día más de mitad de mes. No quedaba prácticamente nada de tiempo lo peor era que mientras menos tiempo, menos ganas tenía de seguir.
ESTÁS LEYENDO
내 머리 속에있는 모든 것
Short StoryPienso que fue demasiada coincidencia que te conociera en plena tormenta.