Capitulo 5: ¿Dijeron algo de muerte?

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  Quinta entrega, Mili.

 Mil al contar sus anécdotas, poseía una mirada triste, decaída. Creo que era la única que lo notaba ya que tanto Ángel como Val solo prestaban atención a sus mentes ocupadas en idear los planes de vida de Mil y Franco.

 Aburrida y con cosas en mi mente salí a caminar por ahí, me percate de que Val me había alcanzado, ella siempre quería acompañar a las personas, o si bien acompañarlas para poder relatar sus "tragedias", carece de realismo y vive en una nube de drama. Pero ¿quién soy yo para juzgar a alguien? Si solo soy una lectora fiel de manga clásico.

 Val intentaba fingir que estaba bien, aunque la realidad era que tenia una constante necesidad por llorar o apartarse de las personas de un modo autista, un modo claramente no sano. El día estaba cálido a diferencia de los otros, el sol se montaba a lo alto del paisaje y los árboles se teñían de un verde más vivo, dejando atrás el atormentador blanco que los cegaba.

 A decir verdad, creo en el testimonio de Val y Ángel, las muertes son probables, más en este entorno, apartar o llevarse a una alumna y asesinarla o lo que fuese a pasar es relativamente sencillo, no hay nada a kilómetros y se podría labrar en paz, por eso yo si bien me apartaba del resto para caminar, siempre llevaba un pequeño cuchillo de cocina atado a mi tobillo. 

  -Tu sabes que yo creo en ustedes ¿cierto? -me acerqué a ella rozando su brazo.

  -Claro... somos amigas, creer en mí es algo un tanto insignificante tal vez para ti pero para mi vale mucho...

  -Es cierto, pero dime... ¿Por qué crees que Camila? digo, aún no se acercó a personas de interés, ella no hablaba o hacía nada, su único logro eran las malas calificaciones.

  -Quien sabe Mili... su mente debe de ser retorcida... -bajó lentamente la vista para luego deprimirse en cuestión de segundos. Justo ahí una morbosa idea enloqueció mi mente... 

  -Debes llevarme allí, a donde la mataron... - me interrumpió en mi silencio- No, no otra vez... Duele...Da miedo...

  -Superaremos este miedo juntas y yo podré averiguar más acerca de lo que pasó y por que sucedio, me gustan los misterios -dije al ponerle mi mano sobre su huesudo hombro, ella movió su gargantilla para poder respirar a gusto y su mirada por un segundo se torno valiente.

 Logré convencerla para que fuéramos a ese traumante lugar, que por cierto recordaba de memoria, no desconfio de su versión pero me resulta extraño que haya fallecido la única enemiga personal de Val.. Más aun así la muerte de Giuliana no tiene sentido si la comparamos de esa manera, ellas nunca habían hablado.

 Llegamos al lugar y lo primero que observé fue la pálida y perfecta nieve, en su plenitud, ya que ni una sola mancha se asomaba a lo largo de la nevada ya caída. Por un momento la idea de la real muerte de Camila sonaba absurda, pero luego comencé a pensar, como si yo la hubiese asesinado.

 Caminaría hacia ella, ¿siendo un rostro familiar? No, ella gritó por ende no lo podría saber... Me acerco, la miro y siendo exacta la empiezo a apuñalar, una y otra vez, ¿En el corazón? ¿En el estómago? Si solo viese el cadáver...lograría entender...

 Un segundo, una prueba ¡una prueba!, eufórica le pregunté; < ¿Fue un cuchillo? > a lo que respondió entre nervios un vago; < sí > luego de tragar saliva.

 ¿Donde dejaría el arma si fuera el asesino? ¿La ocultaría o la conservaría?

 Val  comenzó a mirar a los lados, intentando encontrar algo que fuera lo suficientemente interesante para distraerla, entonces fue cuando mencionó un comentario privado, que la hacía ver como una pequeña infante. 

Crimen Imperfecto: BarilocheWhere stories live. Discover now