Respuesta

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Estaba instalado como es usual en mi maléfico sillón junto a la chimenea, la calidez del fuego verde brillante me hundía en recuerdos despiadados y reanimaba mi sed de hacer el mal sin más razón que ser el peor de todos. 

El fonógrafo arrojaba al aire de la habitación una tonada antigua que había escuchado en incontables ocasiones, me ayuda a pensar, a planear, a contemplar el cuadro completo y ahora sé que el siguiente paso no es la dominación mundial sino que la expansión del caos indiscriminado.

Me asomé por la ventana. Recordé sin proponérmelo las dos semanas anteriores, Flug estuvo enfermo y después me contagió a mí ¿Cómo es que alguien increíblemente vil como yo puede caer ante una simple gripe? Eso me daba una idea; un enjambre de nanobots que son portadores de la gripe común, en cuestión de días cualquier nación caería en cama, sudorosos, embotados y tan afiebrados que tendrían delirios en los que... dijeran... cosas...que...

¡Maldición! ¡Qué dije y qué no! ¡No lo recuerdo! Solo esa mano enguatada en látex sobre la mía ¿Y qué dijo él? no, no, no, no dijo eso ¿verdad? No. No estoy seguro. 

"Yo sí estoy enamorado"

¿De quién? ¿En qué momento pasó? No debí dejar que tuviera vida social, yendo y viniendo entre otros villanos, hablando y riendo como un idiota con otros idiotas... sin mí.

Irrelevante.

-¡505! ¡Trae a Flug de inmediato!-

El colosal osito de peluche no alcanzó a pasar el sobresalto cuando ya salía despavorido a buscar al mequetrefe. Al escuchar los pasos apresurados amortiguarse en la aterciopelada alfombra, tomé lugar en mi sillón con mi aire dominante.

Dr. Flug pasó el umbral de la puerta tímido y nervioso, estrujando una mano contra la otra. Apenas salió un tartamudeo estúpido de su boca, cuando lo interrumpí.

-Tenemos planes hoy, cancela todo-

-¿Can- Cancelar?- tragó saliva -No podemos cancelar... tenemos capacitación de villanos y el video de orientación, además no he podido avanzar con...-

-¿Acabas de prohibirme hacer lo que te estoy ordenando?- 

-¡No! pe- pe- pero... -

El patético tartamudeo me causó gracia y tuve que curvar los labios para no soltar una sonrisa burlona, casi al instante, un pequeño golpeteo en mi pecho me incomodó de una forma desconocida. Miré de nuevo al tipejo que se presentaba ante mí y su nerviosidad provocó algo extraño.

¿No era este el científico malvado sin recatos ni moral que secuestra, experimenta, destruye y me asiste en mis más pérfidos planes? ¿Por qué se ve como un cachorro asustado? Un arrebato perforó mi mente y vi a este enclenque tomando la mano de una persona indefinida, como... si deseara algo más que simplemente hacer ese contacto...¡Por Satán! Lo imaginé enamorado. Si eso llegara a ocurrir, Dr. Flug desearía irse para siempre... alejarse... de mí.

El golpeteó fue más fuerte aquella vez.

-¿Jefe? Le digo que si suspendemos el horario de hoy tendremos que...-

-Vete- susurré.

-¿Qué?- balbució como un estúpido.

-¡Fuera! ¡Largo!- grité.

Se volteó no muy sorprendido y salió de la habitación arrastrando ligeramente los pies.

-No, espera- dije.

Oí que sus pasos se detenían y dudaban. De inmediato, pensé en la prisa que tendría de volver a esa famosa capacitación de villanos donde seguramente había personas mucho más interesantes que yo, donde podría charlar y reír a gusto sin nadie que lo reprimiera,  donde estarían mirándolo y todos buscarían llamar su atención para coquetear y agradarle ¿Qué se creía?¿Quería burlarse de mí?

La gripeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora