Descontrol

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Narrador Desconocido

Que duro fué ese último trabajo, pero como siempre las presas nunca escapan del cazador. Olvídese de que el cazador se vuelve el cazado porque eso es completamente falso, solo aplica cuando el cazador es un completo pedazo de mierda. Estoy llegando a la base y... ay diablos esta chica otra vez.

-¡Catherine! ¿¡qué demonios haces!?.- Exclamo Entrando en la casa abandonada para luego sacarla del trance en la que está, ¡no puedo creerlo! Lo hizo otra vez, Maldición...

-Paul...- Dice ella apoyando su cabeza en mis piernas cansada y sangrando por el orificio derecho de la nariz.- Él... A despertado... Fi-Finalmente han esco-cogido a o-otro... - Dice ella con una voz casi inaudible y agotada para luego quedar inconscientes. ¿Él a despertado? No me digas que...

Narra Alán

Estoy en la calle donde se encuentra el hogar de Isa es un edificio de 12 pisos Color gris con unas puertas de rejas en la entrada. Me acerco a el panel de números dónde se pueden comunicar con las habitaciones y marco el número 11 uno.. dos.. tres tonos.

-¿Hola?.- Responde Isa con voz adormilada por la hora que es.

- Bell soy yo Alán abre la puerta ¡rápido!.- Digo yo con prisa en ponerme a salvo.

-¿Alán? ¿Qué haces tan tarde por aquí?.- Dice ella sin entender nada de lo que está pasando.

- Luego te explico ven y abre ¡Rápido!.- Exclamo nervioso por lo que pasó hace un rato.

- Ya voy ya voy, cielos...- Dice ella para luego cortar. A cabo de unos 5 minutos está saliendo de un ascensor y abriéndome la puerta.- ¿Qué haces aquí? Deberías estar en tu casa.

- Luego te explico.- Digo para terminar de entrar al edificio. Lo primero que se ve al entrar es una bella decoración de plantas, al lado del ascensor hay una casita de madera enganchada a la pared, también hay un estante donde se les coloca los correo a los residentes de ahí. Nos acercamos al ascensor y presiono el botón. - Yo... Eh sido Robado y secuestrado hace un momento.- Digo finalmente rompiendo el silencio y explicándole, la verdad seamos honestos, no le puedo decir que me hicieron algo y ahora soy un mitad ghoul.

- ¡¿Qué dices!? ¡¿Estás bien?! ¿¡Te hicieron daño!?. - Preguntaba ella de una forma preocupada examinando cada parte de mi cuerpo en busca de alguna herida.

- No yo... Eh logrado escaparme sin ningún rasguño, pero necesito refugiarme y eres la única que conozco qué viva cerca y pueda pasar la noche.- Digo explicándole la situación agachando la cabeza por mentir.

-Tranquilo, quédate el tiempo que necesites.- Dice para luego darme un abrazo cálido de esos que te hacen sentir que todo estará bien. Me pregunto si: ella se enterara de que soy un monstruo ¿Seguirá abrazándome con tal calidez?.

El ascensor llega y ambos entramos, ella marca el piso 11 y acabo de 2 minutos llegamos al destino, en este piso hay dos puertas una en cada lado de la sala. Entramos en la de la derecha y lo primero que se ve es una mesa auxiliar de cristal con una biblia colocada en el medio de ella junto con una lámpara de mesa en la esquina de esta, tiene un juego de muebles y un plasma encima de otra mesa auxiliar pero un poco más grande en medio de estas tres, siguiendo un pasillo encontramos una cocina ordenada y grande con una mesa de comedor en el medio y una laptop Canaima encima de la mesa.

- Es por aquí.- Dice señalando una de las puertas al lado del baño. Al entrar lo primero que se ve son un montón de dibujos échos a mano, una mesa de escritorio con un montón de juguetes y una computadora grande colocadas de forma decorativa, hay dos camas una en cada lado de la habitación, un televisor en el medio al lado de la puerta y hay un par de mesas de noche con una lámpara nocturna encima de cada una.- Está es mi habitación ¿Te gusta?.- Me pregunta ella sentándose en una de las camas.

Ghoul ParadoxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora