1: Pesadilla

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Despertó con la respiración agitada.

Perladas gotas de sudor surcaban su rostro y un temblor involuntario la recorría de pies a cabeza.

Se levantó con cuidado de la cama a la vez que sus ojos se iban adaptando a la oscuridad de la habitación y su respiración se volvía a regularizar.

De nuevo aquel sueño, llevaba más de un mes siendo atormentada con aquella hórrida pesadilla, y es que tenia miedo, desde muy joven había sufrido esa clase de sueños, llenos de escenas espantosas, llantos, lamentos, muerte y criaturas salidas del mismísimo averno.

Pero lo que más la atormentaba eran los extraños seres que la habían estado rondando últimamente, dándole mensajes infernales y anunciándole el fin inminente de la humanidad.

Eso era lo que más le aterraba.

De repente escuchó de nuevo aquel sonido tan característico de las últimas semanas, se giró sobre sus talones para observar como al fondo de la habitación, en una esquina, se encontraban dos pares de ojos rojos como el fuego, tan parecidos a los suyos, viéndola con fijeza, analizándola.

Un escalofrío la recorrió de pies a cabeza paralizándola por completo en lo que parecieron horas.

"Él viene por ti"

Aquel susurro en su cabeza fue lo que finalmente la hizo reaccionar, a lo que finalmente echó a correr hacia la pared en donde se encontraba el switch de la luz, encendiendo esta en el acto.

Con la respiración entrecortada se giró de nuevo sobre sus talones, encontrándose con la habitación vacía.

Se había ido, aquella criatura se había ido dejándola completamente sola y sin dejar rastro alguno en el lugar.

✴✴✴

En la ciudad de Nueva York una figura humana se encontraba balanceándose entre los edificios de la sexta avenida mientras que hacia su ronda nocturna antes de regresar a la comodidad de su hogar.

Cuando finalmente se decidió por dar por terminado su patrullaje el sentido arácnido de Spider-Man se activó, siendo seguido a los pocos segundos por una fuerte explosión en algunas manzanas más abajo del lugar en donde se encontraba.

— Oh vaya, y yo que creía que esta iba a ser una noche tranquila... -dijo el héroe arácnido para lanzarse a la batalla.

Al llegar vio como la gente corría despavorida por todas partes tratando de huir, mientras que del fuego salia la figura de un hombre con la piel roja como la sangre y dos pares de ojos de un color amarillo fluorescentes.

— ¡Oye, amigo! -exclamó Spider-Man distrayendo al sujeto quien estaba a punto de atacar a una mujer- ¿no sabes que atacar a una damisela es de mala educación?

— Estúpido humano -dijo la extraña criatura con una voz cavernosa, girando el rostro hacia el héroe- no te metas en lo que no te incumbe.

Y dicho eso una bola de fuego fue arrojada hacia Spider-Man.

En un rápido movimiento el héroe esquivó el ataque para rápidamente lanzarle una de sus telarañas y dejarlo pegado a un muro de concreto, dándole el tiempo suficiente a la mujer para poder escapar del lugar.

Un gruñido gutural escapó de la criatura, quien de un movimiento iracundo se soltó de la red en la que estaba atrapado y comenzó a atacar a Spider-Man, quien trataba de esquivar los ataques de fuego de este a la vez que buscaba la forma de derribarlo.

Un zarpazo de parte de la criatura se dirigió hacia el héroe a toda velocidad, lanzándolo con fuerza hacia una de las paredes de uno de los edificios cercanos, haciendo que en el proceso un grupo de escombros cayeran encima del arácnido.

— ¡Oh, vamos viejo! ¡Hace poco lavé el traje! -dijo este quitándose algunos de los escombros y sobándose la cabeza mientras veía doble.

— Tu mundo va a ser destruido y nadie va a poder detenerlo -dijo el ser con una macabra sonrisa- él los dominará, el fin de la tierra se acerca.

Dicho esto el sujeto alzó uno de sus brazos listo para darle un último golpe a Spider-Man, cuando una extraña capa de materia oscura envolvió al sujeto impidiéndole moverse.

El héroe dirigió su mirada hacia quien le había ayudado, encontrándose con una figura alta y cubierta por una oscura capa negra de pies a cabeza.

— Eh ¿Gracias? -dijo confundido.

— ¡Veni foras extra mali spiritus in tantum mortalis! -susurró la figura afianzando el agarre.

Un horrible chillido escapó de la boca de la criatura, quien empezó a retorcerse intentando escapar.

— ¡Es inútil! ¡Él vendrá por ti! -gritó para a continuación, transformarse nuevamente en un hombre normal.

La figura encapuchada se giró hacia el héroe quien veía la escena impresionado ¿acaso eso había sido un exorcismo?

— ¿Estás bien? -preguntó la figura encapuchada tendiéndole una mano.

— Oh claro, claro -dijo este saliendo de su asombro- ¿Y tú eres...?

— Phantom, llámame Phantom -dijo en un tono frío, calmado y con cierto acento y acto seguido, el sonido de las patrullas policíacas se hizo oír- es un gusto conocerte, Hombre Araña.

El joven héroe se sintió algo intrigado, no todos los días se referían a el por su seudónimo en español.

— Bien, y a todas estas ¿Se puede saber qué fue eso?

— Puedo explicártelo, pero es mejor si vamos a otro lugar...

A continuación, se dio la vuelta abriendo un portal y tendiéndole nuevamente una mano al héroe de rojo y azul lo cruzaron, desapareciendo de ahí justo en el momento que las patrullas invadían el escenario.

[1] Ojos Rojos (MARVEL/DC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora