«Oscuridad.»

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Habíamos caminado varios minutos hasta llegar a nuestro punto de reunión. Una vez allí, nos encontramos con Victor y Mayo.

Los saludos y bienvenidas no se hicieron esperar, todos estaban más que alegres de reencontrarse con ellos y yo también lo estoy, no lo negaré, pero mi cerebro no logra reaccionar y hacer aparecer una sonrisa.

Mike: ¿Timba, tú también te has comprado ropa?

Timba: ¡Es que no pude evitarlo! ¡Todo allí era hermoso!

Sparta: ¿De dónde han sacado tanto dineral?

Rius: Timba pagó todo.

Timba: En mi defensa, Rius me obligó.

Rius: ¡Pero cómo no te voy a obligar, si tú las has querido robar!

Observó mi café, las risas y burlas de mis amigos quedan de fondo, las preguntas dirigidas a mí no interesan. Trató de actuar neutral, tomó un poco de café, asiento cuando mis amigos me preguntan cosas que ni he escuchado y sonrío con indiferencia.

Mike: ¿Trollino...?

Oigo mi nombre pero no doy importancia, dejó de lado mi bebida, ignoró a la persona que me habla y observó a la gente cruzar frente al gran ventanal del bar.

Miró a Mike por el rabillo de mi ojo y lo veo reír, pero eso no causa más en mí que preocupación y enredos mentales de los cuales no sé la respuesta o no en momentos de estrés.

«¿Cuál es la causante de estas apariciones? ¿Solo a Mike y a mí nos ocurre esto? ¿Trollino.exe también se aparecerá en algún momento?»

No dejó escapar mis dudas, no puedo... y no quiero. Cierro mis ojos, inhalando y exhalando mientras buscó una manera de no aparentar aburrimiento o descortesía con los chicos.

Trollino: Oigan.

Seguían riendo, al parecer les importó muy poco mi llamado de atención. Fastidiado, sopló uno de los cabellos que caen por mi rostro y me levantó del asiento.

Mike: ¿A dónde vas, vinagrito?

Trollino: ¿Quieren saberlo de verdad?

Timba: Por supuesto, chaval.

Trollino: Iré a mear.

Victor: Que sutil eres, Trollino(él solo niega y ríe). ¿Seguro que tú eres el gran salvador de aquí?

Trollino: ¿Alguno de ustedes trabaja?

Timba: Nos dueles, Trollino, nos dueles.

Trollino: ¿Qué puedo decir?

Elevó mis hombros y una risa escapa de mis labios. Seguí caminando hacía el lavabo, todavía riendo por los gritos de ellos.

Una vez dentro, mi vista se posó sobre el espejo y quedó observando mi reflejo.

Trollino: Según Mike, él estaba solo y las cosas comenzaron a cambiar...

No despejó la vista de lo que es reflejado. Espero a que suceda algo... pero nada.

La gente que salé de los baños me observa como si estuviera loco. Rió ante eso y me concentró nuevamente.

Sin pestañear y sin ver otro punto en específico, me observó. Mis ojos son iguales, mi cuerpo y rostro también, todo está igual...

¿Pareceré un tonto haciendo esto? Creo que sí.

El Hilo Rojo que nos Unió[Mikellino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora