El Hilo Rojo que nos Unió[Mikellino]

«Hay que hablar.»

Pov. Mike:

Me quede estático. Sigo teniendo la esperanza de que sea una broma, una de sus bromas de mal gusto pero, no era así.

Trollino: Mira, vayamos a un lugar sin tanta gente para charlar. Todos nos están mirando.

Asenti. Gracias a mi, que había subido el tono de mi voz, la gente que circulaba cerca nuestro se nos quedaba mirando y rumoreando todo tipo de cosas.

Trollino: Ven, vamos al parque.

Mike: ¿Y si los chicos nos necesitan?

Trollino: Estarán bien. ¿Qué es lo peor que les puede suceder?

Mi mente logró pensar en millones de situaciones, las cuales ninguno de sus amigos podría vencer. Suelto una suave risa al recordar a los hombres de trivago en el pasado.

Llegamos a un gran parque, lleno de árboles y diferentes animales, se lo veía bastante tranquilo al lugar. Habían personas que pasaban, pero eran menos de las que habían en la acera y calles.

Nos sentamos en una banca que se encontraba a la sombra de un gran árbol. Al principio no nos dirigimos la palabra, nuestro silencio era incómodo y algo invasivo, supuse que el primero en hablar tendría que ser yo pero antes de poder hablar, Trollino ya me había interrumpido comenzando la conversación que para ninguno de los dos era agradable.

Trollino: Mike, puede que te impresione y molesté, no te mentiré, también me molesta hablar sobre esto pero... ¡quiero aclarar este tema de una vez!

Mike: ¿Y si empiezas con el tema de que me matas en tus sueños?

Trollino: Vale, no te enojes. No es que respectivamente te este asesinando yo, pero mi versión exe no ha dejado de molestar con ese tema.

Mike: ¿Hablas de Trollino. exe?

Él asintió. Yo me preocupé un poco, no había oído ese nombre desde hace varios años y ahora no era el mejor momento, con mi versión exe rondando por ahí y que esto llegará de la nada, empeoraba la situación un millón de veces más.

Trollino: ¿Mike? ¿Me estas escuchando?

Mike: ... Pff, claro que si... pero para poder reflexionar mejor, vuelve a contar todo desde un principio.

Trollino: ...

Mike: Vamos, no te amargues. Esta vez sí te escucharé, promesa perruna.

Trollino: Mike, cuando te encontré en el baño, ¿por qué estabas tan mal?

Mike: No te diré.

Trollino: ¿¡Por qué?! Yo te he dicho mi problema.

Mike: ¡Pero yo no te oí!

Trollino: ¡Pues porque tú estabas en tu mundo!

Mike: ¡Yo no estaba en mi mundo! Yo me preocupó por tú vida.

Trollino: ¿Y solo porque te preocupas de mí no me dirás porque destruiste mi espejo?

Mike: Fue un accidente... si, eso, fue un accidente.

Trollino: ¡Tendré que comprar uno nuevo!

Mike: No es mi culpa que una tonta estrella que encontré haga aparecer una versión exe mía (me crucé de brazos refunfuñando e ignorando a Trollino).