CUENTOS DE TERROR PARA NIÑOS QUE NO SON PARA NIÑOS

La pequeña chica de cabellos rubios y vestido rojo caminaba de regreso a su casa después de sus clases, pero para su mala suerte ya se había hecho de noche y la ruta a su casa se tornó bastante tenebrosa.

No tardó mucho para que la ojiazul comenzará a ponerse nerviosa y tiempo después preocupada ya que en su caminar sintió una presencia detrás suya que la seguía.

La chica apresuró sus pasos para llegar más pronto, su miedo incrementaba al igual que la necesidad de correr, al mismo ritmo que iba, una extraña sombra oscura con ojos rojos la seguía detrás suyo a cada paso que daba. Ella sintió cómo una mano se le posaba en el hombro a lo que hizo que entrara en pánico y corriera lo más que pudo hacia su casa, ya faltaba un poco para llegar, miraba constantemente hacia atrás solo para ver a la extraña sombra con ojos rojos que se acercaba más a ella.

Con sus últimas fuerzas llegó hasta su casa pero tropezó con el pasto haciéndola caer, se cubrió con sus brazos esperando lo peor, pero este nunca ocurrió.

Se sorprendió al no ver al lobo por ningún lado, tenía la respiración agitada y estaba empapada en sudor, así que solo se levantó, se sacudió el polvo que tenía y se encaminó a la puerta de su casa.

Miró por última vez la calle ahora vacía para después abrir la puerta solo para verlo adentro de su casa y le tomara del cuello...

...Este solo es el comienzo...