Intuiciones [N.Shippuden]

[04]: Trato

Ya ah pasado una semana desde que tuve esa premonición, hoy era el día en que tendría que ir a la guerra como mis hermanos mayores los cuales me despeinaron totalmente y me ajustaron la armadura como unas 4 veces para luego darme un beso en la frente y revisaron si tenía las armas suficientes mientras me decían que tenia que hacer y que no tenia que hacer

Mire al grupo de Uchiha's en el que estaba, todos eran adultos por lo que era más probable mi supervivencia, corrimos por el bosque y cada vez que nos encontrábamos un Senju temblaba de miedo al ver como su sangre era derramada violentamente mientras que en sus ojos se veían cuantas esperanzas fueron quitadas y el amor a su familia que no pudo decirles

Los meses pasaron hasta que un grupo se infiltro en nuestras filas y mato a gran variedad de Uchiha's, nos dieron la misión me matar al intruso y volvimos a correr por el bosque, sentí un chakra bajo y casi agotado, hasta aquí sentía su miedo

Mire al niño de mi edad el cual tenia la cabellera mitad-mitad, nos miraba con horror, en mis ojos se reflejaron las gotas de sangre y la muerte de mis hermanos y lo comprendí, sonreí abiertamente, los Uchiha que me acompañaban me miraron sorprendidos, les pedí que se fueran porque yo lo mataría, el niño me miro con demasiado miedo y yo baje hasta estar frente a él, me iba a atacar con su espada pero con la mía la desvié haciendo que cayera lejos

- Hagamos un trato – le extendí la mano mientras él me miraba asustado – te salvo la vida, pero haces todo lo que yo te diga

- ¿Qué...? – él me miro con miedo

- Tranquilo, no será nada malo como para que traiciones a tu clan ni que nos des información – le sonreí dulcemente y él se sonrojo – por cierto, mi nombre es Uchiha Etsu

- Etsu...kun... - murmuro mirándome para luego aceptar mi mano – Senju Itama – le sonreí tranquilamente y le abracé

- Bien, ahora que has aceptado la propuesta – lo mire fijamente – deja tu armadura en esa roca y grita como si te estuvieran matando y corta parte se tu majo dejando caer sangre en la roca y armadura

- ¿eh? – me miro como si tuviera un tercer ojo

- Tengo de dejar un "cadáver", ¿Y que mejor evidencia de una armadura Senju, unas cenizas y sangre? -dije como si fuera obvio, él me miro raro pero hizo lo que le dije haciéndome sonreír, mire como había un animal cerca y lo arrastre a pesar de sus intentos de alejarse, rápidamente le corte el cuello dejando que parte de su sangre salpicara mi cuerpo y armadura, lo despelleje dejando solo su cuerpo sangrante entre la armadura y con ayuda de un jutsu de tierra, lo metí debajo de esta

- Tres... dos.... Uno... - hice las ceñas con los dedos e Itama grito tan fuerte que sentí que de verdad estaba matando a alguien, rápidamente hice la seña nueva y el grito como si le estuvieran quemando vivo, mi Katon quemo los arboles cercanos y dejo en cenizas el resto de animal y las cuerdas de la armadura se quemaron desarmándola y el acero de esta quedo totalmente negro por el calor con algunas deformidades

- Mira, a 5 kilómetros de aquí hay una cueva que tiene la entrada del porte de un perrito grande – lo mire a los ojos – escóndete ahí durante todo el día y yo en la noche te llevare mantas y comida, puede que la entrada sea muy pequeña pero la cueva es muy grande, ¡Caben 15 adultos ahí! – dije haciendo una seña de gigantesco exagerada y él soltó una leve risa, de entre mi armadura saque unas vendas y las puse en su mano herida para que no se desangrara – cuídate, y por nada del mundo, por nada, salgas de ahí – lo apunte seriamente – ah, y bloqueare tu chakra para que no te detecten – rápidamente active mi Sharingan y él me miro con miedo, bloque parte de su chakra y absorbí otro tanto para luego dejarlo ir a la cueva

- ¿Por qué demoraste tanto? – pregunto el líder mirándome para luego ver la sangre en mi cuerpo

- Era Senju Itama, hijo de Itama Butsuma, quise hacerles un regalo a esos asquerosos Senju – escupí con odio, ellos me miraron sorprendidos sonreí algo sádico – quisiera ver su reacción al ver como su hijo fue calcinado hasta las cenizas – ellos me despeinaron y sonrieron, parecían orgullosos de mi

- Bien dicho – sonreí para mis adentros, si solo supieran la verdad no dirían lo mismo