ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ ɪ

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"He said, one day you'll leave this world behind
So live a life you will remember
My father told me when I was just a child
These are the nights that never die
My father told me..."

Mirando por la ventana, reflexionando... He vuelto a California, después de 15 años.

Ahora, con 18, no recuerdo ningún momento pero no me preocupo por ello.

Venia la parte que mas me gustaba de esta canción cuando mi madre, Laura, me quita mis auriculares de un estirón que hace que haga un pequeño puchero.

—Hemos llegado, mueve ese culo hija...

Recojo mi maleta sin levantar la mirada, pero cuando lo hago, me quedo embobada. Es una casa preciosa, de dos plantas al parecer, con jardín y tejado de un tono marrón...

—No te acostumbres mucho... —mi padre me saca de mis pensamientos.

—¿Por qué?

—Mañana hablamos, ve a descansar, tengo que dejar el coche bien aparcado.

Deja un beso en mi frente y desaparece por el jardín. Me doy la vuelta y mi madre tampoco está. Decido entrar y acomodarme en el sofá. No dejo de pensar en lo que me dijo papá... "No te acostumbres mucho", ¡ni que no fuera a vivir aquí! Miro el reloj que marcan las nueve. En pocos minutos se me cierran los ojos y noto a alguien tapándome con una suave y agradecida manta.

...

Abro los ojos debido a un sonido irritable que me entra por los oídos. Me froto los ojos y observo que aun no ha salido el sol, ¿Pero que hora es?... Las jodido cinco de la mañana, dejarme dormir. Decidida me levanto para ver de donde proviene ese sonido, parece una alarma de coche... Las palabras de papá me llegan a la cabeza "ve a descansar tengo que dejar el coche bien aparcado...". Oh, mierda. Espero que no sea el suyo. Encima ni se enteran, que exploten una bomba que no despertarán.

Salgo corriendo al jardín, siendo cautelosa por si hay alguien... Me asomo por un árbol y me cuesta visibilizar bien pero veo cuatro muchachos pintando y destrozando un coche negro... ¡El coche de papá!

—¡EH! ¡IMBÉCILES! —grito.

Se giran y me examinan de arriba a bajo. En cuestión de segundos salen corriendo y no consigo verles la cara, todos van de negro, y sinceramente están verdaderamente buenos. ¿Que digo?Anna céntrate. Uno de ellos se dirige hacia una moto, lleva un pasamontañas y se queda parado unos segundos mirando hacia mi dirección.

—¿QUE MIRAS? ¿TENGO MONOS EN LA CARA? —grito frustrada mientras me acerco y me fijo en sus ojos verdes que brillan por si solos.

Se pone el casco, sube a la moto y desaparece. No he podido ver ni quienes son, nada de nada.

Vuelvo adentro y aviso a mis padres. En unos minutos, la policía llega a casa. Después de interrogarme durante media hora, nos comunican que podemos denunciar pero en este barrio ha pasado en más de una ocasión y aun no saben quienes podrían ser... Tengo muchísimo sueño a si que subo a mi habitación, la cual tendré que cambiarla ya que esta muy vacía y triste, me tumbo y dejo que el sueño me invada.

Al día siguiente...

—¡Buenos días papá! —no contesta— ¿Pasa algo?

—No. Nada. Solo estoy preocupado por lo del coche...—coge una taza del armario— ¿Café?

Asiento y cojo unas galletas para acompañar. Me siento mientras le observo leer el periódico de hoy. Quiero y deseo preguntarle sobre lo que me dijo ayer pero no quiero estresar mas, solo llevamos un día aquí y estamos sin coche. Nos comunicaron que este barrio era seguro, pero ya veo...

—¿Anna, has desecho las maletas? —pregunta mientras se acomoda en la silla.

—Más o menos —digo confundida y entra mamá por el arco de la cocina— ¿A que viene esta pregunta?

—Dave, ¿ya se lo has dicho? —pregunta mamá.

—¿Decirme el que? No entiendo, por favor explicarme...

—Mañana empiezas en la Universidad de aquí del sur, ¿te acuerdas que ayer te dije que no te acostumbraras mucho a esta casa? —asiento— Bien, vas a alojarte en el Campus y antes de que digas nada, lo hacemos ya que tu madre y yo tendremos que viajar durante un tiempo debido a la empresa y no queremos por nada en el mundo que estés sola...

—Pero papá, no conozco a nadie...

—Harás amigos, ya hemos hablado con el director y no tienes nada de que preocuparte. Ve a hacer las maletas...

Perfecto. Todo iba bien hasta que me dice lo del Campus. Esto significa que seré la nueva, no conoceré a nadie. Espero no llamar mucho la atención, no es lo que quiero. Solo quería vivir con mis padres, seguir estudiando y tener un futuro. Nada de Campus, me juego lo que sea que esta el grupo de las típicas divinas, el grupo de los chicos mas mujeriegos y populares, el grupo de antisociales y de más... No quiero pensar en como será ni que pasará.

Paso la tarde viendo mi serie favorita Juego de Tronos, y hablando con Astrid. La única amiga de España que, a pesar de que me haya ido tan lejos, se acuerda de mi. Solamente, bajo a las nueve a cenar con mamá. No mantenemos ninguna palabra hasta al acabar, que decido preguntar.

—¿Vendrás a verme a menudo? —sonrío forzosamente.

—¿Lo dudas?

Sonrío más tranquila y le abrazo. Me da un beso de buenas noches y subo a mi habitación. Dispuesta a dormir, me acomodo en la cama y antes de cerrar mis ojos doy un pequeño beso a mi cadena con un pequeño sol. Me la regaló mi abuela, si la pierdo me desespero. "Eres como un sol, brillas por dentro y por fuera pero si pasan tus limites, quemas" me decía.

Me da suerte desde allí donde esté...

Continuará...


Nota de la autora: ¡Hola! Aquí tenéis el primer capitulo, no es la primera historia que escribo pero si la primera que publico. Y, antes de que lo preguntéis, tendréis dos capítulos por semana. Espero que disfrutéis leyéndola igual que yo escribiéndola❤ 

¿Que creéis que pasará cuando Anna llegue al Campus? OS LEO!😇


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