Dos Almas Perdidas

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  Todos somos pecadores obsesivos en un mundo enfermo que muere por ser purificado.

  Si por mirar aquellos ojos tan oscuros me hubiera condenado a las brazas del fuego eterno, con gran gusto les daría la dicha a los demonios de hacer arder mis huesos, hasta hacerlos polvo, y volverlos cenizas, para que sean envueltas para volverse parte del suave viento, aquel que mueve mi falda, y rosa con recelo como pequeñas caricias mis piernas.

  No podré olvidar ese mirar que me hacía sentir tan pequeña aquel día, ese firme agarre que mi cuerpo hacia temblar, esa sombría mirada que me hacia llorar, o esos dulces labios que eran el mejor premio que me podía otorgar, esa mezcla de café en sus labios y su dulce tratar me hacían adicta de solo imaginar.

  Lo tuve todo y a su vez nada me llevo a las nubes y me dejo caer, conocí el paraíso sin siquiera haber estado en el, que mas podía pedir.

  Tan sólo un beso final ¿hubiera sido mucho pedir?, una mirada profunda de parte de esos iris oscuros que desnudaban mi alma insegura en cuestión de un segundo, que me mirara una última vez con esos ojos tan oscuros y tan deslumbrantes a su vez, con tan solo un beso me hubiera bastado para saltar a aquel vacío sin anestésico, sentí mi pecho arder como si el infierno mismo se desatara en el.

¿A esto le llamas amor?
Me sentí a medio morir vacía lo había ¿perdido? Me negaba a creerlo era horrible y mundana la idea de imaginarlo en otros brazos o besando otros labios ajenos a los míos.

¿Tan amargo había sido el trago?
Como cuchillas cortando mi garganta lo sentí, al comer sentía como si vidrios estuvieran atravesados en el trayecto de ir en bajada, la falta de apetito era cada vez más que evidente, un revoltijo se formaba en el estómago como si aquellas mariposas estuviesen de fiesta y pasadas de trago destrozando todo como borrachos mala copa, ¿Tanto dolió? Una parte de mi sentía ganas de rogarle y otro lado pedía darle tiempo, pero....Su silencio fue el peor balazo que pudo atravesar mi pecho, con desespero arrancaba mi corazón del cofre escondido, como si de un tesoro invaluable se tratase, y se lo ofrecía mientras el solo se alejaba, el liquido caliente carmín fluía y fluía mientras en mi solo dolor cabía.

¿Fue muy tarde?
Claro que lo fue, el amor de su parte había muerto mientras en mi había nacido, mientras el se alejaba yo mas me enamoraba, pero fue tarde y ya solo quedaban las sombras de lo que alguna vez fue su amor, las cenizas de cuanto pudo encender esa llama y los escasos humos que aun quedaban.

¿cuantas noches le dedicaste a el?
Cada noche le dedicaba la estrella mas bonita del cielo, aquella que tenia un brillo diferente a las demás, esa donde podía verle reflejado a el, allí donde nadie ve, aquella que adornaba su noche, aquella que acompañaba a la luna como su fiel amante, aquella la cual le obsequie como si de un diamante o una esmeralda se tratara.

¿cuantas veces le rogaste a la luna una oportunidad?
Tantas que no podría contar con los dedos, tantas que causaron mi dignidad fuera una ilusión

¿lo amabas?
Tanto que mi pecho ardía de solo pensarlo, de solo contemplar su ausencia vacía, mi corazón quería salir volando de mis entrañas para salir a buscarlo, y pedirle casi a modo de suplica me hiciera el amor tan fuerte, que no pudiera olvidarlo, esto ya no era cuestión de placer era cuestión de entrega de someterse a lo que fuese por un poco de amor de su parte, tan bajo llegue a caer, el solo me quería para ser su esclava su juguete su nada, yo negaba pero a su vez deseaba, pero haría lo que fuera por solo ser la dicha que hiciera brillar esos iris tan negros como mi alma, el podía pedirme lo que fuese y yo correría para dárselo.. tan bajo había caído por amor.

¿Si tanto lo amabas por qué se fue?
Por qué en mis brazos no encontró el calor suficiente que lo hiciera abordar en mi paraíso incompetente, su cuerpo frío y su tez blanca eran aquello que no pude poseer, un amor tan enfermo que se adueñaba del cuerpo como un virus corriendo por el organismo

My LordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora