Esas palabras me han llegado, muy dentro. La carta es preciosa. Desearía tenerlo al lado y decirle todo lo que le quiero.
Guardo la carta con cuidado, sigo la clase lo más atenta que puedo, pero estoy deseando salir de allí, ir a casa, tumbarme, leer y releer esa carta, pensar y escribir. Estoy decidida a hacerle una carta maravillosa, se lo merece.
Toca el timbre que anuncia que la clase a acabado y salgo deprisa de clase.
Cogo el autobús, me pongo los auriculares escucho música.
Me relajo un rato hasta que llegó a la parada de mi casa, de la nada empieza a llover y voy corriendo saco las llaves y justo cuando voy a abrir la puerta levanto la vista y le veo.
-Hola, preciosa- Dice Javier.
-Hola- Respondo sonriendo.
-¿Has leído la carta?- Me pregunta.
-¿Pasamos dentro y te lo cuento?-.
-¿No te gusta la lluvia?- Me dice.
-Sí, me gusta pero tengo frío-.
-Vale, pasamos- Responde comprensivo.
-Gracias Javier-.
Una vez dentro nos sentamos en las escaleras nos miramos a los ojos y me dice:
-Bueno dime-.
-No hay mucho que decir, más que me encantó, es preciosa- Le digo.
-¿Enserio?-Se ríe.
-¡Sí enserio!-Me río.
- Me alegro, la verdad no encontraba el momento ni la forma de decírtelo. Cada vez que veía esos ojos que me roban todos mis pensamientos me bloqueaba así que decidí hacerlo de la manera más cobarde posible-.
-No me parece para nada cobarde, me resulta una manera preciosa de declararte-. Le explico.
-¿Entonces que me dices?-.
-¿Que te digo?-.
-Si-. Responde con un poco de dejadez.
-Te digo, que te quiero, que estoy enamorada de ti y que nada ni nadie va a cambiar lo que siento, porque te amo, Javier, te amo. Y daría lo que fuese por estar a tu lado, que lo primero que veas por las mañanas al abrir tus ojos sea a mi, me gustaría salir contigo de la mano a todas partes, quiero regalarte segundos, minutos y horas de mi día. Simplemente vivir mi vida a tu lado, eso quiero-.
Pasan segundos que para mi se hacen eternos, no se si he echo bien en expresar todo lo que siento hasta que le veo acercarse a mi y nos fundimos en un único beso, los dos, nadie más, en una realidad completamente diferente aunque en el mismo mundo, en el mismo lugar.
Se separa y me dice:
-Te quiero Elena, eres mi vida-.
-Yo también te quiero-. Respondo con un beso en la mejilla.
-¿Quieres salir?- Me pregunta.
-Claro, ¿Donde quieres ir?-.
-Veamoslo sobre la marcha-. Me dice.
-Vale-.
Salimos de la mano y vamos a donde quiera que sea, no me importa donde ir si llueve o no, si estoy así con él.
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Tu
Teen FictionElena, es una chica de 16 años. Su vida a ido mal pero puede que ahora todo vaya bien, o no.