Capítulo 9

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Cuando era niña recuerdo que cada vez que le caía, me levantaba llorando y cuando se pasaba el dolor, volvía a correr y hacer lo mismo.

Ahora... Cada me caigo, me cuesta levantarme.

Mi enamoramiento por Chris es mi caída, cada vez que me lastima, lloro. Pero cada que me levanto... Me siento más debil, no fuerte, como antes.

Cuantas veces intenté hablar con Chris sobre lo nuestro?  Pues muchas. Pero nunca me quizo responder. O tal vez nunca lo quice ententender.

Sabía que sus labios, filosos y peligroso, iban a cortar y envenenar los míos. Pero nunca pensé que las cicatrices cerrarían mi boca y me obligarían a callarme.

Y si me hubiera dado cuenta antes, no lo hubiera acariciado y besado tanto, tanto como para mantener mi corazón machucado y adolorido, y lo peor era que yo no quería que me devolviera mi corazón.
Es demasiado tarde para darme vuelta e irme, al menos eso pienso.

Cuando todo esto había empezado no creía que llageriamos a una amistad, o mucho menos pensé que llegaríamos a tener algo íntimo juntos.

Si me hubiera dado cuenta antes de todo lo que me pasaba hubiera corrido lo más lejos de Christopher, y me hubiera encerrado en una torre. Sin esperar un príncipe azul.

Sinceramente con Franco los deseos me ganan. Y es tan diferente uno con el otro.

Con Franco siento paz y tranquilidad extrema. Siento admiración y cariño.

Pero con Chris, con él siento que mi vida es lo último que pienso a su lado. Un mar de emociones me inundan y él me llama con su actitud impertinente y altanera. Es como una luz de neon en medio de la oscuridad.

Y yo parezco una polilla yendo a la luz.

Siempre estoy esperando un venenoso beso de su parte. Y siento que si me dejara entrar un poco más en su vida, podría cambiarla para bien. Y quizá lo siente, por que no me deja.

Quiero cerrar el paso del dolor y aceptarme más a mi que a él.
Pero se me hace imposible.

"El humo que sale por tus orejas cada que piensas es muy tóxico. Deja de pensar y mírame! " exclama Johanna.

Mi hermana es la mujer más alocada y jodida que van a poder conocer en su vida.

Y creo que ve el dolor y cansancio en mi mirada por que la suya cambia a una de mamá gallina.

"Que pasa? " me pregunta.

Quisiera decirle que estoy bien y las palabras de Ash no me afectaron. Pero lo hicieron.

"Cansa mucho ver como alguien te lastima y tu te dejas con facilidad"

Y entiendo su cansancio. Yo soy igual con mi hermana. Me canso de ver como sufre por culpa de su relación tóxica con el moreno.

Me pongo en el lugar de Ash de vez en cuando.

"Pasa que todos me dicen lo malo que es Chris y yo prefiero hacer oidos sordos" hablo en un susurro.

"Te hace feliz? "

Su pregunta me toma de sorpresa. Quisiera decirle con total seguridad que si. Que me hace feliz siempre, pero mentiría demasiado bien para eso. Y lo peor es que a ella no puedo mentirle por que me conoce desde que estaba en la panza y toda mi vida. Así que si miento, se dará cuenta al tiro.

"A veces" respondo.

Por que es verdad.

Son muchas las veces que lloré por él, son muchas más que las veces que he sonreido.

"Quisiera decirte que lo dejes pero no puedo ser así de hipócrita. Yo hasta ahora no dejo a Richard a pesar de la mierda que és " y luego se encoje de hombros.

Hasta cierto punto estoy agradecida que no me diga. Pero otro lado está algo enfadado por que ella no dice nada.

Vamos! Hasta Astrid me dió un sermón.
Y mi hermana no me dirá nada?

Decido no responder y me voy fuera de mi sala para irme a mi habitación. Y espero que cuando salga, ella ya no esté.

Cierro la puerta detrás mío y suelto un suspiro pesado que me deja sin aire en los pulmones. Luego voy a mi cómoda y desconecto mi celular. Me recuesto en mo cama y reviso mis redes sociales.

A ChristopherVelez lo etiquetaron en una publicación.

Mi corazón se hace chiquito al ver una foto de Chris con sus amigos y con ella a su lado. Ambos están abrazados y sus amigos están alrededor sonrientes y algunos con muecas raras.

Y eh aquí damas y caballeros ven a una mujer que está con los ojos aguados y el corazón partido.

A esto es que me refiero cuando digo que me hace más llorar que reir.

Me limpio la lágrima rebelde y me levanto de mi cama con el celular en mano. Busco el número de Franco y decido llamarlo.

"Que pasó linda? " contesta al segundo pitado y yo empiezo a sacar ropa de mi closet.

"Salgamos al Hakkasan" hablo y me veo frente al espejo con un vestido negro de cuero. No me gusta.

"Noa vemos allá " habla y luego cuelga.

Sorprendentemente no habla sobre nuestro lío. Y espero que las cosas no estén tan tensas como cuando salí del departamento la mañana que fuí al café.

Busco un poco más en mi closet y encuentro un vestido azul, con cuero en toda la parte del centro y una tela suave a los costados. Tiene zippers que van desde la mitad de los muslos hasta el inicio de mis costillas.

Me lo pongo y subo los cierres hasta mi cadera, dejándolos un poco cerrados.

El corte del vestido hace mis piernas más largas y con los cierres habiertos mis caderas se ven mucho más anchas, mi culo se ve respingon y mis pechos pequeños se ven menos con el vestido.

Sonrío y me pongo una gargantilla gruesa y brillante de color plateado, acompañado por unos aretes del mismo color. Me sujeto mi cabello en un moño ordenado y sin un cabello fuera de su lugar.

Corro al baño sin zapatos y me lavo los dientes y mi cara con rapidez. Vuelvo a mi habitación y busco mis tacones más altos, mis amados tacones negros con brillos plateados.

Me maquillo con sombras azules y negras, mis labios que son rosados se vuelven un rojo intenso y llamativo. Me miro al espejo con admiración y luego busco mi gabardina negra para cubrirme del frío leve que hace fuera.

Tomo dinero y lo meto en una cartera de mano junto a mi celular.

Cuando salgo veo a mi hermana dormida junto a su hija con la tele prendida.
Apago la tele y las tapo con una manta blanca con estampado de cebra.

Salgo directo a la calle por que no pienso llevar mi auto. Esta noche llegó como cuba a mi departamento.

Tomo un taxi y cuando estoy por llegar y llamar a Franco lo veo parado en la puerta.

Está con su terno negro y camisa blanca, sus botones están desabrochados hasta casi el inicio de su abdomen. Su pose de superioridad hace mis bragas mojarse.

Está guapísimo.

Bajo del taxi y cuando estoy por pagar Franco lo hace.

"Quédese con el cambio" le dice al hombre.

Cuando el taxi arranca se da vuelta hasta quedar frente a mi.

No está con su sonrisa amable y linda como siempre, está con una expresión fría y dura.

Está enojado.

"Vamos dentro" su tono que utiliza hace mi piel ponerse de gallina.

Me ofrece su brazo para engancharme y podernos ir, paso mi delgado brazo por el hueco del suyo y entramos sin decir nada.
La fila nos abuchea y opto por ignorarlos.

Mi larga noche serán bebidas fuertes y bailes hasta que mis piernas se debiliten y pidan descanso.

No hables,Callar es mejor //#2 Saga No HablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora