VI

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Jimin

Llegamos a lo que parecía ser la casa de Jungkook. Con el ánimo aun completo, salimos del auto con una extraña competencia de baile mientras tarareaba la canción que había sonado. Abrió la puerta de su hogar y mientras nos quitábamos los zapatos, continuábamos con nuestra exhibición de pasos ridículos.

Reímos juntos.

Entonces tocaron la puerta.

—Ponte cómodo, iré a ver quién llegó. —aun sin quitarse su atuendo de espía en cubierto, abrió la puerta y pude ver como dos chicos se lanzaban a sus brazos.

La misma sensación desagradable volvió a recorrerme para instalarse en mi estómago.

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS KOOK! —gritaron los dos alegres, mientras le entregaban dos bolsas de regalo y entraban a la casa.

Me quedé helado. ¿Era el cumpleaños de Jungkook?

Toda mi alegría se esfumó. Tanto me había concentrado en mí mismo que nunca le pregunté a Jungkook cosas tan simples e importantes como esta. ¿Qué mas no sabía del chico que me encantaba?

—Gracias, Jin, Yoongi. —respondió Jungkook cerrando la puerta y colocando las bolsas en el suelo para poder quitarse su gorro y cubre bocas.

Este chico se veía igual al del cartel de la tienda. Pero este Jungkook era abismalmente más natural que el del cartel.

—Tú debes ser Jimin. —chilló el chico de cabellos rosas. Me envolvió en un asfixiante abrazo antes de soltarme y agarrar mi brazo. —Soy Jin, el amargado junto a mi es Yoogi.

El otro chico de cabello azul saludo con una sonrisa torcida antes de adentrarse en la sala y tirarse en un sillón.

—Perdónalo, suele ser más alegre, pero tuvimos muchos clientes ayer. —entonces el sentimiento amargo volvió con más potencia. Volteo a ver a Jungkook. —Abre tus regalos.

Jungkook corrió con las bolsas a la mesa más cercana para colocar las bolsas y abrirlas con entusiasmo.

Volví a sentirme mal, debía de haberlo sabido.

De la primera bolsa sacó una sudadera negra sin estampado y no pude evitar reír. Él también rio. Jin nos dirigió una mirada extrañada y me sentí bien al saber algo que él no. De la otra bolsa sacó la trilogía de películas de Iron-man. Volteo a vernos con un puchero.

—Estas ya las tengo. —murmuró algo decepcionado.

—¡Son edición limitada y autografiadas por el actor, dudo que las tengas mocoso mal agradecido! —gritó Yoongi desde el sillón.

Chilló emocionado, abrazándolas con fuerza.

—¡Gracias! —gritó dejando con cautela las películas sobre la mesa y lanzándose sobre Yoongi al sofá.

—¡Quítate, no me dejas dormir! —se quejó Yoongi pataleando con la intención de tirar a Jungkook.

Jin rio a carcajadas mientras ambos los observábamos. Mi teléfono vibró, separándome un poco de la zona de ruido y risas contesté.

—¡Hasta que respondes!

—¿Disculpa? —fruncí el ceño.

—Disculpado. Renacuajo necesito que hagas algo. —reconocí la voz. Respiré hondo.

—No haré nada para usted. —advertí con intenciones de cortar la llamada.

—No entiendo como mi hermana no te abortó. Enserio que eres un inútil.

—No diga esas cosas que yo no me meto con lo suyo. —respondí con un nudo en la garganta.

—Mira que faltarme el respeto...pero bueno, es demasiado pedir para alguien como tú.

—La libero entonces de pedirle algo a alguien como yo. —oí que las risas pararon y empecé a sentir nerviosismo.

—Estúpido, solo necesito que me digas dónde está el bueno para nada de tu padre.

—Haciendo lo que mejor sabe hacer, irse de fiesta, supongo.

—Eres un espantoso hijo, mira que no preocuparse por la persona que te dio un techo y ropa dice mucho. Eres una desgracia y una deshonra para esta familia. Espero nos liberes pronto de tu presencia.

—Será la primera en enterarse. Buenas tardes. —corté sin permitirle hablar más. Las lágrimas corrían por mis ojos, los sollozos salieron con fuerza. Solté el teléfono sin importarme nada.

—¿Jimin? —preguntó Jin, me tensé. —¿Estas bien?

Asentí, aun sin darme vuelta. Intenté retener los sollozos y aclarar mi voz, pero solo logré que salieran sollozos más fuertes.

—Baño. —susurré volteando con la cabeza gacha.

—Al fondo, primera puerta a la derecha. —indicó inseguro. Asentí dirigiéndome a donde me había indicado.

—¿Minnie? —esta vez fue Jungkook y yo solo corrí lo que faltaba para encerrarme en el baño.

Intenté lavar mi cara con agua fresca, pero al levantar la mirada vi mi rostro reflejado en el espejo y lo demacrado que estaba.

—¡Eres tan repugnante que deberías morirte! —gritó una voz en mi cabeza.

Furioso, apreté los puños. Grité intentando acallar las voces que comenzaban a tomar fuerza en mi cabeza. Sin poder controlarme, estrellé mis puños contra el espejo, rompiéndolo. Un solo reflejo se transformó en millones de pequeñas refracciones de mí mismo y en lo que me había convertido.




Hola!

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Hola!

Por fin estoy de vacaciones y podré terminar esta bella historia para ustedes. Espero les este gustando tanto como a mi me encanta escribirla.

Sin más que decir nos leemos.....

Ara 🐾 🐥🐰

Eisoptrophobia | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora