V

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Jimin

Respiré con fuerza. 

Tranquilo.

Inhala. 

Exhala. 

Con algo más de valentía volví a ver la vitrina, la cual tenía pegada la fotografía de un muchacho. Un chico parecido a Jungkook, pero a la vez nada que ver con él. El muchacho tenía el cabello azabache perfectamente acomodado, con unos mechones pintados de morado, el maquillaje extremadamente ligero que denotaba su hermosa piel porcelana. La pose en la que estaba debería ser ilegal para él.

Mi corazón latió con fuerza.

Respira.

Tan poco tiempo había pasado desde que lo vi por última vez, pero a la vez sentía que había pasado toda una eternidad. Sonreí al recordar su risa, tan resplandeciente cuando me hablaba de su carrera, sobre lo que quería lograr. Vaya que si lo estaba haciendo.

Entré a la tienda solo para ver los productos que estaba promocionando con su bella imagen.

Observé los conjuntos modelados por él en las fotografías y expuestos en los maniquíes. Los compraría si pudiera, pero no. Yo arruinaría totalmente aquella imagen. Yo no estaba hecho para esas cosas de la moda y el arreglo personal. Era un completo desastre.

Un escalofrío me recorrió entero. Estuve a punto de salir de la tienda, pero una melodiosa voz detuvo mis pasos.

—Gracias a usted por atenderme, que tenga linda tarde. —inconfundible, di media vuelta y lo encontré ahí. Totalmente en cubierto. Con un sombrero que cubría su cabello y parte de su cara, un cubre bocas negro, ropa ancha y sus características botas marrones.

Sonreí. 

Lo reconocería hasta con los ojos cerrados. Sintiéndome algo culpable por ello, me acerqué a él.

—Hey. —saludó, tomando mi brazo y llevándome fuera de la tienda.

—¿Qué sucede? —desconcertado me paré frente a él cuando salimos.

—Estoy protegiendo tu cartera. —lo observé sorprendido, quizá Jungkook pensaba igual que el resto. Yo no encajo con la moda. —Esa tienda es increíblemente cara para la poca calidad que ofrece.

Abrí mis ojos aún más. ¿No era por la ropa?

—¿De qué hablas? —pregunté algo perdido. 

—Es una verdadera locura, querían demasiado por una sudadera negra sin estampado. Las compro a mejor precio en la tienda de Jin. —comentó colocando una mano en mi hombro. Perdí toda la concentración.

—Oh, entonces ¿no la recomiendas? —negó repetidas veces. 

—Si quieres ropa hermosa y a un excelente precio, te llevaré con Jin, es el mejor. — ¿Quién es Jin? ¿su novio? una sensación desagradable recorrió mi garganta. —Lo que me lleva a esto. —levantó la bolsa que no había notado que llevaba. —Para ti.

Voltee a todos lados, buscando a otra persona que no fuese yo. 

No la encontré. 

Sonreí. 

¿Jungkook me había comprado algo?

—¿Cómo? —dije tomando la bolsa y abriéndola con emoción. Era la primera vez que me daban un regalo sin sentirse obligados.

—Hay una fiesta en mi casa y me gustaría que vinieras. —rascó su nuca con nerviosismo. —Es chica, solo irán mis amigos.

—Bien. —saqué el regalo. Contuve un grito de emoción.

Imposible.

Era un joyero de metal grabado con flores de diferentes tamaños. Hace tiempo había dejado de buscarlo, pero recuerdo que de niño solían gustarme demasiado. Aquellos forrados con terciopelo rojo. Resplandeciendo cada vez que eran abiertos. 

La emoción me embargó.

Por primera vez en mucho tiempo ignoré mi reflejo. 

Lo observé con detalle, cada una de las texturas grabadas en el metal. Sin poder evitarlo me lancé al cuello de Jungkook, sujetándolo con fuerza, poniéndome de puntitas para alcanzarlo mejor.

—Gracias. —chillé con entusiasmo. Me separé del abrazo y guardé el objeto en la bolsa. Besé su mejilla con rapidez antes de tomar su brazo y arrastrarlo conmigo fuera del centro comercial. —¿Dónde dejaste tu auto?

Sonriente me indicó la dirección y yo emocionado corrí hacia allá llevándolo conmigo. 

Hace tanto tiempo que no me sentía así. 

Libre.

Jungkook me rebasó y jalo de nuestro agarre para llevarnos a su auto. Feliz abrió la puerta para mí y juntos fuimos rumbo a la fiesta.

La felicidad que burbujeaba en mi interior sabía que me duraría poco, pero planeaba disfrutarla a profundidad. Jungkook me había regalado este sentimiento y yo no iba a desaprovecharlo. Mientras avanzábamos por la carretera abrí la ventana y saqué mi mano. Le subí al radio, el cual tocaba una canción que jamás había escuchado y me deleité con la risa de Jungkook. Este día era simplemente perfecto. 





Hola!

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Hola!

Espero les haya gustado el capítulo, me gustaría anunciarles que ya estamos en la recta final de este fic. Estoy contenta con el resultado que esta teniendo la historia, me entristece un poco el que ya este terminando esta también, pero bueno, espero la disfruten hasta el final.

Sin más que decir nos leemos.....

Ara 🐾 🐥🐰

Eisoptrophobia | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora