II

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6 de Abril del 2019

-Dichosos los ojos, María, pero... ¿tú por aquí? que cosa más rara.

-Pero qué exagerada eres, Luisi; para todo eh, te quejas mucho de mamá a veces pero sois dos gotas de agua con según que cosas.

Y con los brazos en jarra y cara de ''no me lo puedo creer'' sobran las palabras, porque nunca me reconocerá que desde que la contrataron para hacer de protagonista en la obra pues no se deja ver apenas. Parece que vamos a tener que llamar a su representante y concretar una cita con días de antelación. Estamos de acuerdo que una semana sin vernos no es mucho, pero vaya, que es que estamos hablando de María, mi hermana, o sea, María y yo, que siempre hemos sido unas Pili y Mili de manual.

Pongo carita lastimera y no tarda en hacerme caso y darme un abrazo. -Mira, vale, a partir de ahora gestionaré mis tiempos mejor para que me de tiempo a quedar entre los ensayos, el bar y demás, ¿te parece?

Asiento enérgicamente y ella rueda los ojos porque sabe que este asalto lo he ganado yo. -Si es que eres la mejor hermana del mundo. -le hago la pelota. -la más guapa de todas, la que más talento tiene, la que ha encontrado al amor de su vida... siempre ganas en todo.

Rueda los ojos y cambia de tema. -Y bueno, cuéntame, ¿qué tal el trabajo y todo eso? -hace un gesto con la cabeza señalando al balcón e indicando que salgamos a sentarnos ahí y fumar. -porque mucho hablar de mi amor pero... -me mira con curiosidad. -aquí la que se ha descargado Tinder eres tú, guapa.

-Ya ves tú, como si eso cambiase algo.

Me mira con obviedad. -Mujer, pues ya me dirás tú si cambia o no; quiero decir, ahora puedes tener cien tíos disponibles a un click... -frunce los labios. -bueno, más de cien.

-Entre lo que tardé en escribir mi biografía y poner la canción que me representa y que lo poco que he hablado ha sido lamentable... ya te digo yo que no cambiará pronto eso de estar soltera. -me enciendo el cigarrillo desganada por lo que acabo de decir.

-Mujer... -le da una calada a su pitillo. -pero vamos a ver, que no estás buscando un marido. Desmelénate, queda con ellos, tantea el terreno... ¡pues anda que no te habrán metido cuello chicos monísimos en estos días! no puedes pretender encontrar a uno que te pida una reunión con papá para pedirle tu mano.

Suspiro. -María, que ya lo sé. -me muestro hasta algo molesta. -no me gusta ni un pelo que me tratéis como si fuese tonta. 

Soy consciente de que su comentario no iba a malas y que sí que es cierto que me he comportado de forma reacia a conocer gente últimamente, pero tanto por apps como en persona; y eso es algo que no entiendo y me trae por el camino de la amargura si pienso mucho en ello. No tiene sentido querer compartir tu vida con alguien pero no querer conocer a personas, como un quiero y no puedo que sólo te conduce a una absurda frustración. Que sé que es una mala racha, sí, pero estoy harta. Es como si tuviese hambre o ganas de algo pero no supiese qué es ese algo. Ni yo misma me sé explicar. Todo esto me sobrepasa y por eso paso de darle demasiadas vueltas. Llevo meses como desconectada pese a esforzarme.

-Hay algo que no me estás contando. -suelta María interrumpiendo mis pensamientos.

Me encojo de hombros restándole importancia. -Simplemente te echo de menos.

-Sé que no es eso, Luisi.

Y suspiro porque lleva razón. -A ver, María, que supongo que serán unas chorradas que me tienen algo desganada.

Abre los ojos como no entiendo lo que le quiero decir. -Pero cómo es eso de que supones que serán unas ''chorradas''. -hace hincapié en entrecomillar esa palabra con los dedos. -tú mejor que nadie sabes lo que está pasando en esa cabecita, y no son chorradas si estás mal por ello.

EL TEATRO, QUE BAILADonde viven las historias. Descúbrelo ahora