5- ¿Amor imposible?

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     Swaggie se acercó a Ji Eun y tomó su mano con cariño. Repartió suaves caricias con su pulgar mientras la veía con ternura. Aquel precioso rostro y manos tan suaves que provocaba repartir besos castos por todas sus mejillas. Ella lo observaba como si fuese un paisaje exótico, no pudo evitar abrazarlo con todas sus fuerzas, como si fuese a perderlo si llegaba a soltarlo. Suplicaba todas las noches que ese día en el que se tuviesen que separar no llegara jamás, debido a que alguno de los dos tuviese que irse del lugar. Poco a poco se iban separando sólo para poder darse un pequeño roce de labios, un mínimo beso. Sí, sus estómagos revolotearon de tantas emociones conjuntas. 

     No había nadie más en la vida de Min Yoon Gi, pero aunque su amor comenzaba a crecer en su interior, aquello no podría ser jamás. Esos dulces besos de su amada, sólo suya, en su corazón. Toda suya, lo que él quisiera. De repente sonó la alarma del hospital, ¿era un incendio? O...

     —¡Despiértate, paciente 049!—. Gritaron sin ningún pudor luego de casi patear la puerta de la habitación del aludido. ¡Genial! Acababan de arruinar su sueño con su amada, de paso que lo despertaron de esa manera tan ordinaria, por lo tanto, amaneció de muy, pero muy mal humor. A regañadientes y murmuraciones, se acercó a la entrada de su cuarto. Realizó la formación para recibir el medicamento al mismo tiempo que mordía con fuerza su labio inferior. Se preguntaba si a JiJi también le sucedía lo mismo en esos momentos...

      —¡Ya te dije que no quiero más pastillas!—. Exclamó altiva Lee Ji Eun en el piso 2, debido a que estaba cansada de estar dependiendo de los medicamentos desde hace años ya. ¿Hasta cuándo debía continuar con esa molestia? ¿Debía tomarlos hasta curarse? ¿Era necesario? Sería mejor para su salud salir de aquel lugar. ¡Tenía que escaparse en algún momento! —No volveré a repetir lo que dije—. Reafirmó con dureza y se encerró en su habitación, dando un fuerte portazo. Jeon JungKook tan sólo observaba con atención, diversión. Ella era realmente increíble al dejar a un lado su tratamiento para satisfacer sus caprichos. Tomó el suyo y el de ella estando en su formación para luego entrar también a ese encierro que compartía con la mayor. Abrió la puerta, cerrándola luego detrás de sí. 

      —Aquí te traje el doble de medicamentos. Si quieres suicidarte, hazlo cuando yo no esté, por favor.— Inquirió dejándole al lado de una de las patas de la litera, los frascos de dos pastillas cada uno. La sonrisa del menor era amplia, llena de ironía como de costumbre, mientras que el "espectáculo" era de su diversión. Se acercó al lecho para dejar suaves caricias en una de sus piernas. Tan sólo quería molestarla e incomodarla debido a lo que Swaggie le había hecho el día anterior.

      Ella respingó por la sorpresa de esas caricias, que le hicieron reaccionar y alejarse de esas extremidades. —¿Qué locura estás haciendo, torpe?— Interrogó mientras tomaba la almohada para cubrir sus piernas de la vista del chico. No podía seguir cerca de él. Era un peligro, según ella.

     —Estoy tomando venganza de lo que me hizo tu novio el día de ayer, ¿pensaste que te ibas a librar de mí?— Cuestionó subiendo a la cama en donde ella estaba, la superior. La tomó con firmeza de las muñecas y aunque ella forcejeaba para liberarse, logró recostarla y observarla fijamente. —Viéndote bien, torpe, no puedo negar que eres muy linda—. Una vez hecha esa confesión, JiJi procedió a removerse más, mucho más. Intentó patearle pero aún así, no hallaba un buen lugar donde hacerle daño para que la librara. Su mirada se llenó de odio y rabia, se le ocurrió algo...

     —¿Qué vas a hacer, torpe?—. Cuestionó mientras lo observaba, esperando una respuesta.

     —Tomando mi venganza—. Respondió mientras se iba acercando poco a poco. 

     En aquel momento sonrió con picardía y con todas sus fuerzas golpeó la nariz del menor con su propia frente, haciéndole sangrar, liberándose por fin de sus garras. Se bajó rápidamente de su cama y se acercó a la puerta para huir de allí. Aprovechó que ya las formaciones habían terminado para ir al piso donde Swaggie se encontraba, aunque lo hizo con mucha cautela. Jeon JungKook se encontraba sentado en el colchón, con su espalda recostada a la pared y su cabeza elevada para detener el sangrado de sus fosas nasales. Sus comisuras una vez más se extendieron, esa chica realmente despertaba su interés de una forma extraña. ¿Quién lo diría? Él jamás pensó en que llegaría a estar atento ante una mujer así, mucho menos, que fuese mayor. Aún así, decidió levantarse de la cama con cuidado, sin bajar la cabeza. No quería mancharse la ropa de sangre...

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