Perdón

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Sherlock al despertar soltó un quejido que alertó al doctor quien salía del baño y se acercó de inmediato a verlo. Abrió lentamente los ojos y creyó seguir soñando. A los pies de su cama estaba John sin camiseta y despeinado, lo miraba preocupado. Sherlock se sentó en la cama y observó con sumo detalle el torso desnudo de su amigo, había multiples cicatrices visibles contrastando contra su piel ligeramente bronceada, podía decir que eran heridas de cuchillos y algunas balas. No era precisamente musculoso pero tenía el abdomen marcado. Se levantó, se acercó lentamente y estiró su mano para tomar el rostro ajeno.

John lo miraba con duda, Sherlock parecía estar medio dormido, sin embargo no se movió. Algo en el rostro de su compañero no le permitió alejarse, quizás lo indefenso que lucía, con miedo y tristeza en sus ojos, era diferente a cualquier expresion que le haya visto antes. Sherlock comenzó a acercar mas su rostro al de John, con la mirada perdida en el imán de sus labios. Su mano libre se poso sobre una de John y entrelazó sus dedos. Cada centímetro que los separaba era una tortura para él, inclinó aun mas su torso cerrando la distancia entre ambos rostros cada vez más. Ninguno apartaba la mirada, estaban perdidos en los ojos del otro, descubriendo nuevas emociones que ninguno había presenciado en el rostro ajeno. Una de las manos de John se elevaba lentamente con la intención de apartar a Sherlock pero cambió su rumbo hasta la nuca del mas alto, Sherlock hizo mas fuerte el agarre de sus manos y terminó de cortar la distancia acariciando la suave mejilla de John con su pulgar. Ambos guardaron el aliento mientras sentían los labios del otro contra los propios, no saben quien hizo el primer movimiento pero el beso comenzó a ganar ritmo y aceleraba a cada segundo. Ambos cuerpos se acercaron buscando contacto con el otro y a la vez calor entre aquel clima frío.

John mordió el labio inferior de Sherlock y el quejido del otro le dio tiempo para ingresar su lengua en la boca ajena. Sherlock nisiquiera intentó tomar el control y dejó a John recorrer toda su cavidad bucal sin resistencia. Sentía su cuerpo derretirse ante los movimientos de John, era sorprendentemente bueno besando. La mano del doctor bajó de la nuca a la cintura de Sherlock e hizo presión, un sonido en particular salió de la garganta del detective provocando que algo se encienda en el doctor.

John abandonó la boca de Sherlock con una última mordida en el labio inferior y bajó al cuello comenzando a lamer y morder aquella blanca zona. Su mano derecha seguía enredada con la de Sherlock en un dulce gesto, la izquierda en cambio se abría camino entre las ropas del detective y delineaba la curva de la columna bajando cada vez más. Sherlock sintió el dedo de John jugar con el borde de su ropa interior y su cuerpo se estremeció, el doctor ahora se entretenía con el pecho de Sherlock dejando marcas y lamidas. Con su mano libre, Sherlock acarició el torso de John, delineando cada cicatriz en el con sus dedos, le parecían hermosas. John se alejó de su pecho y tomó suavemente la mano de Sherlock apartandola

-Las cicatrices son marcas que quedan para siempre. Tu cuerpo es tan puro, tan blanco, no está corrompido por nada

John pasó la mano por el pecho de Sherlock acariciando suavemente su piel bajo la tela de su camisa abierta.

-Te equivocas. Muchos errores de mi vida estan grabados en mi piel

Sherlock se liberó de sus ropas y dejó a la vista los parches de nicotina en sus brazos. Soltó la mano de John que sostuvo todo este tiempo y acarició una cicatriz del ex-soldado en la clavícula

-Estas son hermosas, John. Representan todo el esfuerzo que has hecho durante esos años y valen la pena si logré conocerte

John besó la mano de Sherlock que sostenía y subió por su brazo hasta llegar a los parches. Los sacó uno por uno y besó las tres marcas que habían dejado. Sherlock llegó a la conclusión de que John Watson era la mejor droga a la que podía ser adicto.

INCREIBLE (Johnlock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora