Prólogo

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—¿Una niña? —Pregunto una mujer de cabello rubio —. Dime que no es cierto, KarlHeinz.

—Para tu mala suerte, si lo es —Le respondió el hombre.

—¡Maldición! —Exclamó irritada —. ¡Todo esto es tu maldita culpa!

—Te recuerdo que tu aceptaste hacerlo también. Así que no es solo mi culpa.

—¡No pienso tenerla! —Exclamó.

—¿En serio piensas quitarle la vida a una criatura inocente?

—¿Criatura inocente? —Aquellas palabras la dejaron confundida —. Como sea, no pienso estarla aguantando.

—No tienes por que hacerlo —No podía creer lo que estaba a punto de decir —. La vas a tener quieras o no. Yo me voy a hacer cargo de ella.

—De acuerdo —Aceptó a regañadientes —. Pero no quiero que mis hijos se enteren de ella.

—Vives con ellos, ¿en serio crees que no se van a dar cuenta? —Pregunto con una sonrisa de lado —. ¿Quieres que te aleje por un tiempo de la mansión? Aunque, eso lo haría más sospechoso

—No me importa, inventales cualquier excusa.

—Esta bien —Dicho eso, se alejo del lugar.

Aquella conversación no pasó por alto para un niño pelinegro. Reiji últimamente había notado un extraño comportamiento en su madre, así que dedujo que algo no estaba bien con ella. Sabía que era de mala educación escuchar conversaciones ajenas, sin embargo, la curiosidad lo invadió por completo.

Se alejo rápidamente de aquel lugar, al ver que su padre caminaba en dirección a donde él se encontraba.

Llegó a su habitación, y dispuesto a estudiar, tomó un libro y comenzó a leerlo. Sin embargo, no podía sacar de su cabeza aquella conversación que había escuchado.

"Una niña" Esas dos palabras resonaban en su cabeza. Una leve sonrisa se formó inconscientemente en su rostro.

—¿Asi que tendré una hermanita? —Se pregunto a si mismo —. Supongo que no está mal, será interesante conocerla.

El resto del día, trato de enfocarse en sus libros. Pero todo era en vano, pues no había podido dejar de pensar en su nueva hermana.

—¿Madre no la acepta? —Volvió a preguntar para si mismo —. Me siento un poco mal por ella, todavía no nace y ella ya la esta despreciando. Pero bueno, ¿qué esperaba? Así es conmigo también.

Madre es así conmigo.

Dejó el libro en la cama y rápidamente salió de su habitación. Iría al Despacho de su padre y hablaría con él, estaba dispuesto a contarle todo lo que sabía.

Llegó a la Oficina de su padre y tocó la puerta.

—Adelante —Se escucho una voz desde adentro.

—Compermiso, padre —Dijo el niño, una vez que abrió la puerta.

—¿Se te ofrece algo, Reiji? —Pregunto KarlHeinz.

—Si —Respondió —. Quiero hablar contigo, ¿se puede?

—Claro.

—Iré directo al punto —KarlHeinz asintió —. Padre, ya lo sé todo.

—¿Qué quieres decir con eso, Reiji?

—Quiero decir que... Ya se que madre esta embarazada, y que va a ser una niña.

La habitación quedó en completo silencio. Karlheinz trataba de asimilar lo que su hijo le había dicho, mientras que Reiji lo miraba fijamente, esperando una respuesta.

Nuestra Hermana | Diabolik Lovers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora