Capitulo 4

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-¿Qué? ¿Acaso no puedo estar aquí? -Pregunto molesta.

-No, esta sala es de mi propiedad -Respondió secamente -. ¿No lo sabias?

-Ahora que lo dices, si lo sabía. Una chica me lo contó.

-Entonces, ¿qué haces aquí?

-¿Tu que crees? -Solto una pequeña risa -. Es obvio que vengo a tocar un poco el piano.

-¿No deberías de estar en clase?

-Tu también deberías, y no te digo nada -Suspiro -. Como sea, tengo hora libre. Así que aquí me voy a quedar.

Shu suspiro y volvió a cerrar los ojos; Reiko se sentó en el piano mientras que Azumi la veía desde la puerta.

-No te quedes ahí, Kurosaki-san -Le dijo la rubia -. Ven, sientate a mi lado.

Azumi asintió y se sentó a un lado de la chica, dandole la espalda al piano, y apoyando sus manos en sus rodillas.

Reiko comenzó a tocar el piano, era una melodía bastante suave. Una melodía que Shu conocía bien, pues escuchaba pura música clásica.
El mayor abrió los ojos y se sentó en el sillón, observando fijamente a su hermana. Estaba asombrado, pues ella tenía una manera única y hermosa de tocar aquel instrumento.

Finalmente acabo de tocar, Azumi le aplaudió con entusiasmo. Shu aún seguía atónito.

-Tocas hermoso, Reiko-san -Le dijo la pelirosa sonriendo.

-Gracias, Kurosaki-san -Miro a su hermano -. Shu-san, ¿qué sucede?

-Nada -Se levantó del sillón y se acercó a ella -. No pensé que fueras tan buena, tocas muy hermoso.

-G-gracias.

-Creo que... mejor me voy -Dijo Azumi, para salir del aula con rapidez. Dejando a los hermanos completamente solos.

-Y-yo creo que también me voy -Rápidamente se levantó del asiento, sin embargo, Shu fue más rápido y la tomó de la muñeca.

-¿A dónde crees que vas? -Pregunto serio -. Tu te quedas aquí.

-Shu-san, sueltame -Solto un leve quejido, el mayor estaba apretando su muñeca con mucha fuerza -. M-me estas lastimando.

Reiko forcejeó varias veces; más fue en vano.

-Entre más te jales, más te dolerá -Reiko no hizo caso, y en un fuerte jalón, ambos cayeron al suelo.

-Shu-san -Susurro, sus mejillas estaban completamente rojas.

Ambos hermanos estaban en una posición muy prometedora. Shu se encontraba arriba de su hermana, mientras sostenía sus muñecas al lado de su cabeza.

-¿Sabes? Tu delicioso aroma me ha estado provocando desde que llegaste -Le susurro al oído.

-No deberias de hacerlo.

-¿Por qué no? El que seas mi hermana, no significa que no pueda morderte.

Reiko lo miro con terror; nunca nadie la había mordido antes. Y ahora llega su hermano mayor dispuesto a hacerlo.

-¿Sabes que siente un vampiro cuando es mordido por otro?

Reiko trago en seco.

-L-lo se -Le respondió.

-Dime, ¿qué es?

-E-excitación y placer -Respondió en un susurro.

-Exacto, ahora...dejame clavarte mis colmillos. Te prometo que seré delicado, hermanita.

Nuestra Hermana | Diabolik Lovers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora