Capitulo 7

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-¡Yuma! -Exclamó Reiko brincando a la espalda del mayor.

-¡Oe, enana! -Exclamó Yuma riendo -. ¿Quién te dijo que podías subirte a mi espalda?

-Nadie -Respondió sonriendo -. ¿Y quién te dio permiso de llamarme enana?

-Nadie -Respondió con simpleza.

-¡Oye! -Exclamó dándole un leve golpe en el brazo.

-Vamos, bajate ya.

-No lo haré.

-Reiko, estoy hablando en serio.

-¿Y crees que yo no?

-Se nos hará tarde, anda bajate ya.

-No -Respondió aferrándose más al cuello de Yuma.

-Yo no me haré responsable si Ruki llega a regañarnos.

-Yo tampoco.

-Que terca eres.

-Si, lo que digas -Le dio una leve patada en la cadera -. Anda, camina.

-¿Me crees tu caballo? -Ella asintió con una pequeña sonrisa.

El castaño simplemente rodo los ojos y salió de la mansión.

-No se por que te hago caso.

-Lo haces por que me quieres -Respondió con una sonrisa victoriosa.

-Esto no se va a quedar así, enana.

-No te tengo miedo, ¿sabes?

-Y a mi no me importa si me tienes miedo o no, ¿sabes?

-¡Ay! Pero que amargado -Rió -. Una ya no puede decir nada en broma.

-Bajate ya -Dijo, deteniendose en frente de la limusina.

-¡Amargado! -Exclamó bajando de su espalda de un brinco.

-¿Qué pasó, Rei-chan? -Pregunto Kou riendo-. ¿Por qué esa actitud?

-Preguntale al estúpido de tu hermano, ya que él tiene la culpa -Respondió entrando al auto.

-¡Tambien soy tu hermano! -Exclamó el castaño molesto.

Una vez que los cinco subieron al automóvil, este se puso en marcha. Y fue cuestión de minutos para que llegaran al Instituto. Reiko bajo de aquella limusina, y estaba dispuesta a entrar al edificio cuando una voz llamó su atención.

-¡Little-chan! -Exclamó Laito, caminando hacia ella mientras era seguido por sus hermanos.

-Hola, chicos -Los saludó con una sonrisa.

-¿Cómo esta mi preciosa Reiko-hime? -Preguntó Ayato, abrazandola por el cuello. Mientras la menor se sonrojaba levemente.

-Estoy bien, Ayato -Respondió ella -. ¿Y ustedes?

-Nosotros estamos bien, Amai-chan -Le respondió Kanato.

-Me alegra mucho, chicos.

-¿Cómo te han tratado ellos? -Preguntó Subaru, observando detenidamente a los Mukami.

Kou soltó una leve sonrisa al sentir la mirada de Subaru sobre él y sus hermanos.

-¿Y a ti que te sucede? -Preguntó el albino con algo de brusquedad.

-¿A mi? -Preguntó el rubio, señalandose -. A mi no me sucede nada, Subaru-kun.

-¿En serio? -Preguntó ahora Reiji, mostrándole una revista -. Entonces, ¿quieren explicar esto, Reiko?

Nuestra Hermana | Diabolik Lovers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora