-¡Yuma! -Exclamó Reiko brincando a la espalda del mayor.
-¡Oe, enana! -Exclamó Yuma riendo -. ¿Quién te dijo que podías subirte a mi espalda?
-Nadie -Respondió sonriendo -. ¿Y quién te dio permiso de llamarme enana?
-Nadie -Respondió con simpleza.
-¡Oye! -Exclamó dándole un leve golpe en el brazo.
-Vamos, bajate ya.
-No lo haré.
-Reiko, estoy hablando en serio.
-¿Y crees que yo no?
-Se nos hará tarde, anda bajate ya.
-No -Respondió aferrándose más al cuello de Yuma.
-Yo no me haré responsable si Ruki llega a regañarnos.
-Yo tampoco.
-Que terca eres.
-Si, lo que digas -Le dio una leve patada en la cadera -. Anda, camina.
-¿Me crees tu caballo? -Ella asintió con una pequeña sonrisa.
El castaño simplemente rodo los ojos y salió de la mansión.
-No se por que te hago caso.
-Lo haces por que me quieres -Respondió con una sonrisa victoriosa.
-Esto no se va a quedar así, enana.
-No te tengo miedo, ¿sabes?
-Y a mi no me importa si me tienes miedo o no, ¿sabes?
-¡Ay! Pero que amargado -Rió -. Una ya no puede decir nada en broma.
-Bajate ya -Dijo, deteniendose en frente de la limusina.
-¡Amargado! -Exclamó bajando de su espalda de un brinco.
-¿Qué pasó, Rei-chan? -Pregunto Kou riendo-. ¿Por qué esa actitud?
-Preguntale al estúpido de tu hermano, ya que él tiene la culpa -Respondió entrando al auto.
-¡Tambien soy tu hermano! -Exclamó el castaño molesto.
Una vez que los cinco subieron al automóvil, este se puso en marcha. Y fue cuestión de minutos para que llegaran al Instituto. Reiko bajo de aquella limusina, y estaba dispuesta a entrar al edificio cuando una voz llamó su atención.
-¡Little-chan! -Exclamó Laito, caminando hacia ella mientras era seguido por sus hermanos.
-Hola, chicos -Los saludó con una sonrisa.
-¿Cómo esta mi preciosa Reiko-hime? -Preguntó Ayato, abrazandola por el cuello. Mientras la menor se sonrojaba levemente.
-Estoy bien, Ayato -Respondió ella -. ¿Y ustedes?
-Nosotros estamos bien, Amai-chan -Le respondió Kanato.
-Me alegra mucho, chicos.
-¿Cómo te han tratado ellos? -Preguntó Subaru, observando detenidamente a los Mukami.
Kou soltó una leve sonrisa al sentir la mirada de Subaru sobre él y sus hermanos.
-¿Y a ti que te sucede? -Preguntó el albino con algo de brusquedad.
-¿A mi? -Preguntó el rubio, señalandose -. A mi no me sucede nada, Subaru-kun.
-¿En serio? -Preguntó ahora Reiji, mostrándole una revista -. Entonces, ¿quieren explicar esto, Reiko?
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Nuestra Hermana | Diabolik Lovers
FanfictionNadie más que Reiji sabía sobre su existencia, pero ahora que esta en peligro su padre se verá obligado a llevarla a vivir con sus hermanos. Pero eso solo empeorará los problemas. Pues Kino quiere apoderarse de ella para usarla en sus planes. Sin d...