la huida

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Logro notar como aquel joven el cual hablaba con el señor hace unos momentos corría detrás de ella. Este la tomo de la mano y la jalo asiendo la correr mas rápido. Podía ver el terror en la cara de aquel hombre pero eso no le impidió tomarla y correr.
-¿lo viste verdad?-tomo un suspiro-era un monstruo, un monstruo que era gigante. Esa cosa acabo con la mitad de ellos en un solo golpe. No es humana. No entiendo nada, pero como caballero mi prioridad es protejer a las mujeres y los niños, tu eres una mujer- tomo un suspiro cansado
Al voltear pudo notar como una ola de humo se alzaba se aquel lugar donde se alejaban.
Después de correr por mas de una hora se sentaron a descansar y tomar aire. Ella estaba exhausta pues nunca hacia el suficiente ejercicio como para huir de un especie de minotauro.
-vamos- le tomo la mano
Continuaron corriendo y a lo lejos llegando a una especie de barranco, notaron como un pequeño pueblo se veía a lo lejos, pequeñas fogatas y casas.
-vamos ahí, estaremos a salvo-
Se escucho el rugido como de un toro pero algo mas siniestro, sus ojos oscurecieron y bajo el barranco primero, con rasguños y golpes llego abajo.
-tu turno, vamos antes de que nos encuentre-
Ella se sentó y se pregunto
"Porque huyo de él, el me alimento, ayudo con mis heridas y me salvo de aquel monstruo, solo a cuidado de mi, entonces ¿porque huyo? ¿Acaso le temo?. No claro que no"
El crujir de los árboles se escuchaba cada vez mas cerca y ella se debatía si lansarce al barranco o esperar a su bestia.
-vamos chica, él ya viene-se escucho de abajo
Sonaban cada vez mas y mas cerca. Ella comenzó a sudar en frío. Tum tum, unos pasos se acercaban mas y mas a ella cruc cruc, las ramas se cortaban y eran pisoteadas. De pronto un aullido resonó en su cabeza, y un gran canto de estos le siguió, eran una manada de lobos la que ella tenia frente a ella, ahora realmente ella necesitaba saltar. Pero no fue necesario pues uno de los lobos salto a su ataque y esta callo con el. Girando y golpeándose en todo el cuerpo, asta llegar abajo. Donde aquel chico la esperaba.
-¿estas bien?-
Ella se quiso parar pero no lo consiguio, su tobillo dolía y su mano sangraba.
-esto es malo- el chico observó como los lobos se asomaban de arriba. Al parecer su compañero no corrió con tanta suerte y el cuerpo de aquel lobo blanco con un poco de griceaseo estaba tirado no lejos de ella, con una gran rama de árbol incrustada en su abdomen, este respiraba débilmente.
-lo siento hermosa- dijo el hombre lebantandose lentamente -eres tu o yo- se comenzó a alejar -serias tu si no tuvieras tu tobillo torcido, pero si me sacrifico yo, no vivirás tu así que- le dio la espalda y comenzó a correr -volveré con apoyo-
"No podia ser verdad, el me esta abandonando"
Los lobos auyaron arriba y regresaron, pero no parecía que se fueran a rendir. Ella tomo al hermoso lobo y le quito la bara que tenia incrustado, tomo un mechón de su prenda y se lo envolvió en la herida, tratando de drenar la sangre.
En un abrir y cerrar de ojos, ya estaba rodeada por aquellas bestias. La observaban atentamente y se acercaban lentamente. Ella sabia que no saldría con vida de ahí si no asia algo.
-¡ESTEBAN! SALVAME- grito tan fuerte que su garganta dolió
Ella sabia que el vendría o al menos eso quería creer antes de su muerte. Uno de los lobos se lanzo a atacar y esta solo podia cubrirse con las manos.
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-No- se sentó en la cama
-tranauila, que pasa pequeña-
Hazlo la mirada y su padre estaba frente a ella, ella era una pequeña niña de apenas 6 años.
-papi tuve una pesadilla-
-pesadilla, vete deja a mi princesa en paz-
-papi así no se van las pesadillas- ella rio
-pero al menos ya no estas asustada pequeño, duerme de nuevo, papá te va a protejer-
-¿para toda la vida?-
-para siempre-la beso en la frente y la arropó -buenias noches princesa-
-buenos noches papi-
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Abrió los ojos y los lobos estaban muertos a su alrededor, el lobo herido estaba junto a ella, su herida estaba siendo tratada. La luz del sol la segó completamente miro a su alrededor y no vio nada. Su tobillo tenia una especie de yeso como la ultima vez y ella estaba en una cama de hojas, solo había una persona que hubiese podido hacer y ella sabia bien quien era.
-despertaste nico- la voz de esteban le dio una paz profunda en su interior -siento todo lo que paso- se sentó frente a ella guardando un buen espacio -siento mucho que me vieras así, no era mi intención que te enteraras así, yo solo quería protejerte- un silencio incomodo- mira te prepare esto para comer-le dio una bandeja de frutillas con un poco de carne- se aleja nuevamente- vi que te encariñaste con ese lobo salvaje, le e tratado las heridas así que va a estar bien, no le paso nada grabe solo necesita el reposo, si te gusta mucho puedes conservarlo. Te va a fascinar si volvemos-
Ella lo miro detalladamente y pudo notar como el estaba muy dañado y lleno de sangre, pareciese que tuvo una gran pelea. Pero ella aun le temía, por la grande y majestuosa bestia en la que se combirtio
-no me temas, tu no por favor, soy yo, Esteban, no tienes porque temer, soy yo- lo dijo desesperadamente
Se paro y trato de tomarla pero esta instintivamente se alejo, este al ver la reacción se sento mas alejado y con una cara de deprecion.
-es normal- dijo sin vida -todos los que conocen cual es mi naturaleza me temen- observo el cielo -no necesito de nadie- parecía a punto de llorar -por eso odio a los humanos- escupió las palabras.
Ella se arrastro a el, lastimando su mano y sintiendo como el dolor volvía, ella tomo su cuello y lo abrazo, ella no le temía, pero si estaba confundido y no sabia que pasaba realmente.
-no te temo- le dijo ella -no te temo-
-si hablas- dijo el respondiendo al abrazo
-lo siento-  le respondió ella
Le curo las heridas de nuevo y la tomo en sus brazos, tomo la soga donde coloco aquel lobo en un pequeño carrito de ramas y hojas y comenzó a jalar de el.
-no podemos volver, pero encontrare un lugar mas seguro- le dijo a ella después de un rato de caminar.
Camino por un buen rato asta que llego a un llano abierto donde pequeñas frutillas sobresalían de los alrededores, dejo al lobo y a ella la sento en una piedra, recomiendo frutillas y después de comer la tomo y continuo su camino.
-he por acá, acá están ya los e visto- se escucho un grito de atrás de los árboles y esteban conenzo a correr.
-mierda-
Se escucharon varios disparos y después de una rato de persecución lo rodearon completamente asta evitarle el paso a orillas de una cascada.
-eres difícil de encontrar maldita bestia- un hombre de pelo negro largo y un sombrero un poco anticuado se acerco con el rifle a la mano -pero eso solo prueba lo valioso que eres-
-vete a la mierda- dijo dando un paso atrás, llevándose a ella y aquel lobo herido a caer por un precipicio en las profundidades de una cascada.
-maldito mostruo- fue lo ultimo que se escucho antes de ya  no saber nada.

la maldición del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora