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Capítulo IV: "Reborn"

«Que tus ojos no te engañen»

—¡Hyaaa!

Tsuna ignoró el grito, lo contribuye a la sorpresa de un nuevo invitado.

Uno que envió una carta para avisar y traía una adjuntada de parte de Iemitsu.

—Aquí está el Té, y café expreso para usted Reborn-san.

Grazie, Dame-Tsuna.

Tsuna arqueó una ceja, hacía ya mucho tiempo que no escuchaba ese apodo, así que lo atribuyó a una mote cariñosa y no al tropiezo que hizo cuando entró a la casa junto a An-Chan, que estaba durmiendo –en ese momento– en el sillón de tres piezas, una manta de dinosaurios color azul la tapaba mientras abrazaba la figurita de Godzilla.

Unos segundos después Nashi-kun se acercó después de leer una carta que iba dirigida a el.

—No grites cuando An-Chan este durmiendo, Nashi-kun—regañó con las manos en su cintura.

—Lo siento.

—Procedamos a mis exigencias para poder dar tutorías a tu, hermano—señala Reborn bebiendo un trago—"Delicioso"—pensó.

—Usted dirá—Tsuna cruzó sus piernas, una mano sobre la otra y con la espalda media recta.

Reborn, no evitó evaluarlo con la mirada ese chico tiene potencial podía sentir como ya tenía una base debido a la madurez que tuvo que agarrar a la fuerza por falta de una figura que lo guiara.

"Es una lástima"—pensó al recibir aquel informe que Iemitsu personalmente redactó.

Parpadeó un poco para ver a su Dame-Alumno.

—Solo un techo donde vivir y comida, es todo.

—¡Perfecto!—aplaudió—Le prepararé la habitación de invitados ella está en---

—Lamento interrumpir, pero dormiré en la misma habitación de mi Pupilo para no interrumpir la enseñanza.

Nanashima quedó excluido de la plática sin darse cuenta, empezaron a decidir por él.

Luego de dialogar sobre cómo viviría, Tsuna empezó a cocinar entrando en modo "Mamá" algo que según Iemitsu heredó de su amada Nana. Nada lo sacaba de la cocina y su guiso sería exquisito, Iemitsu se aseguró de que toda la CEDEF lo supiera –sin o con su conocimiento, la verdad muchos ya esperaban probar su comida–.

—Nii-san, despertaré a An-Chan.

—Hai~

Reborn observó la maestría en la que Tsunayoshi usaba el cuchillo y manejaba siete de las nueve hornillas de la estufa, más sacaba algo de los gabinetes y vertía. Comenzó a acomodar la mesa y los cubiertos, arrimó la silla especial para niños a la mesa y esperó a que Nashi-kun y An-Chan llegarán con las manos limpias.

—Usted es Italiano, así que hice comida italiana... No sé si le guste, así que también hice Katsudon, a Nashi-kun le gusta mucho el Katsudon—comenzó a divagar hablando sobre los gustos en la comida de su hermano.

Rosas dentro de mis mentiras. [KHR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora