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— Y éste, señores, es mi plan para hacer que la imagen de la empresa suba un 15% éste año, aumentando las ganancias totales hasta un 27%. - concluyó la chica encargada de el Marketing de la empresa.

El nombre era un misterio para Han, después de todo, su departamento estaba a cinco pisos de distancia, sólo convivían en éste tipo de reuniones sobre cómo mejorar !as ganancias y esas cosas.

Sinceramente no había prestado mucha atención a nada lo que la pobre chica decía, su cabeza le martillaba a cada segundo, distrayéndolo por completo de su trabajo. Han, al ser lo más cercano a un vicepresidente, debía asistir a todo tipo de reuniones aburridas como ésas, mientras su superior de seguro se andaba tirando a cualquier chico o chica que mejor le parezca, de seguro.

¿Por qué aún seguía allí?

Realmente era un gran empleo, después de todo era de las mejores empresas en la franquicia de Comunicación Social, su trabajo era comentar a todo el mundo lo que estaba pasando día a día. Siendo un beta, sus capacidades de adquirir un trabajo a tal grado, eran casi nulas.

¿Cómo había llegado tan lejos aún siendo muy joven?

Con mucho esfuerzo, quedándose hasta tarde para mejorar su rendimiento laboral del cuál, poco a poco, fue siendo más reconocido, ganándose el reconocimiento de el gerente principal.

— ¿Qué le parece la idea, señor Han? - le interrumpió los pensamiento un sujeto que a duras penas recordaba haber visto antes.

Acomodó sus gafas por el puente de su nariz, era un TIC nervioso que poseía desde muy joven. Le tomó unos segundos reunir la poca información que había escuchado, carraspeando la garganta antes de ponerse de pie, ganándose la mirada de todos los presentes.

— Púes, ya era hora que alguien aquí diera ideas emprendedoras, ¿señorita...? - preguntó éste mirando algo dudoso a la chica.

— Mêili.

— Mêili. - reafirmó. - Estoy seguro que el Gerente Byul estaría gustoso de su idea, llegar a los jóvenes es nuestro objetivo principal, muy bien. - comentó en un tono neutro, sin vacilar, “tono ético laboral”.

Desde que su cargo fue emprendiendo, aprendió a tomar un lenguaje más profesional, aunque por dentro se estuviese muriendo de nervios, por fuera sólo mostraba un rostro inexpresivo.

Si muestras debilidad, caes en la boca de el lobo, solía decirle su padre desde muy joven.

La reunión dio por terminado luego de unos largos y torturozos minutos más de estadísticas de compra y venta. Su cuerpo moría por un latte muy cargado y esa exquisita espuma caliente.

Por el rabillo del ojo podía ver como personas corrían de aquí a allá, y de allá a acá. Pasantes llevando cafés a sus supervisores designados, novatos desparramando papeles por doquier, oficinarios estresados por un aumento rechazado, y luego estaba él, allí de pie evaluando a todos a su alrededor, preguntándose cuál realmente era su papel en aquél lugar.

— ¡Señor Han, ayer cuando le vi se me ha olvidado presentarle a alguien! - chilló alguien a su lado.

No necesitaba voltearse para saber de quién se trataba, allí estaba su asistente con aquel mismo sujeto a su lado. Mirando más detalladamente a su asistente, ella poseía una marca un poco notoria en su cuello, la cuál trató de ocultar con algo de maquillaje.

Repugnante.

— Él es el señor Lee, es un nuevo socio en la compañía. - le presentó la chica. - Estará por aquí unos días, quiere supervisar por él mismo cómo van las cosas por acá.

Por alguna razón, la enorme sonrisa de oreja a oreja de la chica le causaba una horrible sensación en el estomago, de repente, su extravagante asistente le resultaba totalmente insoportable. Podía sentir las mal ocultadas feromonas de la chicas hasta diez pisos más abajo.

Repito, repugnante.

— Y él, señor Lee, es mi jefe. El señor Han. - presentó la chica por él. - También tiene un cargo muy importante acá, supervisa todas las actividades en la compañía.

La vista de el sujeto presentado como “Señor Lee”, se posó en él examinándolo de pies a cabeza, en esos momentos Han se sentía realmente incómodo, quería irse en esos momentos que ser juzgado por la mirada de él. Le hacía sentir raro.

En ningún momento se vieron a los ojos.

— Un placer, señor Leee, cualquier cosa ya puedo ver que mi asistente se ha encargado de que su estadía aquí sea gratificante. - por alguna razón, su tono de voz estaba cargado de veneno. - No les quito más tiempo, con permiso.

Y así sin más, se fue con una presión en su estómago

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No , me gusta que la historia tenga capítulos cortos, se me hace más cómodo de escribir que tomarme una hora en escribir un capítulo de al menos 3,000 palabras. También trataré de que los cortes de tiempo tengan sentido, y, a veces, continuidad.

En la historia, no se dirán nombres, o bueno, no creo por ahora.

Repito, no , me gusta así.

Cero a la IzquierdaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora