Capítulo 2: Es bueno desahogarse.

850 77 1
                                    

-¿Estas bien? –Dije intentando ganar su confianza.

-… -Retrocedió un poco.

-Tranquilo no te asustes, ¿Puedo ayudarte? –Le ofrecí mi mano y una cálida sonrisa.

Me miro pensándolo y asintió, aun con la mano en la boca. Sus mejillas se sonrojaban –De verdad que es adorable este chico-. Lo ayude a levantarse y lo acerque al paraguas, note que una de sus rodillas estaba lastimada y el pantalón roto.

-Te puedo llevar a tu casa

-No, no quiero ir ahí –gimoteaba el rubio con la mirada hacia otro lado.

-Bueno, está lloviendo muy fuerte, tal vez puedas venir a mi casa –sugerí –Puedes secarte y curaremos esa herida. ¿Qué dices?

Pareció pensárselo un poco pero después asintió con la cabeza. Lo ayude a caminar hasta mi casa y en todo el trayecto no paraban de salir lágrimas de sus ojos. Al llegar a mi casa lo lleve hasta mi habitación y busque entre mi ropa algo que pudiera quedarle.

-Ten puedes ponerte esto, quizá te quede un poco grande pero es mejor que nada –Dije entregándole la ropa- puedes cambiarte en mi baño, ahí hay toallas para que te seques, mientras iré a prepararte un té, ¿de acuerdo? –Le regale una sonrisa, el solo asintió con las mejillas levemente sonrojadas.

**

Entré al cuarto ya con una bandeja en mis manos llevando el té y un botiquín de primeros auxilios. El rubio estaba sentado en la cama, los shorts que le di le habían quedado bien pero al parecer el jersey no, porque nuevamente las mangas cubrían sus manos. Lo quede viendo un momento, él se dio cuenta y sus mejillas se tiñeron de rojo. – ¡Vamos, ni siquiera Nico es tan adorable!

Tome alcohol del botiquín y puse un poco en algodón.

-Bueno, primero vamos a desinfectar la herida –El rubio asintió y me agache frente a su rodilla para colocarle el algodón.

-¡Au! –Gimió

-Lo sé, duele, solo resiste un poco –Dije mientras limpiaba su herida-. Por cierto no me he presentado, me llamo Liam, Liam Payne ¿y tú?

-Ni-Niall Horan –Dijo tartamudeando por el dolor.

-Bueno Niall, dime, ¿Por qué te encontré tirado en el suelo del parque? –Pregunté mientras le colocaba una venda en la rodilla.

-Yo solo corría por el parque tropecé y caí –Dijo como si quisiera evitar el tema.

-¿Y por eso llorabas así? –Pregunte extrañado con una leve sonrisa por la sensibilidad del chico. Pero al parecer lo único que logré fue tocar un punto débil, ya que al ver al rubio tenía sus ojos cristalizados. -¡Mierda!

-No… no es eso –Susurró con la voz quebrada

Noté que estaba aguantando las ganas de llorar. Un par de lágrimas se escaparon de sus ojos y antes de que pudiera darme cuenta lo rodeé con mis brazos brindándole un suave y cálido abrazo. El parecía aturdido.

-Lo siento, no era mi intención entrometerme –Susurré, pero el aún seguía aturdido- ¿sabes? Es bueno desahogarse.

Mis palabras lo hicieron reaccionar. Poco a poco se aferró más a mí, coloco su cabeza entre mi cuello y mi hombro y rompió en llanto. Me rompió el corazón verlo de esa manera, ¿Qué era lo que le pasaba? ¿Por qué estaba tan triste? ¿Cómo alguien tan adorable podía estar sufriendo así?

Por alguna razón sentí que debía protegerlo, cuidarlo de cualquier peligro, de quien quiera hacerle daño. Es como un niño asustado que solo quiere que lo abracen y le digan que el monstruo del armario no existe. Seguí abrazándolo, acariciando su cabello.

-Todo estará bien, ya lo veras –Susurré tranquilizándolo

Después de un rato, escuche como poco a poco paraban sus sollozos hasta quedar dormido. Lo recosté en la cama y lo tape con una manta. Levante el té frio que yacía en el escritorio, antes de salir de la habitación lo quede viendo un instante. –Es aún más adorable mientras duerme.

Mi adorable Obsesión [Niam/Larry] [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora