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Mi hija tiene un mes de nacida. Ella es tan bella. Es el lucero de mi vida y por eso es que le puse aquel nombre, Lucero. Los meses del embarazo para Bibián fueron duros y para mi un poco mas. Siempre trataba de entenderla aun que ella no me soportaba, siempre me decia cosas como que estaba arta de mi. Confieso que llegue a molestarme pero mas que eso a sentirme mal pero luego lloraba y se disculpaba asi que la entendia. Quizas sus hormonas sigan alteradas, ya no es tan gruñona pero siempre llora y de la nada se enoja aun que ya no me insulta. Por otro lado Lucero siempre que me ve me sonrie asi que creo que apesar de este cambio de Bibián vale mucho la pena.
Yo trabajo de 8 de la mañana a 8 de la noche llego a mi casa a las 8:30 por lo del camino y por que paso a comprar la cena.
Llego a mi casa como todos los dias y escucho a mi hija llorando, cierro la puerta, pongo en la mesa la comida que compre del restaurante en el que trabajo en la mesa y me acerco despacio a la habitacion donde dormimos

-¡ya callate escuincla¡.

Grita mi esposa mientras se agarra la cabeza con desesperacion

-no le digas asi, solo quiere que la cargues.

Le digo con calma para que no se estrese

-¡no voy a cargarla¡.

-yo la cargo, tu descansa.

Digo mientras tomo a mi niña entre mis brazos

-¡para ti es facil como tu no la cuidas¡.

-relajate, que yo estoy trabajando 12 horas para que a ustedes no les falte nada. Digo ya molesto y Bibián comienza a llorar, yo solo veo en los ojitos hinchados de lucero que estubo llorando un largo tiempo. Me mira y se tranquiliza pero ver esas lagrimas en sus mejillas me rompe el corazón

-lo siento, estoy estresada.

-lo se pero ahorita solo quiero saber una cosa ¿cuanto tiempo estuvo llorando?.

-poco tiempo.

Me contesta mientras se tranquiliza

-no dejes que llore tanto tiempo leí que se le puede reventar las venas o provocar un infarto.

Digo preocupado, veo que mi hija se queda dormida

-necesito que la tomes para poder calentar y servir la comida.

-no, yo lo hago.

Dice mientras se levanta de la cama y camina hacia la puerta

-gracias amor. Le digo con ternura

-de nada.

Sale de la habitacion y comienza a calentar la comida, me acuesto en la cama sin dejar de abrazar a mi niña y lentamente me quedo dormido

-despierta ya esta la comida.

Me dice Bibian y me levanto, acomodo a mi hija en la cama en su almohada de bebé, le doy un besito y empiezo a comer.
Bibian esta extraña, es la madre de mi hija pero aveces siento que podria ser algo impaciente, tengo que admitir que aveces siento que no la quiere mucho.
Es un miedo el que siento ya que no quiero que a mi hija le pase algo. Se que son tonterias, es su madre jamas le haria daño a su propia hija.

Por Ti Lucero #PGP2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora