Un mes de pensamientos.

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Cuando las cosas salen mal, lo único que se puede hacer es tratar de solucionar los problemas, salir adelante con la cabeza arriba y enfrentar las situaciones. Pero cuando el dolor es reciente, lo único que quieres es encerrarte en tu habitación, tirarte a la cama y cubrirte con las sábanas para no salir hasta que las cosas se solucionen por si solas. Bueno, siempre sabemos que si no salimos debajo de las sábanas, las cosas continuarán iguales. Pero para mi, que me había propuesto olvidar completamente a María, iba a empezar una vida nueva sin sufrimientos. Hasta que me enamoré a primera vista de aquella mujer de hermosos ojos verdes, aquella que primero vi en mis sueños y luego en persona cuando se realizó la fiesta de la empresa de E. Portas. Eso es todo lo que sé de aquella mujer. No tenemos idea de quién es. Hablo en plural porque mis amigos y yo no la hemos encontrado. De verdad quiero saber quien es, el por qué su mirada me enamoró desde el momento en que la vi. Su mano tan suave era, que sin querer le saqué su anillo. Su anillo es lo único que sé de ella. Aquel anillo que tenía una inscripción que decía "siempre juntas, mamá". ¿Qué significaría la inscripción? Pero la pregunta que más recorría mi cabeza era que si ella me estaría buscando también como yo la había estado buscando las últimas tres semanas que pasaron.

Llegué a casa después de haber pedido el mes de descanzo a Emilio, lo cual accedió sin ninguna queja ya que ell caso del palacio no había dado señales de algo malo, así que por el momento no había de qué preocuparse. Me fui directamente a mi habitación sin decirle nada a Leo, que estaba en el comedor estudiando como siempre, me tiré en la cama sin ganas de nada y me dormí encima de las sábanas y con ropa.

Me encontré sola en el palacio de nuevo, estaba vesitda con el traje que me prestó Claudia y tenía puesta la máscara que compré, la que era perfecta con el traje. Sentía la melodía que mi madre había compuesto antes de morir. No sabía que pasaba, solo escuchaba la melodía, estaba en medio del palacio y no veía a nadie cerca. Empecé a buscar a salida tranquilamente ya que, no había peligro. Cuando la seguía buscando, escuché que una puerta se cerró, no vi que nadie que haya entrado y me acerqué a donde había escuchado la puerta cerrarse y de pronto choqué con alguien. Al mirarla supe enseguida quién era, mis ojos la recorrieron de pies a cabeza, mi corazón latía al máximo, me encontré sin saber que hacer, sin saber que decirle, solo se me vino una idea a la cabeza. Como estaba sonando la música le pregunté si quería bailar conmigo, le ofrecí mi mano y ella la aceptó. Puso mi mano en mi hombro y yo puse mi mano en su cintura y enseguida nos coordinamos sin hacer el mínimo esfuerzo. Le pregunté como se llamaba, pero solo me sonrió, le pregunte que hacía, donde vivía, quien era, si ella también me había estado buscando, pero solo con silencio me sonrió. Quise quitarle la máscara pero en ese momento se empezó a alejar de mi y yo corrí detrás de ella hasta lograr tomar su mano, pero fue tarde porque ella desapareció y lo único que encontré en mis dedos fue su anillo, su anillo de plata.

Fue entonces donde desperté, no sabía como me había quedado dormida, solo sabía que estaba tapada con un chal, que quizás Leo se preocupo de ponerme y que había soñado una vez más con aquella mujer de esos hermoso ojos verdes. 

Leo se había marchado ya a la universidad y al parecer había dejado todo muy limpio. Me preocupé de que no haya desayunado y lo llamé para preguntarle si es que tenía dinero para comer:

- Leo, ¿tomaste desayuno antes de salir verdad?

- No, lo siento, salí muy apurado, pero comeré algo ahora en la cafetería con Rodrigo y Gonzalo. Martina, ¿estás bien? Ayer en la noche llegaste y solo te fuiste a tu habitación y cuando te fui a ver, estabas dormida encima de la cama y con ropa.

- No te preocupes hermanito, todo está bien. Pedí un mes de vacaciones así que estaré en casa para ayudarte en lo que sea que necesites y quizás también podemos hacer algún viajecito, ¿qué te parece?

Detrás de la MáscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora