¡¿Quién es ella?!

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Quedé muy inmersa en mis pensamientos después de lo que pasó esa noche, no podía dormir, no podía comer, no podía pensar en otra cosa que no fueran sus ojos verdes, su pelo castaño, esas manos que toqué en ese último momento. Y su anillo, que sin querer tomé de su mano, pero ¿Quién era ella?, lo único que sé es que la había visto antes, parecía un ángel, la había visto antes, todo fue como de película, la había antes, esa sensación que sentí al tocar su mano, la había visto antes pero solo en mis sueños. La canción de mi madre, ¿por qué la había escuchado antes?, era la melodía de mis sueños, la que escuchaba cuando vi a esa mujer de ojos verdes hoy en la fiesta, la que escuché cuando vi a la mujer de ojos verdes en mis sueños. No podía dejar de pensar en ella, en la canción, en ese momento en que sentí que volaba, en el que sentí que no existía nada más que nosotras dos, en el que la gente alborotada no significó nada para mi. Pero la pregunta que más me inquietaba era ¿Podré reconocer a la mujer de mi sueños si es que la viera sin esa máscara?

Ya no me importaba el caos que había quedado en la fiesta de la empresa, el problema que se me presentaría el lunes había pasado a segundo plano. Emilio y su empresa podían esperar. Por ahora solo quería seguir pensando en la mujer de mis sueños, estaba tan inmersa en recordar ese momento que no saludé a Leopoldo... ¿Leopoldo?, ¿ Dónde está mi hermano? Bueno de seguro salió a comprar algo con sus amigos, nada malo podría pasarle.

Estaba ya duermiendo cuando sonó el teléfono, y me sacó de mi dulce sueño con la mujer de ojos verdes, ¿Quién podía estar llamando a las 4 de la mañana?

Del otro lado del teléfono, sonó un voz gruesa y severa:

-¿Hablo con la señorita Martina Herrera?

- Sí, ella misma habla.

-Habla el sargento Zarragas,llamo de la comisería, su hermano, Leopoldo Herrera, fue detenido hoy alrededor de las 2 de la mañana por consumo de drogas ilícitas en vía pública.

4 horas antes:

Después de hablar con Taylor quedé maravillada, no sabía que mi mamá componía tan bien para llegar a componer sus canciones a grandes artistas. Me reía sola por haber conocido una parte del talento de mi madre que no conocía. Claro siempre supe que era muy buena compositora, pero no que había llegado a vender su talento a esa calidad de artista.

Me puse la máscara para entrar al palacio, y ahora los guardias si me dejaron entrar. Todo se veía perfecto, las lámparas colgantes de cristal, la decoración del ambiente estaba muy bien constituida por grandes telas de color beige que colgaban desde el techo hasta el suelo, enormes velas, una pista de baile y un centro de bocadillos. La gente parecía divertirse, bailaban muy acorde a la música que se oía. Todo era muy bello, parecía que fuera un sueño... ¿Sueño?, esto es casi igual al sueño que tuve la noche pasada.

Quedé atónita cuando recordé lo que había soñado, era idéntico de no ser por algunas cosas simples. O que quizás no recordaba de mi sueño. Había mucha gente, no reconocía a casi nadie. ¡Rayos! Vaya fiesta en la cual no sabes con quién te puedes encontrar.

Estaba pensando en mi sueño y en la melodía, cuando Claudía me tocó el hombro y me avisó que Emilio me estaba buscando para presentarme a unos colegas de una empresa importante de Argentina y de España. Así que tomé a Clau del brazo y le pedí que no me dejara sola, ya que no soy muy buena haciendo amigos nuevos. "No muy buena" sería poco decir, soy un desastre, mi vida social es un desastre, es por eso que no consigo nunca salir con alguna chica, siendo que, haber estudiado derecho me da una gran capacidad para relacionarme con las personas, pero no, solo funciona cuando estamos en tribunales o en reuniones coorporativas de la empresa. Que frustrante.

Al reunirnos con Emilio, me presentó a Gabriela Parodi, la abogada de la empresa argentina P.M.A (Productos Maritimos de Argentina) y a Luís Hernandez ejecutivo de la empresa española A.S.E (Asociación de Seguridad Española). Ambos homosexuales. Así que Emilio ya tenía puesto el ojo en Luís y según Claudia, Gabriela la había estado mirando. A Clau no le interesa, siempre se ha sentido alagada al darse cuenta de que otras mujeres la miran como presa sexual, con tal, ella no cambiaría a los hombres por nada en el mundo. Que en mi opinión, sería una estupidés no seguir tu verdadera naturaleza. Así que respeto claramente la opinión y los gustos de mi amiga como ella respeta los míos. 

Detrás de la MáscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora