Texto 10

185 7 0
                                    

Solo tus ojos están llorando en este vaivén de amargura.
Por las ventanas de tu edad podrás ver tu presente dorado, pese a tus mil arrugas.
Ya no tenes la sangre caliente como solías tener en aquellos días de invierno.
Tu bello sembrado y aquel loco que quiere ser su tumba para evitar descendencia desaparecieron.
¿Donde escondes el tesoro de tus mejores días?
Mirarte, ya no es el dulce abril, el fresco del comienzo y el calor del fin.
Estos charcos de realidad los esquivas teñida de crueldad.
Cansada de saber perder y no poder ser nadie a la hora de caer.
Tal vez te encuentre en otro lugar con camas para descansar una eternidad.
Sabia que las mañanas bajo el peso de los años yo no eran los mismos.
Por eso digo Muerte, visítala, porque entre mis miedos más profundos existe y existirá esta horrible realidad de tener frente a mis ojos lo que no tengo y ser ante vos transparente y frágil como líquido de sopa en una cuchara.
Su alma ya no estará revoloteando sobre su cuerpo y así seré libre.

Escritos en la soledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora