Guerra De Sultanas©

capítulo 52

Mahidevran ya sabía el motivo de su malestar, se sentía devastada, tanto dolor para nada, Kardelen prometió no decir sobre la enfermedad de la ahora valide, tenía que dejar un heredero asegurado y sobre todo abolir el fratricidio.

—Mi León —sonrió viendo a Yusuf

—Mi hermosa madre—la abrazo

—Esta noche traeran a una concubina, espero puedas recibirla

—Si madre, se cual es mi trabajo—suspiró  recordando a su amada

—Se que extrañas a tu esposa e hijos, Hanife quedo sin madre y tu sin esposa—lo miró — todo pasará, verás un nuevo amanecer pronto

—Confío en ti madre, ya he dado la orden de abolir el fratricidio, está siendo aprobada ya—sonrió

—Me haces feliz—lo abrazo para  luego  salir

La noche llego y Laleska llego a los aposentos del sultán, a cómo le ordenaron se arrodilló y hizo espera a que el tocará su rostro.

—¿Cuál es tu nombre?—dijo alzando su rostro

—Laleska—susurró con una pequeña sonrisa la cuál hizo sonreír al sultán.

—Te llamarás Hürrem —la beso y lo que paso después fue cosa de ambos.

A la mañana siguiente, Hürrem y Yusuf despertaron sonrientes, hasta que un agha llego agitado interrumpiendo su paz.

—Su majestad, Hanife Sultán ha enfermado

—¿Que tiene?—se puso de pié seguido de Hürrem

—No se sabe—dijo y el sultán salió corriendo a ver a su hija

—¿Quién es Hanife?— susurró viéndolo

—La única hija sobreviviente de su majestad, tiene una fiebre muy fuerte—ella asintió y salió en búsqueda de su majestad

—Hatun regresa al harén—dijo Nazikeda y ella suspiró

—Puedo ayudar

—¿Tú?—dijo Turhan riendo

—Mi madre era curandera —murmuró—se de una planta que calmara su fiebre —Mahienver  la miró y sonrió

—Trae le todo—dijo la rubia viendo a la joven —¡Pero ya! Tu entra con ella.

La joven asintió y entró a ver a la pequeña Sultana, Yusuf la miró con duda pero dejo que ella se acercará.

—Dígame que siente sultana —susurró tocando su frente

—Extraño a mi madre—susurró viendo a Hürrem.

—Yo también extraño a la mía, ¿que tal si se mejora para que vayamos al jardín a jugar?—le sonrió con cariño

—¿Papá también?—sonrió y ambas lo miraron

—Si iré —sonrió y la kalfa entró con las plantas, Hürrem comenzó a preparar el remedio mientras que dejaba que Hanife le contará sus miles de historias.

—Madre, ya está lista la ejecución de Neslihan y Alí —dijo Yusuf

—¿Que esperas para dar el si?

—El tuyo—sonrió —tu di cuando y dónde.

—Mañana mismo en la plaza, que ambos mueran ahorcados, que ambos se vean antes de morir.

—Está bien —beso su mano y salió de ahí

—Espera, ¿Te ha agradado Laleska?

—Se llama Hürrem ahora—le sonrió—y mucho—se giró para seguir su camino dejando a la valide con una sonrisa.

  —Kardelen, ve por ella, y no mandes a la otra joven, deja a Hürrem más tiempo —sonrió y comenzó a sentir dolor

—¡Sultana!—dijo Meleki sosteniendola

—No es nada, no lo es—susurró

—Sultana madre —dijo la rubia

—Hürrem—dijo seria—en ti veo algo que no muchos poseen en este lugar.

—¿Qué es?—se atrevió a preguntar

—Inocencia, la inocencia que todos perdemos al pisar este palacio—recordó con tristeza— en ti veo a la futura valide. Quiero que seas fuerte y no te dejes de nadie.

—¿Por que me está diciendo esto?—dijo confundida.

—No le dirás a nadie esto Hürrem, Sólo tu y  yo—suspiró y ella asintió

—Tiene mi palabra.

—Estoy muriendo, se que me queda poco tiempo, lastimosamente no podre formarte, pero tu, tu tienes eso, eso que vio Raziye sultán en mi—sonrió

—Haz feliz a mi León, mis hijas te apoyarán siempre

—Gracias—susurró y Mahidevran dejo que besara su mano

—Kardelen, dale los mejores aposentos, quiero que la cuides siempre, se su mano derecha y su guía, así cómo fuiste la mía.

—No se despida aún, tiene que ver nacer a sus nietos—dijo Hürrem triste, la valide le transmitía un aura materna.

—No, yo no me iré aún tengo que dejarte protegida—le hizo señas para que se fuera.