-Pidge, hey, despierta - movió con suavidad a la castaña que dormitaba en su cama intentando despertarla de una forma amable, pero la chica tenía sueño pesado; fue hasta que Shiro decidió moverla con más brusquedad, Pidge despertó muy apenas abriendo de poco en poco los ojos moviéndose entre las sábanas para estirarse provocando que la blusa de su pijama se levantara mostrando así parte de su abdomen. Un leve rubor apareció en las mejillas de Shiro, para que ella no lo viera agarró una sábana y la colocó encima de Pidge; ella se quejó. -Ya levántate, el desayuno está en la mesa, en cuanto termines espero que ya te hayas ido de aquí - aclaró Shiro alejándose de la cama para dirigirse al baño de su habitación con la intención de arreglarse la corbata para ir a trabajar. Cuando Pidge escuchó eso inmediatamente se levantó de la cama
-¿¡Irme!? Pe-pero, ¡no puedes echarme! - gritó desde la cama para que la escuchara, después se levantó y se dirigió al baño
-Si puedo, esta es mi casa -salió del baño ignorándola por completo y se dirigió a la puerta de la habitación saliendo de esta siendo seguido por Pidge
-¿Dejarás a una joven chica extranjera andar por las peligrosas calles de Japón sola? - intentó dar lástima al colocarse frente él juntando sus manos. Shiro tomó su maletín del sillón individual donde descansaba y se dirigió a la puerta de la casa con la intención de ya terminar esa conversación e irse; no obstante Pidge se volvió a colocar frente a él deteniéndolo para tomarlo muy apenas de los hombros ya que la diferencia de alturas era evidente. -¡Por favor Shiro! No tengo dinero para rentar un apartamento, de hecho...—
—Pidge — apartó sus manos de sus hombros —No puedes quedarte aquí, soy una persona muy reconocida por aquí y si ven que tengo una niña de 16 años en mi casa comenzarán muchos rumores que me darán una mala imagen; que también podrían arruinar mi imagen. — aclaró —Te daré dinero, así podrías conseguir un apartamento, el que quieras, pero no puedes vivir conmigo — le dijo entregándole una suficiente cantidad de dinero para poder conseguir un buen apartamento —Procura que cuando salgas no te vea alguien, nos vemos. — dijo por última vez para después salir del lugar con el maletín en mano y así poder ir a su empresa.
—Pero Shiro–...— intentó detener, pero sus palabras quedaron al aire pues el mayor ya había salido del lugar —Ningún apartamento acepta alojar a niñas de 16 años...— soltó un suspiro
Sin saber qué más hacer caminó por el apartamento para ir por su maleta y así empezar a buscar algún apartamento cerca de la universidad en el que pueda vivir.
Lo cual creía imposible.
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3:00 p.m
—Pasé — pronunció mostrando el e-mail de aceptación
—Keith... felicidades — sonrió un Shiro bastante alegre mientras le revolvía los cabellos al menor
—Te lo pude haber dicho antes de no ser porque me estuviste evitando — le dijo con seriedad cruzándose de brazos
—Oh perdoname, sabes que he estado muy ocupado con la empresa, pero de igual forma sabía que pasarías — contestó dedicándole otra sonrisa —¿Qué hay de tu hermana? ¿Ella también pasó? —
—Sí, pero no salió sobresaliente como yo. — contestó con orgullo
—Sabía que ambos pasarían, son muy inteligentes —
—Aún así ella se sentía más nerviosa —
—Keith, tú también estabas nervioso —
—Sí, pero no tanto como ella —