6.Re escribir

145 19 10
                                    

-Es como un hijo.-Dijo con un brillo excepcional en sus ojos.-Roberto puso el capital monetario, y yo las ideas. O bueno, una parte de ellas. Pero se siente grandioso poder darle vida a un sueño que vienes incubando por tanto tiempo.

-¿Y cuando es la inauguración?

-En agosto, aun quedan muchos detalles por ultimar.

-¿Y es necesario que te mudes ya?

-Como te he dicho, aún quedan muchos detalles por ultimar y Roberto me necesita a su lado para concretarlos a partir de ambos criterios.

-Entiendo...-Digo sintiendo que me estoy a punto de rendir.

La miro, ha vuelto al negro azulado, deja su cabello que probablemente hoy ha lavado, caer sobre sus hombros. Le da sorbos nerviosos a su té de hierba buena, y muerde constantemente su labio.

Si bien ya hemos perdido la cuenta de cuántos silencios incómodos hemos desesperado por llenar, hay una familiaridad que me remonta a cuando la conocí por primera vez.

"Mierda, mierda, mierda." Susurraba aquella chica en vestimenta del siglo XVI.

Sentada en una butaca, apretaba los puños y miraba con frustración el escenario.

Fascinante, la escena era fascinante.

"¿Estás bien?"

Se exaltó ante mi presencia y en un atropellado coreano se disculpó.

"Pensé que estaba sola"

"Es curioso que pienses que en un teatro puedes estar sola."

"Bueno...es aquí también donde venimos a decir mierda con una linda connotación, puedo hacerlo mejor."

"¿Qué?"

"Insultar, insultar esa energía pesada que me hace sentir insignificante para ese escenario"

"¿Como es que un lugar tan mágico nos hace sentir tan grandes y tan pequeños?"

Probablemente en su cabeza han pasado mil insultos, a la silla por ser demasiado dura, al autobús por venir demasiado lento, al clima por ser demasiado húmedo y al mesero por "servirnos como si estuviera haciéndonos un favor".

Esa es Val, insulta cuando está nerviosa.

Aunque en el fondo realmente no se sienta tan frustrada.

Es su escudo ante aquellas situaciones que le sacan de su normalidad.

-¿Y tú? ¿Como has estado?-Se atreve a preguntar mientras me mira expectante, mientras estudia mis cejas tupidas de más, la desequilibrada barba que empieza a nacer y mis manos presionando el chocolate caliente que no logro digerir.

Me analiza, punto a punto, y sé que piensa que no soy el tipo del que una vez se enamoro.

Seguro que no se arrepiente del rumbo que nuestras vidas han tomado.

-He estado mejor.

-Puede que sí. Y vas a estar mejor.

-Contigo.

-¿Perdona?

-Quiero estar contigo, tan solo ha pasado un año...

-Yugyeom...

-Me sient...

-Yugyeom, escúchame.-Dijo manteniendo la serenidad.-Te sientes solo, lo sé, las cosas no han salido bien para ti, pero tú no me quieres de vuelta, quieres el recuerdo de quienes éramos juntos. Tu no estas ni estabas enamorado de mí, estabas enamorado de lo que construí a tu lado, y ¿sabes? Me tomó muchos meses entender que era así porque...yo, tampoco estaba enamorada de ti, eras mi refugio, mi encuentro, mi espacio. Y no dudo que fuera amor, pero es pasado, y no me atrevo a retar la catarsis que decirle adiós significó.

-Quiero amarte como lo mereces Val...-Me dejo decir.

Una suave risa sale como una brisa cálida de verano.

Verano.

Pronto nos va a atrapar la humedad, el tiempo de difuminar el llanto en el peso del aire.

Y ella ya no va a estar aquí, pero yo tampoco.

-No quiero ser egoísta Yugyeom, pero ya no puedo darte lo que necesitas de mí. Y me atrevo a decir que no es justo que continúes buscando un alguien para llenar ese vacío.

-¿Por que sabemos tanto de nosotros?-Siento vergüenza, pero necesito llorar, me siento como para llorar, aquí a su lado, aquí en un café de Gangnam.

Quiero llorar.

-Porque cuando estuve a tu lado, no era yo, era contigo.-Su mano acaricia la áspera piel de mi mejilla.

Y despide el llanto que amenazaba con vulnerabilizar la fuerza con la que me aferraba a sus recuerdos.

-Perdóname.

-No tengo que perdonarte Yug...yo te entiendo.

-Brasil espera por ti, y sé que tiene mucho que darte, pero por favor nunca me olvides.-La miro, una vez más, brillante, viva...

Y recuerdo a la mujer que dejaba nuestro apartamento hace un año atrás.

A quien deje ir, porque no me pertenecía, porque aún tenía mucho por descubrir y amar.

-Yug, aún queda mucha vida para recordarte, y aún nos queda mucha vida para encontrar nuevos recuerdos.

-Estaré mejor.

-Porque somos más fuertes de lo que dimensionamos.

FIN

Don't feel like crying | Kim YugyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora