Entonces...

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Me despedí de Annie en un sendero y caminé tranquilamente hasta mi cabaña, Sofía estaba sentada con un rompe cabezas y Thamara leía una revista de chismes, ambas me sonrieron y me dirigí directo al baño, me saqué la ropa y me puse bajo el chorro de agua fría, cerré mis ojos y entre abrí mi boca para que el agua pasara, me llené de acondicionador el cabello y de jabón el cuerpo mientras fuera sonaba una de esas canciones que ponía Sofía a todo volumen. Salí en unos pequeños shorts y una blusa blanca, descalza y con el cabello muy húmedo.

-¿vamos a almorzar? -dijo Thamara mientras se dejaba caer de la litera de arriba.

-sí, ¿vas? -me miró Sofía y asentí.

-vamos.

Me puse mis sandalias y nos unimos a las demás en el comedor, Annie me sonrió a lo lejos y le devolví la sonrisa. Tomé la bandeja y me serví ensalada con un trozo de pollo, junto a mi jugo de naranja. Nos sentamos en una pequeña mesita al aire libre cerca del bosque, el viento soplaba fuerte las tres hablábamos sin parar de los juegos acuáticos que estaban siendo instalados en el lago.

-hablando de el lago -apretó mi mano Sofía y reí. - nos han contado que tenías montada una escenita de besos con Annie.

-ya sabía yo que los chismes en la fila del almuerzo son exagerados -dije riendo y Thamara se carcajeo.

-¿besa bien? -me preguntó y asentí.

-bastante, pero no teníamos montada una escena, fueron unos cuantos y ya.

-la chica es muy tierna y muy guapa, aprovecha que se ha fijado en ti.

La miré y me sonreía, Thamara de repente salía con comentarios inesperados de los que no podía más agradecerle; de repente Sofía habló:

-pues agradecida y bendecida debería estar Annie, Arizona es guapa, inteligente y deseada, se ha fijado en ella y eso es sorprendente -metió una cucharada a su boca y la miré sonriente.

-pues eso me ha dicho ella, y yo le he dicho lo que Thamara me ha dicho -sonreí y Thamara sonrió.

-son muy lindas juntas.

Seguimos la comida, y aunque las chicas estaban felices por lo que estaba empezando entre Annie y yo, aunque les parecíamos una pareja preciosa, mi mente seguía en Calliope y Finn de la mano, y en la conversación que teníamos pendiente. Ni siquiera me había sentado a pensar en si Annie y yo hacíamos una linda pareja.
Al terminar de almorzar nos fuimos junto a un par de chicas a jugar dominó, yo era realmente mala jugando y Thamara y Sofía me imploraron que saliera del juego, entre risas y burlas me retiré a la cabaña con una gran sonrisa en el rostro, me senté en la terraza a mirar los árboles, mis ojos viajaban de uno alto hasta uno pequeño, la verdad no sé en qué pensaba hasta que vi a Callie caminando directo a la cabaña, venía sola y con el pelo en una cola alta, me miró y siguió caminando, cuando llegó hasta mi se sentó a mi lado y suspiró.

-¿qué miras? -me preguntó.

-los árboles -susurré y ella sonrió.

-son bonitos, me gustan en ambas fechas del año, en invierno son imponente y terroríficos, más aún cuando el viento sopla y tiran la nueve de sus hojas, o cuando nieva, ¡cuando nieva es precioso! En verano son terríficos, pero no tanto, en veranos dejan ver los diferentes tonos verdes, cafés y negros, y dan sensación de que algo más allá de lo que podemos ver nos está esperando para atacar -mientras dijo todo esto la miré mientras ella miraba el bosque haciendo unas graciosas expresiones.

-en resumen, en invierno son paisajes blancos y llenos de paz, en verano son musgosos llenos de dudas, en ambas épocas imparten temor, porque así es el bosque: como el corazón y la mente, indescifrables e imponentes -susurré y ella sonrió.

-algo así -acarició mi cabello y suspiró. - me encanta tu cabello -susurro y sonreí.

-gracias, me encanta también -susurré y ella me golpeo el hombro.

-esa no era la respuesta que quería -dijo riendo y reí también.

-ya te he dicho que eres muuuuuuy guapa, y ese "muuuuuy" alargado es porque abarca todo de ti, Calliope -le dije y ella puso su cabeza en mi hombro.

Estuvimos así sentadas mucho rato, tomadas de la mano, su cabello secándose con el viento y nuestras miradas perdidas en el bosque, mi corazón latía despacio como si esperara a latir en sintonía con el de Calliope, nuestras respiraciones coordinadas y nuestras manos apretadas, ninguna se movía por miedo a romper aquel momento tan especial, mi cabello bailaba con el viento y en un momento un mechón golpeo su rostro provocando que ella se moviera.

-¡ME ENTRÓ EN EL OJO! -gritó y reí mientras ella se rascaba su ojo y hacía mala cara.

-lo siento, lo siento -dije entre risas y le tome el rostro, le abrí el ojo y le soplé un poco, ella me miró sería y puso sus manos en mi cintura, dejé de soplar y la miré directo a sus ojos. - ¿ya te duele menos? -susurré y ella asintió.

-sí, un poco, aunque debería cortarte el cabello -sonrió y sonreí.

-o aprender a cerrar los ojos -volví a soplar y luego le di un beso sobre su ojo.- ¡listo!, estará sano en breve.

-gracias -dijo mirándome y se acercó más a mí.

-sabes que me tientas con tu cercanía -dije riendo y me aparté. - estás con alguien y yo...

-¿estás con Annie? -me preguntó y yo la miré.

-salgo con ella, nada es seguro, pero estamos saliendo y tú...

-sí, ya sé -dijo y me miró. - yo salgo con Finn.

-¿de qué querías hablarme? -le pregunté y ella me miró, ambas sabíamos de qué estaba hablando.

-quería que fuéramos a comer juntas, ya sabes, la cena -me miró y sonreí.

-¿como en una cita? -entrecerré mis ojos y ella rodó los suyos.

-me complicas las cosas, Arizona, solo quiero cenar con...

-con alguien que te gusta mucho pero con quien no estás, ¿por qué? Explícame, ¿por qué? -dije y la miré seria.

-yo, Arizona, mi familia no sabe que me gustan las chicas y estar contigo no es tan sencillo porque ahora...

-porque ahora vivo cerca y eso implicaría que tuviéramos una verdadera relación y que tu familia lo sepa -dije y sí, lo había entendido, la miré y arrugué el entrecejo. - ¿piensas ocultar esto toda tu vida?

-no, no, pero ahora no quiero hablarlo.

-entonces por eso no estamos juntas -susurré y ella bajó su mirada.

-yo te amo, y si vamos a estar juntas sería secreto, tú no lo resistirías  -me miró y suspiré.

-¿yo? ¿yo o tú? -la miré. - Calliope, yo no te pido que les digas, no ahora, pero si nos amamos no hay razón para estar separadas -me puse de pie y ella me siguió.

-Finn conoce a mis padres, mis padres son dueños de estas tierras -dijo y voltee a verla. - papá conoce a todos los guías, incluidos el padre de Finn, Arizona, si dejo a Finn por ti él lo dirá.

-está bien -suspiré. - yo, no sé qué decirte, Calliope -la miré y ella sonrió.

-¿cenas conmigo hoy? -se acercó a mí y suspiré.

-¿de verdad quieres jugar a las escondidas? -susurre mientras la arrastraba dentro de la cabaña.

-¿lo jugarías conmigo? -susurro y sonreí.

-mientras lo pienso estaría bien -susurré y cerré la puerta tras nosotras.

Pegué mi frente con la suya, luego mi nariz y de último mis labios, nos unimos en un lento pero necesitado beso, su lengua junto a la mía mientras sus manos me apretaban más a ella, nos separamos y nos miramos.

-te eché de menos -susurró.

Ahora que volví -Calzona. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora