Arizona

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Día 16.
Narra la escritora.


Un auto negro avanzaba por el largo camino de lastre rodeado de grandes árboles, ventanas arriba, dos personas dentro: El Coronel y su esposa.

Arizona estaba echada en un taburete con la bola de baloncesto en su mano, una sonrisa en su cara y sus compañeras de equipo tomando agua, el día era caluroso y por si fuera poco, un poco desesperante, había despertado con una rosa roja a su lado acompañada de una pequeña carta que se leía "hola guapa, feliz día." ¿quién más que Calliope?, el día anterior había intentado hablarle pero ella se rehusaba. ¿qué le pasaba? ¿acaso no entendía que no era una broma? Era en serio el hecho de que si no lo iba a hacer necesitaba desprenderse de ella.

-¡Vamos! -gritaron las chicas y Arizona volvió corriendo.

-yo creo que ya de verdad tienes que parar con Finn -dijo Thamara a Calliope, ambas sentadas en una banca mirando el partido.

-¡lo hago!, me he cansado de decirle que no quiero nada con él y acá sigue molestando, de verdad que solo necesito hablar con Arizona -suspiró y miró a Thamara.

En ese momento una de las guías se acercó a la cancha del partido, dio un pitido y llamó a Arizona, ésta, vestida con una pequeña pantaloneta, un top, sus tenis, medias gastadas y el cabello en una alta coleta, la miró extrañada y se acercó.

-¿sí? -preguntó.

-entrega el balón y sígueme -le sonrió la guía.

Arizona hizo picar el balón y siguió a la guía, Calliope la miraba extrañada y antes de poder empezar a seguirla, Sofía se puso al frente.

-Callie, sea lo que sea, en estos momentos ella no quiere verte -dijo y Calliope la apartó.

-¡no te metas! -empezó a caminar y las chicas no la detuvieron.

La guía caminaba en silencio y Arizona también, la llevaron hasta la oficina y la sentaron, estaban ambas guías, le tendieron una toalla para que se secara el sudor, y mientras eso sucedía dentro, fuera Calliope estaba sentada en la terraza de la cabaña que servía de oficina, esperando.

-¿entonces? -preguntó Arizona.

-tu padre viene de camino, no nos ha dado más información, necesitamos que alistes tus cosas y te prepares para marchar, normalmente no lo permitimos pero esto es un tema meramente familiar y se está permitido -le sonrió la pelirroja y ella asintió.

-yo... ustedes, ¿no saben el porqué? -preguntó visiblemente nerviosa.

-no, es… -se miraron entre sí y luego la miraron, la pelirroja continúo hablando. -  …cariño, él ha querido decírtelo.

-¿es que nos vamos del país? -empezó a llorar. - porque si es así, no quiero, yo, yo soy mayor de edad -se levantó. - ¡tengo una beca! -gritó.

-Arizona -habló la castaña y luego miró a la pelirroja con cara de súplica. - ve con ella y ayúdala.

Cuando salieron Calliope las miró, ambas la ignoraron, Arizona estaba hundida en  sus pensamientos, las mil y una oposiciones que iba a poner cuando le hablaran de irse del país, su beca y su futuro bailaban en su cabeza, ¿por qué su padre la sacaría de el campamento a la mitad de éste?.
Entró en la cabaña y empezó a recoger sus cosas de muy mala gana; Calliope entró tras ella y se quedó estática.

-¿qué haces? -preguntó con su voz ronca y Arizona se volteo a verla pero la ignoró y siguió recogiendo sus cosas. - ¿¡por qué!? -gritó y la guía iba a responder pero Arizona le ganó.

-¡PORQUE ME VOY!, maldita sea -chilló y cayó en el llanto. - estoy harta de llorar frente a ti, lo odio -la miró y empezó a secarse -en vano- sus lagrimas. - ¡me voy!, mi padre viene por mí, no sé qué pasa o por qué, no sé el porqué de mil cosas, pero sí sé que no tienes que estar aquí, Calliope, que lo nuestro no se soluciona con una flor y una nota, ¡ya está bien! -gritó y abrió sus brazos en modo de rendimiento. - ya detente, aléjate, tu presencia a medias me daña -susurro y Calliope quiso acercarse cuando ella se hizo hacia atrás. - ¿sigues con Finn?

-yo...

-ya, basta -dijo la guía. - señorita Torres, por favor, retírese.

Ambas chicas se miraban, Calliope, aún llena de dudas se volteo para salir, Arizona se secó la cara y empezó a recoger lo que le quedaba, no encontró el par de una media pero así cerró su maleta, se metió a la ducha y tras salir bañada y lista, con un vestido floreado y unas Converse, salió junto a la guía con maleta en mano, Thamara y Sofía corrieron hasta ella sin saber el porqué de su ida y tras un abrazo e intercambio de números, la dejaron proseguir, ella miró a Calliope que a su vez la miraba, se miraron unos segundos y como si las miradas hablaran, se despidieron , sin embargo no dejaban de mirarse, hasta que el auto negro entró en el área y el padre y la madre de Arizona bajaron de él, Arizona los miró y algo en ella se revolvió, de repente todo el campus observaba a aquellas dos persona que caminaban en su dirección

-hola, cariño -la abrazó su madre y besó su frente.

-mamá -susurró y se dejó abrazar.

-ven acá, querida -abrió los brazos su padre y ella corrió hasta él. - ¿estás lista?

-sí, papá yo no quiero irme y...

-te explicaremos luego pe...

-no, dilo ya, papá no me iré del país yo no quiero dejar todo acá y Timothy ya no...

-Timothy murió -soltó su padre y ella lo miró seria.

-¿qué dices? -dijo y sus empezaron a aguarse.

-nos han enviando un fax -su padre sacó la carta y ella la abrió. - mañana nos traen su cuerpo, vamos a ir por él al aeropuerto, cariño, hemos venido por ti, no queríamos despedirlo sin ti -su padre ya estaba llorando y ella no aguantó más.

Se tapó el rostro y sus padres la abrazaron, hicieron un sándwich y una vez la soltaron, ella subió como flash a el auto, ¡su hermano! ¡su héroe! ¡estaba muerto!.

Calliope, quien había presenciado la escena de lejos, estaba deseando correr hasta ella, pero debido a que era un momento tan familiar, se detuvo. Su corazón se apretaba al ver a la figura de la chica que amaba, dentro del auto con las manos en su rostro, llorando.

Ahora que volví -Calzona. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora