La "cita"

6.5K 336 40
                                    

El tiempo fue pasando y las cosas seguían igual. Todos se reían de mi, aunque me molestaba, seguía mostrándome alegre. A Scorpius le afectaban más las opiniones de los demás.

No tenía muchos amigos, por lo que me juntaba con Scorpius y Albus. O si no, James a veces me hablaba.

Estaba con mi hermano y con Al (así le decíamos)

—Tenemos que estudiar para mañana—le decíamos yo y Scorpius a Al.

—Después estudiamos.

—No, ahora— seguimos discutiendo. No nos dimos cuenta que había alguien al lado nuestro.

—Hola— saludó.

—Hola— respondí, dejando de prestar atención al resto.

—¿Quieres venir un poco conmigo?— me preguntó James. Yo suspiré y asentí. Los chicos se rieron.

—Adiós.

—Adiós—respondí sonrojada, y seguí a James.

—¿Cómo estás?— cuestionó mirándome a los ojos.

—Bien ¿y tú?

—Bien.

—¿Ocurre algo?

—No ¿Por qué?— me mira extrañado.

—Porque pensé que por eso me llamabas—contesté tímida.

—¿Acaso no puedo querer pasar tiempo contigo?— No pude evitarlo y sonreí.

—No lo se.

—¡Claro que quiero pasar tiempo contigo!

—Gracias, eres una de las pocas personas que lo piensa— comenté.

—Hey, no digas eso.

—Es la verdad— él se rió.

—Bueno, ahora sabes que si quiero pasar tiempo contigo.

—¿Y qué vamos a hacer?—pregunté.

—Espera un poco, no seas impaciente.

Caminamos en silencio hasta llegar al inicio del bosque, donde no había nadie. Cómo vi que él se detuvo, hice lo mismo.

—¿Por qué te detienes?

—Quería venir a aquí— dijo, poniendo un mantel en el suelo, con comida y sentándose.

—¿Por qué aquí?

—No hay nadie, hay linda vista, nadie escuchará las bromas para robármelas— guiñó un ojo. Yo sonreí y suspiré. Ya creía que estaba perdida.

Comimos sándwiches, tortas, mientras él hacía bromas.

—Tendríamos que hacer esto más seguido— me animé a decir. Él sonrió y asintió.

                P.V James Sirius Potter

   Estaba muy contento estando con ella. Quería invitarla a una cita. Mis amigos me decían que la invitara, que aceptaría. Pero a mí me daba miedo. Decidí invitarla, sin decirle que era una cita. Y estoy completamente orgulloso de mi.

     Funcionó a la perfección; comimos; hicimos bromas; ella me sonrió, con esa sonrisa perfecta. No podía evitar pensar así de ella, se que no es lo adecuado, ya que es muy amiga de mi hermano y eso, pero no lo podía controlar.

      En el tren, estuve con mi hermano (aunque no me llevo del todo bien con él), para verla. Mi hermano sabía lo que siento, y me aconsejaba de vez en cuando.

      El primer día de clases me quedé mirándola en el Gran Comedor. Cuando ella notó mi mirada, me puse muy nervioso y no volví a mirarla en toda la noche. Me daba miedo que no sintiera lo mismo por mi y que lo fuera a descubrir.

—Me alegro de que te estés divirtiendo, es obvio que nadie puede aburrirse conmigo.

—Claro que no, sería un milagro si me aburriese contigo— bromeó. Yo me reí. Ella era muy graciosa y muy buena persona.

—¿Quieres volver a verme en una semana? ¿O te parece muy pronto?

—Por mi podría verte todos los días y me parecería demasiado tiempo sin verte—comentó riéndose, después reflexionó lo que dijo y se sonrojó. Yo no podía tener una sonrisa más amplia.

—Genial, entonces nos veremos más seguido—guiñé un ojo, ella sonrió.

—Genial...—suspiró ella.

James Sirius Potter y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora