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Veinte Días después, la alegría se apagó. Asumir que Brian dejó de ser ese alma alegre y extrovertida para ser lo más parecido a un gris fué casi lo peor, recalcando el casi; debido a que el suceso que desencadenó ese vaivén en él, definitivamente entra en otra escala; así que volvamos unos días atrás.

Diez días exactamente pasaron desde que Logan se subió a ese avión; Brian y Fiore me sacaron a caminar con la excusa de que tenía que salir más antes de irme con ellos a Bogotá y no faltaban si no unas tres semanas antes de que comience mi ciclo y se retome el de Brian y Fiore; quién por amor y cursilería también decidió trasladarse con él.

Llegamos a un centro comercial que está para la parte norte de la ciudad; quisimos ésta vez ver algo que tuviera un estrato social un poco más alto. ¿La razón? Sencillo; ver un poco de moda extravagante, burlarnos de las personas obsesionada con el glamour y la etiqueta y observar cuidadosamente las excepciones que existen de personas que no aparentan
Lo que tienen y simplemente se limitan a pasar un buen rato ya sea en familia o amigos.

Al salir de ahí Fiore sugiere que nuestro próximo destino sea un parque cercano a donde vivo; tomamos un taxi a petición de Brian quién tenía un "leve" dolor de cabeza y 10 minutos después llegamos al lugar. Pagamos el taxi y al bajar encontré una banca vacía a unos metros de donde nos dejó el taxi.

Ya sentados ahí; veo un señor con un carrito de helados y no pude evitar antojarme.

-¡Esaú!- grita Brian
-¡Uno de vainilla con chispas por favor!- grito también por el susto y Fiore solo suelta una carcajada.
-¡Págame!- dijo Fiore a Brian y éste sólo se limitó a quejarse
-¿Que apostaron ustedes dos?- dije en un intento de sonar molesto
-Ella apostó cinco mil pesos a que estabas encantado con el carrito de helados y yo a que estabas encantado con el muchacho que está comprándole una empanada a la señora que está al lado- dijo irritado
-Y yo gané, ahora págame- dijo ella extendiendo su mano y Brian le entregó el billete
-Los odio; voy por un helado- Dije levantándome de la banca- ¿Quieren algo?-pregunto y Brian abre los ojos sorprendido
-Rápido Fiore, pídele algo antes de que se arrepienta-Dijo Brian dramatizando el momento
-¿Me estás diciendo tacaño?-Esta vez si estoy molesto
-Si- respondieron los dos al mismo tiempo
-¿Quieren o no?-trato de restarle importancia al asunto por más dolido que esté
-Yo quiero un cono de chocolate con leche condensada-pide Fiore
-Y a mí uno de macadamia con salsa de chocolate-dicho ésto me dirijo al señor de los helados y pido mi helado de vainilla.

Decido comerme mi helado justo ahí para darle un poco de privacidad a la parejita. Detesto quitarle tiempo a las personas, no me gusta ser una carga y ellos lo saben. Siento una mirada sobre mi y al voltear me encuentro con un chico más bajo que yo; casualmente está terminando de comer una empanada, tiene cabello negro que le baja en ondas hasta debajo de las orejas, piel trigueña y con pecas. Me enfoco en sus ojos y me encuentro con unos de color café intenso que tienden a tomar un matiz anaranjado por la luz del sol. El mira mi helado y sonríe

-Vainilla, buena elección- dice y me guiña el ojo
-No hay nada aparte de esto y del chocolate que sea perfecto- Digo dándole una gran mordida a la galleta del cono
-En eso no estamos de acuerdo-dice
-¿Cómo que no?- pregunto
-Me da uno de naranja con salsa de cereza por favor-se dirige al señor de los helados y cuando recibe su pedido me mira a los ojos- esto responde tú pregunta- come un poco de helado y yo ya acabé el mío.

Pido los helado de Brian y Fiore y antes de retirarme, fijo mi mirada donde el chico aún está y su expresión ahora es de preocupación pero antes de siquiera preguntarle el habla

-¿No eran dos las personas con las que venías? Yo creo que vi dos cuando se estaban riendo hace unos minutos-le quito importancia a qué se dió cuenta que Fiore se estaba riendo como foca retrasada y volteo.

Blue. LGBT+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora