Sábado amoroso

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La alarma de mi celular me despertó. Eran las tres de la mañana de un magnífico sábado y debía aprovechar mi día con Hoseok. Obviamente la presión de quien iba a ser el ganador ya no estaba más, era obvio, yo Kim Seok Jin ya tenía la corona. Nadie me ganó, ni Min Yoon Gi con su apetitosa piel, ni Kim Nam Joon con su poder del sexo, ni Park Ji Min con sus dotes de mamar, ni Jeon Jung Kook siendo su ex, y mucho menos Kim Tae Hyung con su gran candidez. A todos ellos les faltaba algo importante, el amor de Hoseok.

En el balcón ya me esperaba Hobi, al mirarme trató de ocultar sus lágrimas para que no las vea, pero fue en vano. Le tomé del mentón y le pregunté —: ¿Por qué lloras? —Se mordió su fino labio y me abrazó fuertemente. —Sácame de aquí, y hazme volar. —Sus deseos eran órdenes para mí. Agarré su mano y le conduje hasta el hermoso Ferrari que mi padre me había regalado.
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— ¿Listo para saber lo que es tener a Kim Seok Jin en tus pies? —Sonrió ante mi comentario, y sin pedir permiso alguno, abrió la botella de vino y se la tomó. —Más que listo. —Respondió con un tono coqueto, que hizo que cierta parte de mi pantalón se achique. ¡Oh, sí!

Las calles de Seúl casi vacías, y la oscuridad que todavía no nos abandonaba, le daban un toque de excitante al ambiente. Me detuve frente al motel más lujoso de la ciudad, y le tapé los ojos a mi dongsaeng. No sentía miedo de que alguien nos vea; ya que, había alquilado por todo un día al motel entero. Sí, el poder del dinero.

En el hall le destapé los ojos, y él se sorprendió al ver los montones de billetes que había en el suelo. Todos de diferentes países, había dólares, wons, yenes, pesos. Yo no era como Taehyung quien regaba pétalos de rosas, esas cosas no valían. Hoseok recogió algunos billetes y se los pasó por todo su pecho. —Daddy, muéstrame más. —La forma como me llamó casi me hizo soltar un ronco gemido, pero todavía faltaba para llegar a eso. Había más sorpresas.

Más al frente, nos esperaba un mesón de cristal con una caja bañada en oro. La abrí y se la enseñé a mi bailarín. Él me miró con dulzura y agarró uno de los dos collares que tenía escrito con diamantes 2, yo agarré el otro, y ambos nos colocamos las piezas ostentosas, formando así 2Seok. Sin soportar más, le besé apasionadamente, colando mi traviesa lengua en su húmeda cavidad bucal. Sabía a la mismísima gloria.

Nos separamos dejando un rastro de saliva que nos mantenía unidos. Reí y lamí los labios de mi amado. De ahí, seguimos nuestro camino al ascensor, el cual estaba cubierto de espejos por todos los lados. Decidí aprovecharme de eso y cuando capturé la mirada de Hoseok viendo mi reflejo, me rasgué mi camisa, mostrando así mi blanco y exquisito pecho y abdominales. Inmediatamente los ojos de él se llenaron de lujuria, me miraba con hambruna.

Agarrándome de sorpresa, Hobi puso su magnífico culo contra mi reflejo y se empezó a frotar con tanta devoción en el espejo, yo sólo miraba con éxtasis esa seductora escena. Definitivamente nunca había conocido a alguien tan caliente como él, claro que exceptuándome. Yo era la calentura misma.

Al abrirse las puertas del ascensor, una moto nos esperaba, Hoseok me miró con cara de incredulidad, y yo solamente alcé los hombros y aventé un cheque de 1000000 wons. Lo sigo diciendo, el dinero mueve al mundo. Nos subimos en el vehículo y empecé a conducir por un largo y costoso pasillo. Al fondo se oía una erótica música. Cada vez podía sentir más el pene de Hoseok tocándome la espalda, estaba tan ansioso como yo.

Me detuve adelante de unas grandes puertas de roble, y como todo un caballero, las abrí para Hobi. Al ver lo que había en la habitación casi se desmaya el pobre. Le guié hasta la gran mesa y tomé su suave y pequeña mano para besarla, causándole un tímido sonrojo. — ¿Me permites comerte, Jung Ho Seok? —El aludido se sentó encima de la mesa y se quitó su chompa y su camiseta, dejándome apreciar ese esbelto pecho plano. —No quiero que me comas, quiero que me devores, Sugar daddy. — ¡Zeus! No me contuve más y le quité el pantalón. No pude evitar ponerme rojo al ver que traía puesto unas bragas rosadas, mi color favorito junto con mi culo favorito, fascinante combinación.

PASIVA Y PASIVA NO. (Jinhope) (BTS X Jin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora