JUNGKOOK
—Sigue intentándolo, Jungkook. Sigue sosteniendo al pequeño Bomin hasta tu pezón y con el tiempo, se hará una idea.
—¿Estás seguro? —pregunté—. No parece ni remotamente interesado.
—Sí, estoy seguro. Esto es perfectamente natural. A veces el bebé tarda un día o dos en prenderse, pero no he tenido muchos problemas más allá de eso.
—Dios mío —dije con un jadeo—. Creo que se acaba de dar cuenta.
—Ese es un buen chico —dijo mientras miraba fijamente el pequeño bulto en mis brazos—. Avísame si necesitas algo, querido. Estaré en la enfermería. Sólo presiona el botón de llamada.
—Vale —dije distraído. No podía dejar de mirar al pequeño Bomin. Sus labios finalmente estaban alrededor de mi pezón y estaba chupando. No podía creerlo.
Mientras la enfermera salía por la puerta, Jimin y Namjoon aparecieron en la esquina.
—¿Está bien si entramos? —preguntó Jimin. Pero cuando vio que Bomin se estaba alimentando, corrió hacia el lado de la cama—. Dios mío, ¿ya se está amamantando? ¿Cuándo empezó?
—Ahora mismo,—dije, mis ojos todavía estaban pegados a él.
—Ese es un bebé inteligente que tienes ahí —dijo Namjoon mientras se nos unía al otro lado de la cama—. Tiene tu nariz, Jungkook. La que sacaste de papá.
—Sí, me di cuenta de eso. La mejor parte es que tiene los hermosos ojos avellana de Jimin. Eso es lo que esperaba —le dije mirando a Jimin.
—Es hermoso.
—Lo es —dijo Namjoon. Después de un momento rompió el silencio que había caído sobre la habitación mientras todos mirábamos a Bomin—. Entonces, Jungkook. ¿Cuánto tiempo llevas viendo al Dr. Min?
—Desde que entró en la sala de partos. ¿No oíste a la enfermera? Estaba sustituyendo a mi médico habitual.
—Oh, vale.
El tono de Namjoon había cambiado un poco y me desvió la atención de mi hijo. Lo miré y su cara estaba ligeramente roja.
—¿Por qué quieres saberlo?
—No tenía ni idea que había vuelto a la ciudad. Supongo que fue una sorpresa verlo.
—Oh espera, ¿no era él con quien salías cuando estabas en la escuela de medicina? —pregunté—. El que...
—Sí —dijo Namjoon, cortándome con el ceño fruncido—. Él es el que me engañó.
—¿Qué pasó entonces? ¿No se trasladó a otra escuela o algo así?
—Sí, se trasladó hace dos años. Llevábamos juntos más de un año y cuando se fue no volví a saber de él.
—Eso es cierto. Qué asno —le dije—. Lo siento, Namjoon. No tenía ni idea que era el mismo tipo.
—Eso no importa. Seguro que es un buen médico. Fue un shock verlo en la sala de partos. Estoy seguro que no volveré a encontrarlo porque mi clínica está al otro lado de la ciudad.
Los tres vimos a Bomin amamantando con los ojos cerrados y sus pequeñas manitas chocaron en puños hasta que se durmió.
—Estoy tan contento que estés de acuerdo con que yo esté aquí, Jungkook —dijo Namjoon cuando Jimin salió de la habitación por un momento—. No puedo decirte cuánto significa para mí. Realmente te he echado de menos.
