Fullmoon

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La luna llena resplandecía grande y brillante, agitando el corazón de dos jóvenes lobos, impacientes por la próxima hazaña que realizarían. Jungkook y Taehyung se encontraban escondidos tras los arbustos cercanos a la casa de la omega, cubriendo sus rostros con capuchas oscuras para no ser detectados. El beta le había dicho a su padre que pasaría la noche en casa de Jungkook y que no se preocupara, que pasaría a ver a Seokjin antes de ir donde el alfa, asegurándose de cerrar todo para que no tuviese que salir a media noche a ver a su primo. Todo estaba saliendo a la perfección, los guardianes de Jin habían abandonado su lugar hace un par de minutos, pero debían esperar un poco más y asegurarse que no hubiera nadie cerca para poder salir.

Seokjin se asomó por la ventana de su habitación notando que el exterior de su hogar estaba vacío, una sonrisa involuntaria se formó en sus labios y se fue corriendo hacia el baño para terminar de arreglarse, normalmente no se le permitía lucir aquella ropa que su padre clasificaba como  "inapropiada", por lo que se sentía emocionado al verse en el espejo, realmente parecía otra persona.

Ya eran las 00:30 cuando el omega sintió un golpe en la puerta trasera de su hogar, apresurándose en bajar las escaleras y dirigirse hasta la cocina, quedándose de pie esperando que su primo le abriese la puerta. A los pocos segundos escuchó la cerradura abrirse y observó el rostro emocionado de Taehyung, quien le extendía una capucha negra, la cual no dudo en tomar y colocársela de inmediato. El beta le hizo una seña hacia los arbustos, por lo que asintió y se apresuró a caminar hacia allá, encontrándose con Jungkook quien sostenía unas bolsas. Ambos jóvenes se observaron con una sonrisa y esperaron que el beta cerrara las puertas de la casa del alfa de la manada, regresando un par de minutos más tarde.

Los tres jóvenes caminaban bastantes entusiasmados por el sendero hacia la cabaña de los omegas, Jungkook iba adelante cargando las bolsas y un poco más atrás caminaba el par de primos entre risas y murmullos. Se detuvieron frente a la cabaña, esperando que Taehyung se acercara a la puerta y la abriera, dándoles el paso al interior del lugar, mientras se quitaban las capuchas. Una vez adentro, encendieron las luces y se dirigieron al comedor, el alfa dejó las bolsas en la pequeña mesa, dejando escapar un suspiro y sentándose en el piso.

— ¡Al fin estamos aquí! —exclamó el beta observando a ambos jóvenes, regalándoles una de sus características sonrisas.

— No pensé que resultaría, pero aquí estamos, debo reconocer que planeaste todo muy bien —halagó el alfa a su mejor amigo, sonriéndole de vuelta.

— Gracias a ambos, realmente aprecio mucho que se arriesgaran e hicieran todo esto por mí —agradeció el omega con una reverencia, observando realmente agradecido a los dos menores una vez que se incorporó.

— Bien, acomódense que voy por vasos y platos, se viene una gran noche —el beta les guiñe un ojo y se retira a la cocina.

El omega observa con una tímida sonrisa al alfa y se acerca a paso lento, sentándose frente a él sin saber que decir, muy pocas veces habían estado los dos solos, su primo siempre estaba presente, las únicas veces que estuvieron solo era cuando Taehyung se ausentaba era para ir al baño, para buscar comida a la cocina o juguetes en su dormitorio, pero desde ese entonces eran unos niños. Desde su adolescencia que no estaba a solas con ningún alfa que no perteneciera a la familia.

— Te ves muy bien, hyung. Nunca te había visto así, pero esa ropa te queda muy bien —halaga el alfa, sacándolo de sus pensamientos.

— Gracias, Jungkook —le agradece con una sonrisa, desviando la mirada al sentirse un poco avergonzado.

Y es que Jungkook decía la verdad, ahora que la luz artificial le permitía ver con mayor detalle a Seokjin sin la capucha, pudo apreciar la belleza natural del omega siendo resaltada por su vestimenta junto al sutil maquillaje que llevaba, sintiendo una agradable sensación que incluso a su lobo removía de gusto.

— ¡Regresé! —exclamó en voz fuerte el beta, dejando la loza sobre la mesa y sobresaltando a los dos jóvenes.

— No grites, idiota —le regañó el alfa, sacando las cosas de la bolsa y abriendo una botella, sirviendo cerveza en los vasos.

— Amargado —refunfuñó el beta, tomando las bolsas de botanas y sirviéndolas en un plato.

El omega observaba al par de amigos sin saber qué hacer, nunca había participado en una fiesta o reunión de amigos, los cumpleaños de su infancia definitivamente eran distintos, por lo que esperaría que su primo guiara la noche, limitándose sólo a beber y escuchar a los otros dos.

— Ten, Jinnie —le extendió un vaso su primo con una sonrisa, el cual aceptó y agradeció con un movimiento de cabeza.

— No te vayas a embriagar, por favor Kim Taehyung —advierte el alfa, mirando con reproche a su mejor amigo.

— Ya cállate, Jeon —rueda los ojos el beta— ¡Salud! —Taehyung eleva el vaso y lo lleva al frente, esperando que los otros dos lo imitaran.

— ¡Salud! —lo imitaron los otros dos, llevando los vasos al centro y chocándolos, comenzando a beber todos su primer vaso de cerveza.

La noche avanzó entre tragos, risas y recuerdos de niñez, los tres jóvenes estaban pasando un agradable momento, el par de mejores amigos jamás pensó que Seokjin sería tan divertido, aunque sus chistes eran bastante malos a decir verdad, sin embargo su forma de contarlos y sus expresiones faciales los hacía reír a ambos. El omega se había convertido en el alma de la noche, hasta que de pronto se quedó en silencio y comenzó a respirar agitado, alarmando a los dos jóvenes que lo acompañaban, principalmente a su primo.

— Tae, no me siento bien... —murmuró el omega, comenzando a sudar y respirar cada vez más agitado.

— Jinnie, por favor... ¡No te embriagues! —casi le gritó su primo, acercándose al mayor y notando que su piel estaba comenzando a enrojecer.

— No creo que esté ebrio, Taehyung... —comentó Jungkook desde su sitio, sintiendo el aroma del omega distinto.

— ¡¿Entonces se enfermó?! —preguntó alarmado el beta, colocando la mano sobre la frente del omega y sintiendo su piel caliente— ¡Jinnie, estás ardiendo! —observó a su primo con preocupación— Jungkook volveré a buscar medicamentos, no podemos llevarlo así, regresaré pronto, por favor cuida bien de Jinnie, si algo le pasa estamos muertos —sentenció el beta, levantándose y caminando en dirección a la puerta.

— Taehyung... —murmuró débilmente el omega, encogiéndose en su sitio— No te vayas...

— Tranquilo, Jinnie —le regaló una sonrisa para tranquilizarlo— Todo va a estar bien, regresaré pronto —prometió el beta antes de girarse y salir rápidamente por la puerta, sin darle tiempo a los otros dos de retenerlo.

El beta salió como alma que lleva al diablo camino al pueblo, no podía llevar de regreso a su primo así, tendría que mentirle a su madre, decirle que Jungkook estaba enfermo y que necesitaba algo para bajarle la fiebre, si algo le pasaba a Seokjin estaba muerto, su tío podría descubrir que había sacado a Seokjin de noche y sin su permiso.

Taehyung se maldijo cuando se encontró con su padre y este lo interceptó antes de ir con su madre, sin importar los argumentos que le diera, no volvió a dejarlo salir, argumentando que "Jungkook" se pondría bien pronto y que era muy tarde, cerrando las puertas de la casa y mandando al beta a su habitación, imposibilitándole volver a salir.

Sólo esperaba que Seokjin estuviera bien y Jungkook supiera que hacer, confiaba en que su mejor amigo podría cuidar al omega, sólo era un resfriado y tenía fe en que pudiera manejar la situación. Tendría que esperar hasta el amanecer y escapar por la ventana para ir a rescatar a su primo, ahora con su padre despierto salir era arriesgarse demasiado y no quería arruinarlo, los tres estarían muertos sí los descubrían.

Desterrado «Kookjin»Where stories live. Discover now