Hurts

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Seokjin había determinado que lo mejor era enfrentar las cosas y confesarle directamente a Jungkook que era el padre de Seongie, sabía que el alfa no era tonto y que lo más probable es que ya lo hubiese descubierto, no era algo muy difícil de deducir, ya sea por la edad de Seongjin o porque físicamente era igual a Jungkook.

Por eso se encontraba allí, adentro de la oficina del alfa y sentado en su silla mientras esperaba su llegada. Sabía que Namjoon estaba sumamente extrañado desde el encuentro con Jungkook y no entendía nada de lo que pasaba. Agradecía que el moreno no preguntara más y le diera su espacio, no era algo fácil de contar y mucho menos de procesar. Probablemente cuando se enterase de la verdad, iba a ocasionar problemas entre Jungkook y él.

Seokjin tenía la cabeza vuelta un caos, las manos le temblaban y su angustia se podía oler a kilómetros, pero era algo que debía hacer, pasó por cosas peores y logró sobrevivir, esta no sería la excepción. Iba a sobreponerse a Jungkook y le dejaría en claro que no iba a quitarle a su cachorro.

Cuando la puerta se abrió no pudo evitar tensarse, encontrándose con esos profundos y grandes ojos oscuros, los cuales le miraban sumamente sorprendido pero con una pizca de anhelo, como si lo hubiese estado esperándolo. 

— Seokjin... —murmuró el alfa aún sorprendido, acercándose con cautela al omega, hasta quedar frente a él, pero a una distancia prudente.

— Jungkook... Yo, necesito hablar contigo... —se adelantó Seokjin, mirándole fijamente a los ojos— Antes de que comiences a hablar de cualquier cosa... Yo, necesito que te quedes callado y me escuches.

El alfa asintió y tomó asiento frente a Seokjin, sin apartar la mirada de sus ojos color avellana. Jungkook se sentía ansioso, su corazón latiendo con fuerza, allí estaba frente a su omega, había vuelto y parecía dispuesto a hablar con él.

— No puedo seguir huyendo, pensé que nunca me enfrentaría a esto, pero el destino es traicionero... Y prefiero ser yo mismo quien te confiese la verdad... —el omega cerró los ojos un momento y tomó una bocanada de aire para darse valor— Seongjin es tu hijo.

Un espeso silencio se formó en el ambiente, el alfa no decía nada, parecía conmocionado, sin dar crédito a lo que Seokjin le había confesado. De pronto, se escuchó el chirrido de la silla y lo próximo que sintió el omega fue ser jalado y apretado con fuerza en los brazos de Jungkook. El omega abrió en grande los ojos, quedándose quieto y sin saber cómo reaccionar, hasta que sintió algo húmedo sobre el hombro. Jungkook estaba llorando, estaba llorando y aferrándose cómo si su vida dependiese de Seokjin.

Y Seokjin no tuvo corazón para alejarlo, dejando de lado sólo por ese momento todo lo malo y correspondiendo a su abrazo con fuerza, permitiéndose sentir el calor de su alfa.

— Yo lo sentía... Desde la primera vez que lo conocí, un sentimiento tan cálido y fuerte en mi pecho nació... —susurró el alfa en el cuello de Seokjin, aferrándose aún más a su cintura— La luna me trajo hasta aquí, hacía ustedes...

— Jungkook —lo interrumpió abruptamente el omega— Esto no cambia las cosas, Seongie es mi cachorro y no voy a dejar que me lo quites. Yo soy lo único que necesita, he sido su papá por cuatro años.

— Seokjin... —el alfa se separó unos centímetros, frunciendo el ceño y mirándolo dólido de que pensara así, nunca se le pasó por la cabeza quitarle a su cachorro— Nunca te haría algo así, jamás te quitaría a Seongie. Tú me conoces, no soy es clase de alfa.

— ¡No! ¡No te conozco! —le grita, separándose con violencia y empujando al alfa— Yo pensé que te conocía, pero me equivoqué, tú me dejaste solo... Yo he asumido la responsabilidad de todo... Yo lo perdí todo... ¡Tú no perdiste nada!

— ¡¿Cómo qué no perdí nada?! —le gritó de vuelta Jungkook— ¡Perdí a mi omega y también a mi cachorro! —apretó los puños con fuerza, clavándose las uñas en las palmas— Me he sentido miserable todos estos años... La culpa carcomiéndome todos los días... Incapaz de poder  avanzar...

— Nunca me buscaste... Jungkook, tú nunca viniste por mí... —susurró el omega con la mirada baja, sintiendo las lágrimas caer por sus mejillas.

— Seokjin... Yo... —intentó acercarse al castaño y tomar sus manos, pero Seokjin lo esquivó— Yo te busqué... Ese día, cuando desapareciste, te busqué por el bosque, te busqué por dos años, hasta que tu padre me confesó lo que te había hecho y que probablemente estabas muerto...

— Yo no tengo padre... —escupió con rabia el omega— Ese maldito alfa no es mi padre...

— Jinnie... Perdóname... —el alfa tomó sus manos y lo miró a los ojos— Nunca pude decirle la verdad a tu padre... No pude confesarle que había sido yo quien te anudó... —apretó sus manos con aún más fuerza y cayó de rodillas frente a él— Soy un maldito cobarde... Perdóname...

Seokjin no podía creer lo que Jungkook le había confesado, después de todos estos años no fue capaz de decir la verdad, dejándole incluso hasta ahora toda la responsabilidad y culpa. Su antigua manada aún creía que había sido un inmoral que se deshonro a su padre y que por eso lo habían desterrado.

No podía perdonarlo, todo esto era demasiado, no podía seguir viendo a Jungkook, era un alfa miserable, si es que merecía que lo siguiesen llamando alfa. Nunca pensó que Jungkook fuese tan cobarde y pudiera hacerle más daño, no quería verlo nunca más. Pero estaban atados de por vida, estaban atados por el destino y por sangre.

— Suéltame... —susurra casi de forma inaudible— ¡Jungkook, suéltame! —le grita—

El alfa por instinto lo suelta y se queda arrodillado en el piso con la mirada baja, se sentía incapaz de mirar al omega, no se sentía digno de Seokjin. Otra vez lo había lastimado, seguía siendo el mismo alfa cobarde de dieciocho años.

— No te voy a prohibir acercarte a Seongjin porque es tu hijo, y él no tiene la culpa de nada —le informa al alfa con un tono frío— Dame tiempo para decirle que eres su padre, Seongie te quiere y no puedo interponerme en eso, aunque no lo merezcas. Hago esto por mi hijo, no por ti.

— Seokjin, perdóname... Yo... Yo prometo arreglar las cosas....

— No, Jungkook. No puedo perdónarte. Nuestra relación va a ser sólo por Seongie, aunque seas mi destinado... Yo no te quiero como alfa.

Y es lo último que escucha declarar al omega, antes de escuchar los pasos de Seokjin alejarse, saliendo por la puerta sin mirar atrás, dejándolo con el corazón destrozado. Toda la felicidad que había sentido, se había desvanecido en sólo unos minutos, su omega lo repudiaba y sabía bien que se lo merecía. Un alfa debería proteger y cuidar a su omega, no hacerle daño. Jungkook sabía que de una u otra forma, siempre terminaba lastimando a Seokjin y se odiaba por eso.

Desterrado «Kookjin»Where stories live. Discover now