-¡Papá! - Jane se levantó de repente con sudores fríos. Seguía en su cama de sábanas blancas en el sanatorio.
- No, yo me llamo Caleb - miró hacía su izquiera y en la otra punta de su habitación un chico se acomodaba sus zapatillas sentado en una cama idéntica a la de todos los pacientes de ese centro.
- ¿Quién...?
- Caleb, me llamo Caleb, ya te lo he dicho - Jane lo repasó de arriba a bajo. Era un chico joven, de su edad, con pelo largo rubio y ojos negros. No parecía una persona de un sanatorio. Generalmente los pacientes tenían unas notables ojeras oscuras, heridas, el pelo despeinado y sucio y algún tic.
Pero Caleb parecía un chico sacado de una portada de revista.
- ¿Eres mi nuevo compañero de habitación?
- Agh, ¿siempre eres así de poco inteligente? No me hagas preguntas obvias - la manera de hablar de ese chico, en cambio era muy antigua y culta. Se expulsó el polvo de sus pantalones y se levantó a observar la ventana.
Jane decidió ignorarlo. Una de las cosas que había aprendido en todos sus meses de paciente en un sanatorio era a ignorar a los locos, o a seguirles el rollo. Buscó una hoja en blanco y un lápiz de su mesita de noche y se puso a escribir el sueño que había tenido. Intentó manejar sus sentimientos, su respiración y su calma, pero a medida que escribía caía en la cuenta de muchos secretos guardados en su inconsciente. Al terminar de escribir el sueño sus lágrimas brotaron y recorrían su fina cara pálida hasta caer en su regazo.
Caleb la miraba sin decir nada. Y Jane se dio cuenta.
- ¿Por qué me miras mientras lloro? - preguntó.
- La mayoría de gente le gusta ver a la gente sonreír, a mi me gusta ver lágrimas - sonrió mostrandole sus dientes a Jane. Caleb parecía muy feliz y Jane se sentía incómoda.
- ¿Te gusta ver sufrir a la gente?
- ¿Ves mi sonrisa? - Jane se fijó en los dientes perfectos del chico, en sus labios rosados y su expresión atractiva.
- Sí, veo tu sonrisa
- Ahora mismo me apetece llorar junto a ti - Jane lo miraba confundida -. Es una sonrisa falsa. Es más fácil fingir una sonrisa que unas lágrimas. Existen más sonrisas que lágrimas.
- Lo discuto - Jane dejó de derramar lágrimas -. Hay tantas sonrisas como lloreras
- ¿Enserio? Pero a pesar de eso no nos paramos a mirar a la gente sonreír en la calle, sino que observamos a ver a niños, jóvenes, adultos y abuelos llorar.
- Por que no es común de ver lágrimas - ahora quién estaba confuso era Caleb -. La gente llora a solas. Así que estamos más acostumbrados a ver la gente feliz. Pero eso no significa que existan más sonrisas. - Caleb se quedó mudo hasta que empezó a aplaudir.
- Excelente, no tengo a una compañera loca. Me pregunto por qué estás aquí.
Jane recordó su sueño y gracias a Caleb le cuadraron más las cosas.
- Yo también me lo pregunto - Jane tenía que escapar de ese sanatorio lo más rápido posible.
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Huye otra Vez
Mystery / ThrillerJane permanece durante 6 meses en un psiquiátrico hasta que decide huir. Pero huir no es fácil, ni tampoco lo es empezar de nuevo. Después de convivir en ese psiquiátrico le espera un asesinato que deberá resolver usando la lógica de los locos.