Capítulo 7

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Capítulo dedicado a DavidMedinaOG

Cuando aparqué la noche del día siguiente en la granja, debía admitir que el hormigueo recorriendo mi cuerpo, era un poco molesto.

Estaba nerviosa, lo admitía. Pero lo estaba porque sabía a quién le pertenecía el coche que tenía delante.

Tragué en seco y quité las llaves del coche. Salí, lo bloqueé y metí mis llaves en mi bolsillo.

Dí unos golpes en la puerta para anunciar mi llegada. La voz de Roger, permitiéndome pasar, me hizo calmar un poco mis nervios.

Efectivamente allí estaba.

Su presencia imponía mucho. Y cuando sus ojos se clavaron en los míos, el hormigueo volvió a aparecer. Multiplicado por mil.

Caminé hacia mi silla, que curiosamente siempre se encontraba enfrente de Riot.

Estaba hablando un chico. Creo que su nombre empezaba por jota. El chico había perdido a su novia hace unos meses, porque ella le había confesado que no había sido capaz de amarlo, y eso le había afectado a sobremanera.

-Hay que escuchar a la cabeza para dejar hablar al corazón. Eso siempre solía decírmelo- miró hacia abajo y no pude evitar sentir cierta pena por él.

-En el fondo, sabes que no te merece.

Miré en silencio a Roger, para después levantar la mano. Me dió el turno de palabra.

Miré al chico, destrozado.

-Hay quien desea amar, pero no tiene la capacidad de hacerlo. Y créeme, dudo que esa chica logre hacerlo alguna vez. Porque hay personas que sueñan con la libertad, con el amor... Pero están enamoradas de sus cadenas- finalicé tendiéndole un pañuelo.

Se limpió las lágrimas y en silencio, me observó, acuchillada junto a él.

Me emocionaba a sobremanera el hecho de ver a un hombre llorando por una mujer. Puede sonar cruel, pero es algo que pocas veces se ve.

-Lo habría dejado todo, ¿sabes? - fruncí el ceño, ante sus palabras rotas- Si me hubiese dicho las dos palabras que le dediqué aquel día... Yo lo hubiese dejado todo. Todo por ella.

Puse mi mano en su rodilla y apreté suavemente, antes de volver a mi lugar.

Mis ojos picaban, y para pasar desapercibida, simulé atarme los cordones de mis zapatillas.

Cuando se me pasó el picor y cualquier rastro de humedad en mis ojos, levanté la cabeza y me senté, para chocarme de lleno con los hermosos ojos verdes de mi hombre de novela.

Me miraba en silencio, con su mirada penetrándome el alma. Y juro que él se había dado cuenta de mis movimientos y sus causas.

Desvié la mirada para sonreírle a Roger, que me agradecía la participación.

-Bueno, Riot. ¿Cierto? - el nombrado asiente- Te echamos de menos en la anterior sesión.

Observé sus manos blancas entrelazadas. Sus largos dedos. Su perfecta piel...

Y ahí iba de nuevo mi demonio interior, haciéndome pensar cosas impuras.

-Estuve ocupado con alguien que... Que hablaba mucho-su mirada no estaba estancada en la mía, pero sonreí abiertamente.

-¿Mmm, de acuerdo...? - solté una pequeña risa ante la confusión de Roger- ¿Cuál es tu opinión sobre el tema de Kaleb, Riot?

¡¿KALEB?!

EL ALIENTO DEL DIABLO✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora