❈drei

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Aparcó su auto en uno de los lugares disponibles dentro del estacionamiento. La plaza donde estaba el estudio de baile de Taehyung no rebosaba de gente como otras veces, y agradecía por ello, el bullicio no era su sustantivo favorito.

Aseguró su vehículo y se dirigió hasta el ascensor. Dentro de él, aprovechó para arreglar su aspecto al no estar nadie acompañándolo. Desabotonó un poco su camisa, se revolvió el cabello y acomodó sus lentes, ahora sólo bastaba con evitar comportarse como un idiota.

Pensó si comprarle algo a Taehyung y dárselo al verlo o esperar un poco y llevarlo a comer a donde él quisiera. Sinceramente, estaba algo nervioso. Todo lo que tenía planeado sonaba como una auténtica cita y no había salido con él de esa manera a excepción de ocasiones en las que estaba SeokJin o esos tiempos donde ellos solían... Bueno, era extraño.

Al final, decidió pasar rápidamente a un establecimiento y comprar una de las bebidas favoritas del castaño. Caminó un poco más hasta llegar al área deportiva, la cual conocía bastante bien.

Los fines de semana solía ir al gimnasio que se encontraba ahí, lastimosamente Taehyung no trabajaba esos días y no tenía oportunidad de verlo con esos bonitos pantalones de chándal o las playeritas cortas que usaba para bailar.

La señorita del mostrador estaba allí como siempre, revisando ciertas cosas en su computador y luciendo relajada. Al parecer, se encargaba de cobrar las colegiaturas y ese tipo de cosas.

Alzó su mirada para identificar a la persona que pasaba a la instalación. Jungkook le sonrió, conociéndola únicamente de vista. Sin embargo, ella ya sabía el porqué de su visita y con amabilidad le indicó que el castaño se encontraba en el estudio de la segunda puerta, no había problema alguno debido a que el horario de éste concluía en unos minutos.

Él agachó un poco su cabeza con una ligera sonrisa, adentrándose más. Se escuchaban indicaciones de muchos profesores y melodías variadas, al igual que pies golpear el suelo de manera resonante.

Escuchó la dulce voz de Taehyung mientras numeraba, y risitas como acompañante. De alguna manera sintió en su pecho una leve quemazón y decidió ignorarla a la vez que entraba en el lugar.

Agradeció que había bastantes alumnos detrás de Taehyung como para que éste lograra divisarlo entre la multitud. Así que aprovechando eso, se escabulló hasta uno de las bancas del rincón, llamando la atención de ciertos estudiantes y recibiendo miradas de confusión.

Su vista se centró únicamente en observar a Taehyung mientras dictaba indicaciones, moviéndose con parsimonia para que sus alumnos pudieran seguir sus pasos. Una fina capa de sudor adornaba su frente, luciendo brillante ante la luz y resaltando su hermosa piel canela.

Jungkook soltó un suspiro.

-Bien, chicos. Ahora quiero que lo hagan sin mi ayuda por última vez para poder irnos, ¿sí?- Su respuesta fue una afirmación de todos los presentes, el castaño les dedicó una sonrisa.- Los observo.

Taehyung se encaminó con el propósito de tomar un poco de agua cuando vio a todos dar el último ensayo. Lo que no se espero fue ver a un radiante pelinegro dedicarle una hermosa sonrisa mientras sostenía una bebida casi bermeja.

-¿J-jungkook?- ¿Por qué rayos no le aviso que iba a venir? Al menos se hubiera limpiado el sudor y arreglado el cabello. Lo más probable es que en esos instantes su aspecto era fatal y desalineado, quería desvanecerse.

El mencionado sonrió aún más cuando observó las suaves mejillas del contrario teñirse de rosita.- ¿Ya terminaste tu clase? Te traje un smoothie de fresa, por cierto.- Mencionó, tendiéndole la bebida.

besos de ángel ⊹  ⎙  kvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora